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Suma y sigue, que algo queda

Jueves.5 de agosto de 2021 891 visitas Sin comentarios
Gasto militar en aumento en el segundo trimestre de 2021 #TITRE

Juan Carlos Rois
Tortuga.

Tras perderme durante unos cuantos días por los montes de Toledo y el parque nacional de Cabañeros, que por cierto quisieron en su día convertir en campo de entrenamiento militar los delfines del ya casi olvidado Felipe González, me desayuno hoy con el avance del «Extracto de las estadísticas mensuales de ejecución del presupuesto» referido a junio de 2021 y otro avance comentado del mismo, ambos publicados por la IGAE. Ambos se pueden buscar en internet con el código QR que se acompaña:

y

No es que sea, con estos calores, una lectura recomendable, pero sí se ha convertido en un informe conveniente en lo que se refiere al seguimiento del siempre sorprendente gasto militar español.

Defensa, como siempre, aumenta su presupuesto por la puerta de atrás.

¿Y qué nos dice este informe? Por de pronto, que durante el semestre enero-junio 2021 hemos ampliado los créditos previstos para el Ministerio de Defensa en 1.051,44 millones de euros respecto de los presupuestados.

¿Es poco, es mucho? Depende de las preferencias y opciones de cada cual. Por ejemplo, si pretendemos convertir este tinglado donde sobrevivimos en un cuartel es poco, y si uno es de vox, a juzgar por las declaraciones de alguno de sus teleñecos, muy poco. Pero si lo comparamos con el crecimiento de otros ministerios (y si contar con que tres de ellos no han crecido, sino decrecido) es mucho, muchísimo o, mejor dicho, es uno de los que más suben, como podemos ver en el cuadro siguiente, y de los que lo hacen de forma más injustificada, como argumentaremos después.

Un repaso comparativo con otros ministerios.

Encontramos que el Ministerio de Defensa es el tercero que más sube en sobregasto. Es un dato, pero los hay peores.

SI comparamos los presupuestos iniciales de cada ministerio y el porcentaje de aumento sobre los mismos que supone el sobregasto, encontramos que Defensa alcanza un sobregasto, hasta junio de 2021, de un 11,17 de aumento sobre el presupuestado (que eran 9.411.93 millones de euros), también el tercer mayor aumento, después del de Asuntos Económicos (que supone un aumento del 58% sobre su presupuesto inicial (que era de 5.122,39 millones, es decir, 4.289,74 millones presupuestados por debajo del ministerio de Defensa) y del 23,54% de aumento del ministerio de Industria, Comercio y Turismo (que contaba inicialmente con 4.860,5 millones de euros) y a gran distancia porcentual del resto de ministerios.
Lo podemos ver en el cuadro siguiente

Esto ya nos arroja una primera conclusión: el Ministerio de Defensa no sólo es uno de los que más crece, sino que es el que más gasto produce de entre los que más crecen.
No es mucho, porque esto viene ocurriendo desde hace más de veinte años con un descaro que trasciende las ideologías, dado que tanto el PP como el PSOE han hecho lo mismo siempre que han gobernado y ahora, con el primer gobierno de coalición y sedicentemente de izquierdas, contamos con la perpetuación de esta misma costumbre.

Pero aún queda más, porque, como suelo insistir siempre que puedo, con el gasto militar siempre queda más.

¿Para qué este aumento del gasto del Ministerio de Defensa?

Preguntémonos a qué se ha aplicado el aumento del gasto de los ministerios, o que es tanto como preguntarnos por lo razonable del aumento.

El informe de IGAE no nos arroja demasiada información, a salvo de dejarnos claro que un pellizco muy importante del sobregasto militar se ha destinado a inversiones militares en infraestructuras y a gastos operativos de las fuerzas armadas.
Ahora bien, sabemos pro la prensa que Asuntos Económicos y Agenda Urbana ha ampliado créditos para créditos ICO y otras ayudas COVID, y que Industria, Comercio y Turismo ha hecho lo propio en planes de turismo y sostenibilidad, igualmente relacionados con la pandemia.

No parece una situación comparable con la del Ministerio de Defensa, que ha ampliado sus gastos para inversiones «reales» referidas a infraestructuras militares y a gastos operativos y 0peraciones militares en el exterior, actividades que ni se justifican ni sirven para defender la seguridad humana. En el «Informe Comentado» emitido para dicho mes nos dicen, además, que el aumento del gasto de defensa e interior se ha debido al aumento de los gastos de personal por aquella manía de nuestros gobernantes de privilegiar y aumentar lo que los militares ganan, que siempre es poco.

Dice el Informe comentado del Ministerio que los aumentos de gasto en inversiones reales del Ministerio de Defensa se han debido en la cantidad de casi 19 millones de euros a operaciones de mantenimiento de paz y a programas especiales de armamento por cerca de 80 millones de euros, a los que juntar otras inversiones hasta completar más de 110 millones de euros.

Al margen de ello, Defensa siempre aumenta su gasto presupuestado en cantidades exageradas e injustificadas, mientras los restantes ministerios no se han abonado a dicha práctica turbia. Mientras que en el caso de Defensa parece más bien un mecanismo de ocultación del gasto efectivo que nos supone el entramado militar, en otros ministerios parece que los aumentos responden a urgencias efectivas y no a creatividad contable.

Dicho lo cual volvemos a la pregunta que debe regir todo lo relacionado con las prácticas de gasto de Defensa. ¿Es todo?

Pues, como saben, no.

También gasto militar en los Organismos Autónomos militares

Ya hemos dicho en otras muchas ocasiones que el gasto del Ministerio de Defensa no es todo el gasto militar español, porque por estos lares se tiene la costumbre de disfrazar el gasto militar en partidas de otros ministerios (en realidad de casi todos y en algunos de forma muy escandalosa). Lo hacen de forma grosera, constante y tristemente eficaz, porque, mientras lloran por los rincones diciendo que están en los huesos por falta de presupuesto y presionan a nuestro parlamento desinformado y proclive a los desfiles y fanfarrias, nos obligan a rebuscar por todos los rincones para detectar y denunciar este enorme despilfarro malicioso.

Por desgracia, de los datos de IGAE poco podemos saber acerca de posibles aumentos de gasto militar disfrazados en partidas de otros ministerios, porque IGAE no consigna el gasto militar salvo cuando canta mucho, como es el caso de los créditos que Industria financia para la compra de programas de armas y, respecto de éstos, sólo informa en los informes anuales y trimestrales que, en el caso presente, no tenemos respecto al segundo trimestre de 2021.

Sin embargo, algo podemos sacar en claro del aumento de gasto que se ha producido durante el segundo trimestre en los organismos autónomos militares, que han obtenido créditos extraordinarios de al menos 40.000 euros para el INTA y el INVIED.
En total, el aumento de gasto de los tres organismos autónomos militares ha sido de 30,22 millones de euros, pasando de los 1.055,2 presupuestados a los 1.085,42 comprometidos a 31 de junio de 2021, lo que sigue la tónica de disfrazar gasto militar por medio de constantes partidas extra que se comprometen a lo largo del año respecto de lo presupuestado por debajo inicialmente.

¿Hay más gasto militar comprometido para 2021?

La respuesta resulta deprimente. Pues sí.

De hecho, durante el segundo trimestre de 2021 el Ministerio de Defensa ha aprovechado casi todos los martes de consejo de ministros para comprometer más gasto militar que, antes o después, también nos repercutirá.

En otra entrada de este blog https://www.grupotortuga.com/Nuevo-... hemos consignado las referidas al mes de junio de 2021, con un total de compromiso de otros 1.100 millones de euros más o menos que en algún momento nos enchufarán por algún lado.

No es el único sobregasto con el que nos atizan y aún no contabilizado por el IGAE, porque también el mes de julio ha seguido el gobierno comprometiendo más gasto militar, como es el caso de la autorización de gasto de un crédito reembolsable a interés cero que pagará inicialmente Industria por importe de 1.208 millones de euros para fabricar los vehículos de combate VMR 8x8, regalito que nos hizo, sin publicidad, el gobierno el mismo día en que se aprobaba con gran potencia comunicativa el proyecto de ley de memoria, como dándonos una de cal y otra de arena.

Lo mismo que hicieron en el mismo consejo de ministros en que aprobaban el proyecto de ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, en el que, también a la chita callando, aprobaban un compromiso de gasto de casi 17 millones de euros para la compra de redes miméticas multiespectrales 2 D para el Ministerio de Defensa (en román paladín, una chorrada más).

No es por nada, pero agosto, mes en el que no hay mucha tensión informativa, augura nuevos pellizcos de monja al erario público para alimentar nuestro voraz gasto militar a hurtadillas. Ya lo verán.

Y ahora anuncian la negociación de nuevos presupuestos.

Con tan pesados augurios, están los del gobierno, dice la prensa, negociando los nuevos presupuestos generales, lo que, en lo que nos ocupa, quiere decir que están decidiendo el volumen de gasto militar que nos van a imponer y la distribución de éste entre partidas explícitas y ocultas.

No sabemos si será esta una oportunidad (una de las muchas que han perdido hasta la fecha) para que los «socios» y aliados del gobierno dejen de hacer la vista gorda al burdo y abrumador gasto militar y para que presionen por su reducción y reconversión a necesidades más evidentes y sociales. Ya huele un tanto espeso que con una mano critiquen el gasto militar y el militarismo mientras que estrechan la otra comprometiendo los apoyos a unos presupuestos que, una vez más, serán militaristas y cómplices de las operaciones de injerencia militar y de la venta de armas «Made in Spain» que se financian desde éstos.

También para que cuestionen la estructura militar en su conjunto y el propio modelo de seguridad y defensa que «justifica» todo este tinglado.

En todo caso, conviene apretar ahora para intentar evitar más desafueros, mejor que lamentarnos después, cuando los hayan cometido y/o consentido.

Y, en mi humilde opinión, este apretar pasa también por presionar a los «aliados» de los que depende la estabilidad del gobierno para que sepan que su pasividad acrítica y sumisa ante el gasto militar español no puede sino pasarles factura en el futuro entre los movimientos y las luchas sociales que buscan promover la seguridad humana, la paz y la justicia social.

¿Estamos en condiciones de presentar una alternativa económica al presupuesto de Defensa?, ¿de hacerlo antes y no después de que éste se apruebe?, ¿de hacerlo como un modelo «de contraste», referencial, ejemplar, para ponerles la cara colorada (dado que dicen que no hay alternativa) y como una reivindicación para movilizar a la sociedad en contra del gasto militar y por su eliminación?, ¿de hacerlo en coordinación con otras expresiones y luchas sociales y recogiendo sus apuestas de seguridad humana?

Seguiremos informando.

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