¿Soldados en el Líbano? - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

¿Soldados en el Líbano?

Miércoles.13 de septiembre de 2006 2938 visitas - 7 comentario(s)
Carlos Taibo #TITRE

12 de septiembre de 2006, por Carlos Taibo

Me preguntan a menudo en los últimos días si, ante la tragedia que acosa al Líbano, también estoy en contra del despliegue de una fuerza de interposición en el sur de ese atribulado país. ¿No es ésta -se me espeta- una situación inequívoca en la que hay que apoyar sin fisuras semejante despliegue?

Me permitirá el lector que por una vez lo libere de cualquier sesuda consideración sobre el intervencionismo autodenominado humanitario, aun a costa de reconocer que algunas situaciones extremas invitan a hacer la vista gorda ante las dobleces que acompañan a aquél. Me temo, sin embargo, que lo del Líbano obliga a discurrir por otro camino y a aseverar con energía que la pregunta que se formula es tramposa donde las haya. Porque, y vaya mi réplica principal, ¿qué es lo que se ha hecho para evitar que se alcanzase la situación de estas horas? ¿No resulta evidente que las potencias occidentales han dado alas, en repetidas ocasiones y de diversos modos, a las políticas criminales abrazadas por Israel?

Y es que en este caso en modo alguno cabe hablar de una conducta inesperada asumida por un agente de siempre moderado. El registro de Israel es inapelable, y no voy demasiado atrás, de la mano de más de 700 niños y adolescentes palestinos muertos en los tres últimos lustros, de la práctica cotidiana de la tortura, del castigo constante infligido a los civiles y de orgullosas violaciones de la legalidad internacional. Son estos hechos, por cierto, y no un fanatismo irreductible, los que explican el crecimiento de Hizbulá y de Hamás. No nos engañemos: si Israel hace lo que hace es porque sus dirigentes son plenamente conscientes de que nadie con peso -EE.UU., la Unión Europea- les va a parar los pies.

Los sucesivos gobiernos españoles, sin ir más lejos, han mantenido incólumes las relaciones diplomáticas, han respetado el sinfín de privilegios comerciales con que la UE obsequia a Israel, no le han hecho ascos a la venta de armas a este último y han amparado el desarrollo de maniobras militares conjuntas. En estas condiciones, que Rodríguez Zapatero sea retratado como un furibundo enemigo de las políticas de Olmert no deja de ser un triste desafuero.

Alguien dirá, cargado de razón, que todas estas miserias lo son, en realidad, de la propia Unión Europea, inmersa en un círculo vicioso en el que se dan cita una torcida interpretación de los deberes de solidaridad y reparación que se derivan del Holocausto, la sempiterna sumisión a Estados Unidos, el eco del discurso neoconservador sobre el terrorismo y, claro, y aunque a menudo se olvide, intereses propios bien palpables. La UE se halla entrampada, por añadidura, en un lamentable callejón sin salida: el legítimo designio de perfilar una diplomacia común se materializa hoy en la llamativa anulación de las políticas propias de los Estados miembros. Mientras unos se escudan en los otros para justificar por qué no rompen un plato, tampoco emerge esa añorada diplomacia conjunta, a menos que por ésta entendamos el pundonoroso abrazo del silencio más cómplice.

Como acostumbra a ocurrir en estos casos, uno puede apuntarse a dos tesis que, diametralmente diferentes, recogen partes contrastadas de la realidad. Israel es, por un lado, la punta de lanza de muchos intereses occidentales, hasta el extremo de que parece legítimo afirmar que quienes bombardeamos somos, en alguna medida, nosotros, de la misma suerte que somos nosotros quienes, con infumable hipocresía, nos aprestamos a desplegar contingentes pacificadores. Pero, y del otro lado del espejo, la violencia sin límite que los gobernantes israelíes profesan no hace sino acrecentar el caldo de cultivo de respuestas desbocadas que amenazan, naturalmente, a la propia UE. En este sentido, no puede sino indignar que la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad, bajo la estricta tutela norteamericana, reclame la liberación inmediata de los soldados israelíes secuestrados pero nada diga, en cambio, del millar de muertos, en su mayoría civiles, provocado por los bombardeos del Tsahal.

Vayamos, con todo, a lo principal: lo ocurrido en el Líbano, y lo que sucede hoy como ayer en Gaza y Cisjordania, no obedece a las secuelas arrasadoras de un tsunami que escapa -supongamos que es así- a nuestra responsabilidad y a nuestro control. Es el efecto, conscientemente buscado, de una maquinaria de terror dirigida por humanos. Hace unas semanas señalaba en estas páginas que no acierto a entender por qué la UE ha prohibido la entrada en su territorio al presidente bielorruso Lukashenko -cuyos pecados pasan por manipular elecciones y reprimir, llegado el caso con saña, a la oposición-, mientras nuestros gobernantes siguen acogiendo en palacios y aeropuertos a ese digno émulo de Bush hijo, Olmert, sobre cuyos hombros pesan un millar de muertos y la destrucción de un país entero. ¡Qué ironía que en esas condiciones me pregunten si no me parece razonable el despliegue de una fuerza de interposición en el Líbano meridional!

  • > ¿Soldados en el Líbano?

    13 de septiembre de 2006 12:37

    Me llama la atencion que catalogen las relaciones comerciales de la UE con Israel como algo asi de favorritismos, cuando el estado terrorista de palestina vive del dinero enviado de USA y de la UE

    • > ¿Soldados en el Líbano?

      13 de septiembre de 2006 14:10

      Israel, estado terrorista

      De: e-mientrastanto

      El poblamiento hebreo de Palestina, el “retorno” a Palestina de personas de etnia judía, fue impulsado por el movimiento sionista, con el que no simpatizaban ni mucho menos todos los hebreos europeos, en el primer cuarto del siglo XX. Inicialmente los judíos emigrados a Palestina no pretendieron fundar un estado propio, sino compartir con los pobladores autóctonos —árabes o judíos arabizados siglos atrás— un estado palestino liberado del dominio colonial británico, que había sustituido al ocupante otomano al finalizar la primera guerra mundial.

      El Estado de Israel lo fundaron en cambio terroristas como Ben Gurion, destacado dirigente de este tipo de lucha contra el colonizador, tras la segunda guerra mundial y el Holocausto judío a manos de los nazis. El sector ultramontano y terrorista del movimiento sionista ganó la partida a los británicos y fue establecido el estado de Israel, reconocido por una parte de la comunidad internacional.

      La expoliación de tierras de los pobladores autóctonos de Palestina generó permanentes conflictos: exilios masivos a los países vecinos, guerras con los estados árabes que, con la victoria militar israelí, llevó a la ocupación de territorios ajenos más allá de Palestina. La resolución 242 de las Naciones Unidas fijó unas fronteras dentro de las cuales Israel debía replegarse, pero ese estado jamás obedeció. Israel, dama del ajedrez de los Estados Unidos en los yacimientos petrolíferos de Oriente Medio, jamás ha aceptado vivir en paz con sus vecinos.

      Hoy es un estado terrorista.

      Hace años, la decisión del Tribunal Supremo de Israel de autorizar lo que llamó “interrogatorios reforzados” de palestinos sospechosos, es decir, la práctica de la tortura por los cuerpos de seguridad sin posibilidad siquiera de reclamación judicial, no suscitó protesta alguna de la comunidad internacional. El estado de Israel ha organizado acciones delictivas o criminales en el extranjero: primero el secuestro de criminales nazis: aunque la jurisdicción por crímenes de guerra y contra la humanidad es universal, y por tanto Israel podía juzgar legítimamente a los criminales nazis, también estaba obligado a llevarlos legalmente ante sus tribunales. Israel ha practicado el secuestro, la tortura y el asesinato de oponentes políticos mediante sus servicios de seguridad, y por medio de su ejército ejecutado o autorizado actos prohibidos que incluyen matanzas deliberadas de civiles inermes (las de los campos de refugiados de Sabra y Chatila), asesinatos por medios militares de políticos palestinos, destrucción de viviendas o poblaciones enteras, bombardeos sobre la población civil en Palestina y el Líbano y acciones militares fuera de sus fronteras sin previa declaración de guerra. Ha asesinado a niños, bombardeado hospitales, campamentos de refugiados e infraestructuras civiles, utilizado armas prohibidas, violado treguas y atacado a sabiendas a organizaciones de ayuda humanitaria e incluso a delegados de las Naciones Unidas, cuyas resoluciones ignora. Con la complicidad de Washington, Israel se ha armado con bombas nucleares cuya existencia niega, y ha torturado y encarcelado a sus propios científicos honestos que desvelaron este secreto de estado. Israel reprime también a sus propios ciudadanos pacifistas.

      Israel ha mostrado no querer la paz con la población palestina y se opone con tenacidad a la creación de un estado palestino; ha admitido la existencia de autoridades palestinas negándoles la posibilidad de cumplir sus funciones de mantenimiento del orden pero criminalizándolas por lo que Israel mismo les impide hacer. Cada vez que se ha estado a punto de conseguir una paz negociada Israel ha originado unilateralmente incidentes que la han hecho imposible. No se puede descartar que sus servicios sean responsables de la extraña enfermedad y rápida muerte del dirigente palestino Arafat, la bestia negra de Israel. Israel ha exigido elecciones en los territorios de administración palestina, pero cuando éstas han dado un resultado que confirmaba la voluntad de resistencia de la población ha renovado sus ataques militares contra los civiles —ya que no hay verdadero ejército que derrotar—.

      Los embajadores de Israel y sus publicistas llaman terroristas y califican de antisemitas a cualquier persona que denuncia estos crímenes del estado israelí, responsabilidad de sus políticos, de sus generales e incluso del odio inculcado a sus simples soldados. En la prensa internacional su lobby intelectual urde supuestas tramas de otros estados —aquellos que están en el punto de mira de los norteamericanos, como Siria e Irán— para justificar la violencia israelí contra la población palestina y todo lo que se mueva.

      Es evidente que contra la agresión armada del estado de Israel a la población palestina y a los estados que acogen a los refugiados de ésta hay un movimiento disperso de resistencia armada e incluso terrorista: el terrorismo es criminal, pero cuando es una respuesta a otro terrorismo se puede decir que éste se lo ha buscado. Israel lo ha fomentado con el terrorismo de sus fuerzas armadas y de seguridad, con su terrorismo de estado.

      El ataque al Líbano de este verano de 2006 es un episodio más de una larga lista de comportamientos agresivos del estado de Israel, que se envuelve en la memoria del Holocausto judío para hacer pasar por alto que es simplemente una administración criminal. Ahora trata, con su agresión al Líbano, de involucrar a otros países en su acción, como sugería, sugiriendo al mismo tiempo que la Otan podría involucrarse en el bombardeo del Líbano, el enloquecido ex-presidente Aznar. El telón de fondo de esta última crisis, que como siempre causa muerte y sufrimiento a civiles indefensos, contra quienes el ejército israelí ha lanzado bombas de fósforo y bombas de racimo, prohibidas, es el fracaso norteamericano en Iraq. El objetivo norteamericano de crear un estado títere en este último país se ha mostrado imposible, y ha empezado la búsqueda de un enredo mayor que permita salvar la cara electoral a la derecha norteamericana en el gobierno.

      Los ciudadanos demócratas deben ser prudentes para evitar que se extienda entre la población la ideología antisemita por inducción de los comportamientos de la entidad israelí. Todo antisemitismo es racismo que es preciso rechazar y combatir. Pero debemos movilizarnos contra el estado terrorista. Por mucho que pajaritos como Rajoy califiquen de “catetas” las manifestaciones contra la violencia israelí.

      • Palestina tiene que desaparecer

        14 de septiembre de 2006 17:33

        La de veces que hemos oido en occidente criticar a Israel por eliminar terroristas, cosa que por otro lado tiene cierta lógica fuera de la situación actual. Lo cierto es que la alternativa a la eliminación de terroristas es su detención, juicio y su encarcelamiento, pero aquí llega la contradicción ya que desde occidente lo que se dice es que Israel tiene que liberar terroristas de sus carceles. Se pone al mismo nivel al soldado secuestrado y torturado que al terrorista que quería masacre de civiles inocentes. Por si esto fuese poco ya saliendo del tema de los soldados secuestrado, desde la izquierda europea se califica a los terroristas y asesinos como “gente secuestrada por el estado de Israel”, pide la libertad para los “prisioneros palestinos” “ni que fuesen presos políticos” y se le pide a Israel que libere a todos los menores de edad.

        Vamos a ver, entonces ¿que hacemos? si los palestinos utilizan a menores de edad para matar los atrapamos y los dejamos en la frontera? para que vuelvan al día siguiente a ver si sale? El caso es que si no se les puede meter en la cárcel, tampoco se les puede eliminar la pregunta es: ¿Qué quieren que haga Israel con los terroristas que preparan, ejecutan masacres y secuestros?

        Pase lo que pase en este callejón sin salida siempre ganan los terroristas, maxime aun con dirigentes occidentales con delirios comunistas capaces de negociar con asesinos y humillar a las victimas..

        Palestina es un estado gobernado por Terroristas que debe desaparecer, un estado donde en vez de crear escuelas, crean odio hacia las libertades y modo de vida Libre de Israel y occidente

        • > Palestina tiene que desaparecer

          15 de septiembre de 2006 01:05, por Pablo

          Sin entrar por falta de tiempo a valorar la disquisición de qué hay que hacer con menores de edad que ponen bombas, sí decir que me parece macabro el uso que hace de la palabra "terrorista" el comentarista al que contesto. Alucino que hable del "modo de vida libre de israel y occidente" De hecho creo que si no es el mismo comentarista que está inundando los medios contrainformativos de argumentos de este tipo, se le parece mucho.

          Sin valorar los métodos de lucha armada/terrorismo de algunos sectores de la población palestina (que ya están de sobra valorados por bush, aznar y sus corifeos como este señor por ejemplo, y que desde aquí hemos condenado de sobra ya también) lo que es brutal e injustificable es el TERRORISMO DE ESTADO que practica el supuestamente libre y democrático israel saltándose a la torera resoluciones de la onu, convenciones internacionales y los más mínimos principios de la ética para aniquilar impunemente a población civil cada vez que le sale de las narices, en medio del silencio cómplice de los países occidentales que ahora -para más inri- van allí a pacificar nadie sabe exactamente qué.

          Y ya está bien de llamar antisemitas a quienes denuncian los crímenes de lesa humanidad que comete continuamente el estado TERRORISTA por excelencia: Israel.

          • > Palestina tiene que desaparecer

            15 de septiembre de 2006 11:55

            Desde luego que nos enfrentamos a un tema comlicado de dilucidar y creo que con extremos como Palestina terrorista o Israel terrorista no se llega a ningun punto.

            Si tengo que elegir a quien defender entre un estado que respeta los principios de libertad igualdad justicia reunion trabajo etc etc etc contra los de unos "estados" musulmanes (y ya sabemos que significa musulman) no tengo duda.

            Soy libre y me defiendo del fanatismo

          • > Palestina tiene que desaparecer

            4 de octubre de 2006 16:51, por Joaquín Delvicio

            Todos estamos deacuerdo en que el terrorismo es malo y nos esperanzamos con un futuro libre de él.

            Creo que para erradicar el terrorimso hay que comprender sus origenes. La carne de cañon (no los lideres) de los grupos terroristas islámicos la consiguen de territorios devastados por la guerra y la pobreza. Afganistán, Chechenia, Palestina, Líbano etc... son todos países productores de terroristas, pero también son países devastados por las guerras. Líbano, Palestina, en su día Egipto; todos los países contiguos han sido víctimas de decadas de opresión y terrorismo de estado Israelí, que no olvidemos, es junto con Estados Unidos, según la definición de la Onu, los dos primeros estados terroristas del mundo. De hecho la Onu ha levantado varias resoluciones contra el terrorismo de estado de estos dos países, y son estos dos países con algun alíado genocida (Por ejemplo Turquía) los que han vetado dichas resoluciones.

            Hace nada se filtró unos informes de la Cia a los medios de comuncación estadounidenses que aseguraban que la amenaza terrorista de Irak probablemente aumentaría tras la guerra. Y aunque los informes han causado alboroto, es curiosa esta actitud de la gente de sobrecogerse por dichos informes. Es como si les sorprendiese el enojo de la gente tras bombardear sus casas en vez de dar las gracias por ello.

            El terrorismo Líbanes con toda seguridad se alzará tras el ataque Israelí, los fanáticos son los autenticos beneficiarios de cualquier invasión o devastación de cualquier territorio, siempre ha sido asi y se ha convertido en un fenómeno totalmente predicible.

            Israel no es un estado tan libre como parece, el ejército Israelí (la segunda potencia bélica mundial) que tiene una gran influencia sobre su democracia, actúa como un elemento anti-democrático.

    • > ¿Soldados en el Líbano?

      18 de septiembre de 2006 06:22, por Miguel Jordá

      Decir EE.UU. y decir Israel es lo mismo,
      No olvidemos que el primero es en su 70% manejado por Judios,

      Y el lobby judio se extiende por Europa y resto del mundo,

      Si a Palestina se le ha dado dinero,este nunca seria lo suficiente para cubrir o compensar la cantidad de tierra ocupada ilegalmente por la fuerza,de los territorios Palestinos,
      sin hablar de la cantidad de vidas Palestinas que ha costado y sigue costando, las ambiciones expancionistas de Israel apoyada por EE.UU. y violando sistematicamente todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU,
      Ultimamente se ha dado por calificar a un pueblo de Terrorista cuando no se somete a la ocupación, y se niegan a aceptar que los maten, para robar sus recursos naturales.

      Ver en línea : ¿Soldados en el Libano?