Paz justa para Palestina, Líbano y todo Próximo Oriente - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

Paz justa para Palestina, Líbano y todo Próximo Oriente

Viernes.25 de octubre de 2024 364 visitas Sin comentarios
Grup Antimilitarista Tortuga. #TITRE

Més baix, en valencià


Se cumple más de un año del inicio de las operaciones bélicas del estado de Israel sobre la población civil palestina en Gaza y Cisjordania. A lo largo de estos terribles meses hemos contemplado una pugna bélica desigual, que solo de forma incorrecta se puede denominar guerra o conflicto, consistiendo, más bien, en un proceso sistemático de exterminio, destrucción deliberada y a gran escala de infraestructuras civiles, y limpieza étnica. Es decir, un genocidio en toda regla.

La cuantificación de los efectos de la devastación producida por el sionismo israelí con el firme apoyo de EEUU y el silenco cómplice de los estados de la Unión Europea, además de ser estremecedora por su gran cota de crueldad, no resulta nada fácil de establecer debido al grandísimo grado de destrucción provocado. Se habla de unas 44.000 personas muertas bajo los bombardeos israelíes con munición norteamericana. Bombardeos sistemáticos ejercidos sobre hospitales, campos de refugiados, caravanas humanitarias, escuelas, panaderías... Constitutivos todos y cada uno de ellos de crímenes de lesa humanidad. Se dice desde fuentes bien informadas que más de la mitad de esas personas asesinadas eran menores de edad; una amplísima mayoría, civiles desarmados.

Eso no es todo: La orgía sangrienta de EEUU e Israel en la zona no se ha limitado solo al asesinato masivo de civiles inocentes. También se ha dirigido a la destrucción sistemática de infraestructuras civiles y económicas. Barrios enteros de edificios de viviendas, centros sanitarios, educativos, carreteras, mezquitas, redes de distribución de suministros, monumentos históricos, pozos de agua, campos de cultivo, etc. han sido arrasados por completo con el objetivo de volver impracticable la vida humana en las zonas devastadas. Esta política de tierra quemada es la que, en las últimas semanas, ha producido el éxodo de un millón de refugiados en Líbano. Al mismo tiempo se está llevando a cabo el robo a gran escala de tierras a la población palestina de Cisjordania, por parte de bandas de colonos apoyadas por su gobierno, que, con toda impunidad, no han dudado en emplear el asesinato indiscriminado, el incendio de propiedades, la detención arbitraria y la tortura, o el terrorismo como medio para lograr sus propósitos.

Cabe recordar que esta guerra de exterminio contra la población palestina no comienza el siete de octubre de 2023. Desde su misma fundación y hasta la actualidad, el estado de Israel, a difentes escalas según cada momento, con medios similares a los actuales, viene poniendo en práctica su proyecto nacional expansionista. Sin embargo, hay que alertar del grave peligro que, más allá del genocidio sobre palestinos y libaneses, está generando a toda la humanidad el desbocado expansionismo norteamericano-israelí que contemplamos estos días. En este último año hemos sido testigos de como se hacían añicos hasta los más elementales principios del derecho internacional, del derecho internacional humanitario y hasta de las mismas Naciones Unidas (ONU), cuyo personal e instalaciones en la zona son sistemáticamente atacados por Israel con toda impunidad, llegando a atreverse, incluso, a disparar sobre los cascos azules desplegados al sur del Líbano. Además, esta política imprudente y demencial, que no hace sino extender más y más la guerra, y provocar mayores cotas de devastación, tiene el grave y creciente peligro de desembocar en un conflicto regional a gran escala que podría dinamitar la economía mundial. Incluso podría abocarnos a un escenario de guerra nuclear.

Es importante tener muy claro que, si Israel es quien dispone su ejército y sus intalaciones bélicas, es EEUU quien financia todo su esfuerzo militar, le provee del armamento preciso, estaciona tropas en la zona para protegerle de eventuales contraataques y, en última instancia, despliega su amplio poder mundial para desactivar cualquier posibilidad de rendimiento de cuentas ante la justicia internacional. No conviene olvidar tampoco la actitud cómplice de los países de la Unión Europea y su estridente silencio ante el genocidio que se está perpetrando. Si Rusia, por su guerra contra Ucrania, sufre fuertes sanciones económicas, informativas, culturales... por parte de todos estos países, entre los que está el nuestro, nada puede explicar que los embajadores de Israel recorran los pasillos de las gobernaciones europeas influyendo sobre ellas, comprando narrativas en los medios de comunicación, que los abastos de material bélico procedente de los países europeos o que transitan por sus puertos lleguen sin problema a sus destinos en Israel, o que los representantes de dicho país sigan participando en las competiciones deportivas internacionales o en la Eurovisión. El cinismo de un Occidente que, con esta doble moral, se desacredita definitivamente ante el resto del mundo no puede ser mayor.

Vistas así las cosas, queremos expresar nuestra solidaridad y empatía con todas las personas que estos días sufren el horror. Con los y las familiares de esas decenas de miles de seres humanos que han perdido a sus seres queridos. Queremos ponernos en su piel; imaginar que son nuestros familiares quines están en las tumbas o bajo los escombros. Con quienes han perdido todo lo que poseían: sus casas, sus tierras, las herramientas con las que se ganaban la vida, su derecho a la educación o a la salud, sus amistades, sus relaciones vecinales, sus recuerdos, su vida en paz. También con quienes se esfuerzan y trabajan para que un día la paz pueda darse: Con las personas voluntarias que tratan de socorrer a las víctimas de la matanza, con las y los objetores de conciencia y desertores del ejército israelí, con quienes realizan auténticos esfuerzos diplomáticos para detener el genocidio.

Como personas de a pie que vivimos en el estado español somos conscientes de que nuestra capacidad de detener este crimen contra toda la humanidad pasa por organizarnos, expresarnos, evitar toda colaboración con Israel o su economía, y presionar a las autoridades de nuestro país. Por ello reclamamos al gobierno del estado español tres cosas:

1- Embargo total al comercio de armamento con Israel
2- Suspensión de relaciones diplomáticas entre España e Israel
3- Adhesión del estado español a las denuncias en curso contra Israel en los tribunales internacionales de justicia.

¡Paz justa para Palestina, Líbano y todo Próximo Oriente!


Pau justa per a Palestina, Líban i tot Pròxim Orient

Es complix més d’un any de l’inici de les operacions bèl·liques de l’estat d’Israel sobre la població civil palestina a Gaza i Cisjordània. Al llarg d’estos terribles mesos hem contemplat una pugna bèl·lica desigual, que només de manera incorrecta es pot denominar guerra o conflicte, consistint, més bé, en un procés sistemàtic d’extermini, destrucció deliberada i a gran escala d’infraestructures civils, i neteja ètnica. És a dir, un genocidi en tota regla.

La quantificació dels efectes de la devastació produïda pel sionisme israelià amb el ferm suport dels Estats Units i el silenci còmplice dels estats de la Unió Europea, a més de ser estremidora per la seua gran cota de crueltat, no resulta gens fàcil d’establir a causa del grandíssim grau de destrucció provocat. Es parla d’unes 44.000 persones mortes sota els bombardejos israelians amb munició nord-americana. Bombardejos sistemàtics exercits sobre hospitals, camps de refugiats, caravanes humanitàries, escoles, forns... Constitutius tots i cadascun d’ells de crims de lesa humanitat. Es diu des de fonts ben informades que més de la mitat d’eixes persones assassinades eren menors d’edat; una amplíssima majoria, civils desarmats.

Això no és tot: L’orgia sagnant dels Estats Units i Israel en la zona no s’ha limitat només a l’assassinat massiu de civils innocents. També s’ha dirigit a la destrucció sistemàtica d’infraestructures civils i econòmiques. Barris sencers d’edificis de vivendes, centres sanitaris, educatius, carreteres, mesquites, xarxes de distribució de subministraments, monuments històrics, pous d’aigua, camps de cultiu, etc. han sigut arrasats per complet amb l’objectiu de tornar impracticable la vida humana en les zones devastades. Esta política de terra cremada és la que, en les últimes setmanes, ha produït l’èxode d’un milió de refugiats a Líban. Al mateix temps s’està duent a terme el robatori a gran escala de terres a la població palestina de Cisjordània, per part de bandes de colons recolçades pel seu govern, que, amb tota impunitat, no han dubtat a emprar l’assassinat indiscriminat, l’incendi de propietats, la detenció arbitrària i la tortura, o el terrorisme com mitjàns per a aconseguir els seus propòsits.

Cal recordar que esta guerra d’extermini contra la població palestina no comença el set d’octubre de 2023. Des de la seua mateixa fundació i fins a l’actualitat, l’estat d’Israel, a diferentes escales segons cada moment, amb mitjans similars als actuals, ve posant en pràctica el seu projecte nacional expansionista. No obstant això, cal alertar del greu perill que, més enllà del genocidi sobre palestins i libanesos, està generant a tota la humanitat el desbocat expansionisme nord-americà-israelià que contemplem estos dies. En este últim any hem sigut testimonis de com es reduïen a cendres fins als més elementals principis del dret internacional, del dret internacional humanitari i fins i tot de les mateixes Nacions Unides (ONU), el personal i les instal·lacions de la qual en la zona són sistemàticament atacats per Israel amb tota impunitat, arribant a atrevir-se, fins i tot, a disparar sobre els cascos blaus desplegats al sud del Líban. A més, esta política imprudent i demencial, que no fa sinó estendre més i més la guerra, i provocar majors cotes de devastació, té el greu i creixent perill de desembocar en un conflicte regional a gran escala que podria dinamitar l’economia mundial. Fins i tot podria abocar-nos a un escenari de guerra nuclear.

És important tindre molt clar que, si Israel és qui disposa el seu exèrcit i les seus intalacions bèl·liques, son els Estats Units qui financen tot el seu esforç militar, li proveïxen de l’armament precís, estacionen tropes en la zona per a protegir-li d’eventuals contraatacs i, en última instància, despleguen el seu ampli poder mundial per a desactivar qualsevol possibilitat de rendiment de comptes davant la justícia internacional. No convé oblidar tampoc l’actitud còmplice dels països de la Unió Europea i el seu estrident silenci davant el genocidi que s’està perpetrant. Si Rússia, per la seua guerra contra Ucraïna, patix fortes sancions econòmiques, informatives, culturals... per part de tots estos països, entre els quals està el nostre, res pot explicar que els ambaixadors d’Israel recórreguen els despatxos de les governacions europees influint sobre elles, comprant narratives en els mitjans de comunicació, que els carregaments de material bèl·lic procedent dels països europeus o que transita pels seus ports arribe sense problema a les seues destinacions a Israel, o que els representants d’este país continuen participant en les competicions esportives internacionals o en l’Eurovisió. El cinisme d’un Occident que, amb esta doble moral, es desacredita definitivament davant la resta del món no pot ser major.

Vistes així les coses, volem expressar la nostra solidaritat i empatia amb totes les persones que estos dies patixen l’horror. Amb els i les familiars d’eixes desenes de milers d’éssers humans que han perdut als seus sers estimats. Volem posar-nos en la seua pell; imaginar que són els nostres familiars els qui estan en les tombes o sota els enderrocs. Amb els qui han perdut tot el que posseïen: les seues cases, les seues terres, les ferramentes amb les quals es guanyaven la vida, el seu dret a l’educació o a la salut, les seues amistats, les seues relacions veïnals, els seus records, la seua vida en pau. També amb els qui s’esforcen i treballen perquè un dia la pau puga donar-se: Amb les persones voluntàries que tracten de socórrer a les víctimes de la matança, amb les i els objectors de consciència i desertors de l’exèrcit israelià, amb els qui fan autèntics esforços diplomàtics per a detindre el genocidi.

Com a persones del carrer que vivim en l’estat espanyol som conscients que la nostra capacitat de detindre este crim contra tota la humanitat passa per organitzar-nos, expressar-nos, evitar tota col·laboració amb Israel o la seua economia, i pressionar a les autoritats del nostre país. Per això reclamem al govern de l’estat espanyol tres coses:

1- Embargament total al comerç d’armament amb Israel
2- Suspensió de relacions diplomàtiques entre Espanya i Israel
3- Adhesió de l’estat espanyol a les denúncies en curs contra Israel en els tribunals internacionals de justícia.

Pau justa per a Palestina, Líban i tot Pròxim Orient!

Nota: los comentarios podrán ser eliminados según nuestros criterios de moderación.