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¿Kit de supervivencia?: Agenda pacifista desmovilizadora y de empoderamiento social

Sábado.29 de marzo de 2025 103 visitas Sin comentarios
Juan Carlos Rois, Tortuga. #TITRE

Desde el antimilitarismo y otras articulaciones sociales llevamos años denunciando la deliberada y soterrada vuelta de tuerca militarista que tanto en Europa como singularmente en España llevamos.

Aspectos como la trampa de la deuda ilegítima que asumen estos políticos de ardor guerrero en nuestro nombre pero sin nuestra opinión, el elevado y oculto gasto militar en detrimento de las necesidades y derechos sociales, los procesos de securitización y expansión de lo militar a otros ámbitos de la sociedad civil, el gigantismo y el despilfarro militar, el puertagiratorismo y el dopaje a la industria militar, el escándalo de la venta de armas a países en conflicto o el intervencionismo que supone haber participado en más de cien escenarios bélicos con no menos de 140.000 efectivos involucrados y no menos de 22.000 millones de euros despilfarrados, las bases militares americanas, la sumisión a la OTAN y a los dictados de EEUU en su lucha hegemónica, o la penetración de lo militar en todo tipo de acto social, desde las ferias juveniles a los actos festivos pasando por la conducción de crisis, por ejemplo, han formado parte de nuestras luchas, campañas, denuncias y llamadas de atención a una sociedad adormecida y cada vez más perpleja.

Sobre los procesos de construcción de un militarismo europeo, Utopía Contagiosa ya elaboró materiales nada menos que en 2015 denunciando la soterrada y sostenida construcción que ya entonces estaban haciendo los señores de la guerra y los halcones europeos (pinchar aquí). Contamos con estudios al menos desde 2010, tanto desde las páginas del Grupo Tortuga, o del Colectivo Utopía Contagiosa mientras estuvo en activo, entre otras muchas, denunciando el gasto militar y la extensión del militarismo. Y durante varias décadas el antimilitarismo y el pacifismo más consciente y menos oficialista ha hecho de la denuncia de la militarización uno de sus principales ejes de trabajo.

En lo que se refiere a la rabiosa actualidad, el reciente libro de Gasteixkoak «Conversión de la industria militar en Euskal Herría. Para no fabricar más guerras» (Zapateneo) incide en la deliberada construcción del régimen de terror que imponen los mercaderes de la muerte y su proyecto de militarismo promotor del dopaje de la industria militar y de los intereses de la élite.

Yo mismo, hace unos meses, junto con el Grup Tortuga elaboré un documento que denunciaba la construcción de un clima prebélico en España, que abundaba en aspectos por lo general ocultados de este proceso. Puede consultarse aquí.

Material tenemos de sobra para no mirar hacia otro sitio y por si faltaba algo, la sobreabundancia actual de noticias tóxicas propagadas por los medios al servicio servil de los poderes oficiales y fácticos y toda la estrategia de shock y manipulación con el que intentan agitar los miedos suficientes para legitimar el rearme, no hacen sino desvelar aún más la falacia de la inseguridad que obliga al rearme.

El kit de supervivencia

Sánchez acude a las mentiras y a la propaganda mediática, como hizo antes su predecesor Aznar o los otros gobernantes cada vez que han querido fomentar este insolidario keynesianismo militar y el recetario autoritario y de recortes con motosierra de los que se acompañan a las soluciones militares.

La última ocurrencia, el kit de supervivencia, resulta tan patética como las armas de destrucción masiva del otro tramposo ya casi apolillado en el hollín de la historia.
Su ridícula grosería es tal que, si no fuera porque se ha propagado de forma coordinada por toda Europa, yo hubiera jurado que la idea de atizarnos con este fantasma debió ocurrírsele a la ministra de defensa, Margarita Robles, una de las más afamadas youtubers de la propaganda militar que ya fue secretaria de estado de interior cuando el PSOE decidió la represión penal a los insumisos.

Yo por mi parte, doy ideas de un kit alternativo: Vacunarnos contra la guerra y convertirnos en activos resistentes a su preparación. Un kit que pide de cada cual el decisivo propósito de negarle toda colaboración al discurso militarista y a todo tipo de adhesión, colaboración o justificación.

En mi kit personal de supervivencia aparece el compromiso para preparar a nuestra juventud para desobedecer sus lógicas y, si llega el caso, organizar su desobediencia y su no colaboración.

En la misma mochila hemos de incorporar el compromiso de fortalecer las diversas luchas sociales transformacionales que están teniendo lugar en el presente: ecologistas, feministas, antirracistas, por los derechos humanos, por los cuidados, contra la pobreza y la exclusión, sindicales, por los derechos básicos que día a día erosiona el ideario capitalista, por la vivienda, de los jóvenes, contra el edadismo, por las pensiones dignas, por los derechos de los pueblos, antimilitaristas, . . .

Forman parte de la trama de defensa frente a los verdaderos enemigos. Una defensa que se hacen desde lo horizontal, con amplias dosis de horizontalidad y ayuda mutua y desde metodologías noviolentas, por tanto, antagónicas de la defensa militar del capitalismo y de sus metodologías y promotoras de la paz entendida como lucha por la seguridad humana, contra la violencia rectora y construcción de altas dosis de paz estructural, cultural y más allá de la paz negativa o del mantenimiento del statu quo.

En mi kit de supervivencia cuento también con mi propósito de colaborar con las propuestas de boicot, cancelación y señalamiento a lo militar, a las industrias bélicas, al comercio de armas y su salida desde nuestros puertos, espacio aéreo o carreteras y con la implicación en acciones directas contra sus intereses, desde la objeción fiscal a la desbancarización en la banca armada y el control ciudadano de lo que se viene a llamar responsabilidad social corporativa de cualquier empresa con la que mantenga contacto.

En estos momentos, y para que la supervivencia prevalezca sobre la inseguridad militar y militarista, lo correcto es participar de un pacifismo agresivo y que haga daño. Siento este lenguaje, pero si a la panda de chorizos que se han arrodillado ante la lógica de lucro y dominación imperante no le pasan factura sus decisiones o su colaboracionismo con ellas, nos arriesgamos a volver a las andadas de un militarismo férreo que tanto daño ha hecho a nuestras sociedades.

A todo esto, mi kit de supervivencia aspira también a que seamos capaces de construir un pacifismo más ambicioso, más movilizador y más radical, con nuevas agendas que vayan más allá del no a la guerra o de una paz vaporosa, jurídica y sin contenidos estructurales.

Nueva agenda de paz.

A mi modo de ver el recetario remilitarizador en el que nos embarca la socialdemocracia abrazada al conservadurismo en el nuevo consenso europeo va de la mano, ya lo he dicho antes, de otros recetarios que pretenden construir el orden presente/futuro. No en vano, asistimos a la agresiva aceptación de las políticas neocon y de su programa de motosierra, negacionismo y autoritarismo plutocrático, con el constructo de la preparación y amenaza de la guerra como nueva doctrina del shock con la que atemorizar a poblaciones demasiado autosatisfechas e irrespirables.

Frente a estas lógicas arrolladoras y en general ocultas no siempre es posible desencadenar la energía política suficiente para evitar su imposición, pero mal vamos si plegamos a sus prédicas o si nos conformaos con una mera acción testimonial de protesta. La protesta no basta, aunque no sobra.

No es la primera vez que lo digo y no lo sé decir de una manera mejor, pero de los muchos pacifismos posibles (la ministra de defensa, mira que hay bemoles, o Paca Sauquillo y Javier Solana se dicen pacifistas de verdad), hoy necesitamos ahondar en los que apuestan más por una paz positiva (no mera ausencia de guerra), estructural y cultural (no meramente jurídica, diplomática, de expertos y tratados), que permee a las prácticas sociales, que empodere a las gentes de a pie y que imponga cambios en el núcleo de la violencia rectora:

- Más promotora de las luchas sociales por la transformación social y sus agendas (es así como construimos nuestra idea de paz con contenidos) que especializada en los ejércitos y sus niveles asumibles de armamento.
- Más desmilitarizadora y enfocada a la seguridad humana que centrada en el desarme.
- Más holística y de movilización social que de expertos y discursos.
- Mas activista y resistente a la guerra que de mero sentimiento.

Necesitamos una agenda expansiva que nos ayude a diversificar neutras luchas contra el militarismo.

Y necesitamos hacer una agenda en común, debatiendo, compartiendo, identificando campos y enfoques, ordenándolos, proponiendo la acción social y la movilización creíble.

Necesitamos ir más allá del no a la guerra o de contentarnos con un acto mediático.
En mi criterio deberíamos intentar que la agenda del movimiento por la paz cuente con tres grandes criterios metodológicos que resumiría en:

  • 1) Mantener en pie, fortalecer, coordinar, compartir y multiplicar de forma cada vez más mutualizada y focalizada en términos de defensa social frente a las verdaderas amenazas que tenemos, las múltiples resistencias y luchas sociales que ya y desde antes se están desarrollando en los distintos ámbitos de lucha alternativista y transformadora, desde el ecologismo social a los feminismos, en el antimilitarismo, el anticolonialismo, la lucha contra el racismo, la xenofobia y el supremacismo, al lucha social y sindicar por la transformación de las relaciones de trabajo y producción, la lucha contra la pobreza y la exclusión social, las luchas por los bienes públicos y derecho básicos y colectivos, la lucha por condiciones de vida dignas en campos como la vivienda, los derechos de los jóvenes, de los mayores y personas con discapacidades, por la identidad y el territorio y tantas otras sin cuya realización no se puede hablar de construcción de la paz.
  • 2) Construir colectivamente una agenda contra la guerra más allá del «no a la guerra» y por una paz positiva y transformador con contenidos que pueda movilizar las energías políticas capaces de hacer pasar factura a los decisores políticos y a los intereses económicos promotores del nuevo ciclo de rearme y suficientemente ambiciosa como para proponer más bien políticas de desmilitarización social y trans-arme en vez de meras políticas de desarme
  • 3) Dicha agenda debe fijarse en la necesidad de construir empoderamiento social por encima de propuestas de expertos y fomentar la acción colectiva, púbica y directa mediante propuestas, campañas y estrategias de:
  1. Acuerpamiento y sororidad, tal como nos enseña la constante y enriquecedora práctica de los feminismos y ecofeminismos en su actual y constante lucha por la paz y contra la guerra
  2. Boicot y cortocircuito a la producción y fabricación militar, a la actividad militar y a la exhibición del militarismo, tal como viene practicando el pacifismo más de base y el antimilitarismo.
  3. Señalamiento-cancelación-escrache a señores de la guerra, decisores políticos, colaboradores de todo signo y apoyos financieros
  4. Empoderamiento y fomento de grupos de activismo, movilización, ensayo de prácticas alternativas, formación, debate, artísticos, etc. y apoyo a la autoorganización y movilización de la sociedad
  5. Promover campañas de forma estratégica y que permita desarrollar ciclos de movilización y resistencia a la guerra y a su preparación más potentes y ambiciosos.

En otras ocasiones he propuesto seis ejes de acción por la desmilitarización, que pueden ser más o menos discutibles y/o sustituibles por otros más idóneos, pero que vuelvo a proponer de cara a ejemplificar dichas agendas. No me extenderé, pues mi propósito en este texto es el de insinuar la necesidad de construir otra agenda pacifista ambiciosa y capaz de provocar la energía política para llevarla a cabo de forma profunda en nuestra sociedad y de ofrecer ejemplos de posibles temáticas y enfoques al respecto. Me limitaré a plantear los seis ejes que ya he ofrecido en otras ocasiones.

Dichos ejes se pueden llenar de contenidos y reivindicaciones concretas, como he expresado en otras ocasiones, por ejemplo, en el artículo publicado en Alternativas Noviolentas que puedes descargar aquí

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