La resistencia de la Rosa Blanca al nazismo - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

La resistencia de la Rosa Blanca al nazismo

Sábado.25 de enero de 2025 49 visitas Sin comentarios
Política Noviolenta. #TITRE

Damos difusión hoy a la resistencia civil contra el nazismo que llevaron a cabo la Rosa Blanca.

Hay ciudades emblemáticas vinculadas al movimiento nacionalsocialista como Nüremberg por sus increíbles y espectaculares reuniones multitudinarias en el Campo Zeppelín, pero la más unida a los nazis es sin duda Münich, dónde Hitler se dirigía cada año a su vieja guardia durante el aniversario del putsch que protagonizó del 8 y 9 de noviembre de 1923 y que le llevó a la cárcel, dónde dicto a su lugarteniente Rudolf Hess el Mein Kampf.

Precisamente en la universidad Ludwig-Maximilians de la capital bávara, durante 1941, empezaba a florecer un movimiento de oposición al régimen nazi.

Donde había una política de silencio algunos no callaban.

Alexander Schmorell y Hans Scholl de 22 y 23 años, ambos, como miles de jóvenes alemanes pertenecieron a las Hitlerjugend, escucharon de los soldados heridos las atrocidades cometidas por la tropas alemanas mientras realizaban sus practicas como médicos. Esto los volvió más decididos a luchar contra los nazis.

A ellos se unieron otros estudiantes, como Cristoph Probst, amigo de Schmorell, Willi Graf, Hans Leipelt y Sophie Scholl, la hermana pequeña de Hans, tambien se le unió Kurt Huber, uno de sus profesores de filosofía. Ellos crearon el movimiento de la Rosa Blanca (Die Weisse Rose).

Cuando varios de ellos tuvieron que partir al frente pudieron corroborar lo que habían oído.

Con el lema «la pluma contra la espada», La Rosa Blanca era un grupo reducido de alumnos de la Universidad de Múnich. Durante junio y julio de 1942, los miembros de la Rosa Blanca, empezaron a distribuir sus primeros panfletos antinazis por todo Münich y otras ciudades alemanas, donde advertían de que la guerra en la que se encontraba Alemania y que había provocado Hitler reduciría las ciudades alemanas a escombros o contaban como 300.000 judíos polacos habían sido «asesinados del modo más brutal«.

Sus octavillas terminaban pidiendo:
«Por favor, haz todas las copias que puedas de este panfleto y distribúyelas«.

Otro de sus métodos era garabatear mensajes del estilo a «Hitler, asesino de masas«, «Abajo Hitler» o «Libertad«.

Inspirados por los sermones del obispo de Münster, el cual también era un firme opositor del nazismo, Hans y sus compañeros empezaron a distribuir panfletos escritos a máquina denunciando al régimen. Con frases tan incendiarias como «cualquier alemán honesto se avergüenza de su gobierno actual» o «un gobierno que comete los crímenes más horribles, crímenes que sobrepasan ilimitadamente cualquier medida humana», los miembros de La Rosa Blanca afirmaron que cualquiera que no actuara era cómplice de esos crímenes y suplicaron a toda la población que se organizase en una gran «resistencia pasiva».

La Gestapo no pasó por alto esta clase de resistencia que minaría la moral patriótica de los alemanes e investigaron las octavillas y su procedencia mientras la Rosa Blanca seguía promoviendo la resistencia contra los nazis y denunciando sus crímenes.

Sus panfletos estaban impresos en tinta de té para evitar ser descubiertos. El último de sus pasquines empezaba: «Desde las llamas de Beresina y Stalingrado los muertos nos convocan…«

Solo pudieron crear seis pasquines. Sus actividades duraron poco, el 18 de febrero de 1943, Hans y Sophie Scholl pegaron y repartieron algunas octavillas y las que les quedaban las lanzaron al aire en el hall de la universidad. El ruido que provocó el lanzamiento alertó a un conserje que agarró a Sophie y los guardias de la universidad los arrestaron. La Gestapo se hizo cargo de ellos y durante los interrogatorios asumieron toda la culpa y no delataron a sus compañeros. En el registro de la casa de Sophie encontraron pruebas que inculpaban a Christoph Probst.

El encargado de dirigir el proceso fue Roland Freisler, un abogado, militar, político y presidente del Tribunal Popular o Corte del Pueblo, que llegó desde Berlín expresamente para ello y actuó más como fiscal que como juez. A lo largo del juicio, Freisler no dejó de gritar, de golpear la mesa y de tachar de traidores a los jóvenes acusados. Tras un juicio sumarísimo, dirigido por el vulgar y soez juez Roland Freisler, que no fue más que una farsa judicial, Hans, Sophie y Probst fueron acusados de alta traición y sentenciados a la pena capital por el método de la guillotina, por orden expresa de Freisler.

Con este método fueron decapitadas 2.800 personas contrarias al régimen nazi, entre 1940 y el final de la guerra.

Las investigaciones de la Gestapo llevaron a la detención del resto de los miembros de La Rosa Blanca. Hubo nuevos juicios en abril de 1943 y octubre de 1944, con cuatro condenas a muerte y penas de prisión.

Sus muertes no apagaron su mensaje. La última de sus octavillas llegó hasta Gran Bretaña gracias al antinazi Helmuth James von Moltke, se realizaron miles de copias que fueron lanzadas por la RAF sobre Alemania a finales 1943.

El último de sus pasquines terminaba:
«Nuestro pueblo se alza contra la esclavización de Europa a manos del nacionalsocialismo en una nueva irrupción de libertad y honor«

Las cifras de alemanes encarcelados por actividades contra el III Reich varía según los autores, entre 750.000 y 1.200.000. Hasta 1944, 12.212 personas fueron ejecutadas en Alemania, unas 7.000 por delitos políticos.

Fuente: https://www.politicanoviolenta.org/...

Nota: los comentarios podrán ser eliminados según nuestros criterios de moderación.