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Romería de San Gregorio

Lunes.9 de mayo de 2005 2711 visitas - 1 comentario(s)
Seguimo recopilando información de la prensa "oficial" sobre el Mayo Desobediente #TITRE

El Periódico de Aragón

La romería más esperada, F. ARTESERO GARCIA
09/05/2005

Los hermanos Juan Antonio y Roberto Pérez formaban ayer en el monte de San Gregorio una gran pareja de cocineros. Entre un apetecible humillo con olor a pinchos morunos, costillas de cordero y morcilla, bebían cerveza al son de la charanga que iba recorriendo todo el pinar de la ermita. "Aquí estamos la familia como de costumbre y llevamos disfrutando toda la mañana. Ya hemos comido ternasco y huevos. Ahora, a seguir la fiesta", decía Roberto mientras retiraba la parrilla del fuego.

Como esta familia, decenas se acercaron hasta la ermita del Santo protector de las cosechas, en un día marcado por las buenas temperaturas, aunque también por la menor asistencia de romeros en comparación con otros años. Aun así, la ermita congregó, como de costumbre, a los más devotos y fieles a la tradición. "La misa de las once ha estado muy bonita, con la procesión y la bendición de los campos. No me lo pierdo ningún año", relataba Avelina Miguel, que abandonaba la ermita para ir a comer con sus hijos a Zaragoza y resaltaba: "Lo mejor, los danzantes".

Precisamente, a su lado estaba Daniel Bailén, de 20 años, junto a las jóvenes promesas del dance aragonés. Ya habían aparcado el traje baturro, pero la emoción les duraba en el cuerpo. "Es un lujo cuando la gente te aplaude tras el paloteado", explicaba este joven. Siddartha Rodrigo, también de la compañía El rollo del Rabal confesaba que la fiesta de la romería le gustaba, "pero no la misa".

Mientras otros, con más apetito, se movían de un lado a otro siguiendo el olor de la longaniza y las migas que se repartían al público. "Papá, qué bien huele... Vamos a por migas", le decía un hijo a su padre. Todos, como él, salían de la ermita cargados de cacahuetes, bebidas y dulces.

Sin reivindicaciones

La romería de ayer no tuvo el carácter reivindicativo de otros años. Una treintena de jóvenes con bicicletas y cargados con pancartas con mensajes antimilitaristas se apostaron en la entrada a la espera de que los soldados les dejaran pasar. "Están teniendo problemas con los bicicleteros porque quieren meter pancartas de No a la guerra en un territorio militar", contaban algunos vecinos.

A pesar del malestar de los jóvenes de la entrada, muchos agradecieron su ausencia. Jose Luís Gracia y Juan José Badillo comentaban, con la ración de migas en una mano y el vaso de vino en otra, que la romería era para romeros. "Aquí se viene a pasarlo bien, no a manifestarse. Estamos en contra de los partidos políticos en la ermita, porque lo mejor de aquí es comer, beber y disfrutar", decía Juan José. Su compañero, mientras, se confesaba entre risas un "adicto" de la romería, porque siempre terminaba "muy pedo".

Entre olor a tomillo, jotas al viento, guitarras improvisadas y aperitivos transcurrió la mañana en San Gregorio. Una armonía que sólo se vio empañada por la asistencia a un anciano que se cayó y se lastimó el codo. Parece que San Gregorio ayer no sólo cuidó de las cosechas.

Más información sobre el mayo caliente desobediente.

  • > Romería de San Gregorio

    12 de mayo de 2005 16:33, por David

    Más infos

    El Periódico de Aragón

    Sin almuerzo, por sospechosos

    * Dos parejas no pudieron participar el domingo en la romería a la ermita porque se les denegó el paso El control militar ni siquiera les pidió la documentación

    C. S. P. 12/05/2005

    "Ibamos vestidos normal, sin pintas de ningún tipo, con nuestra furgoneta, sin pegatinas subversivas y con la única intención de almorzar con mi padre, que ya estaba en la ermita de San Gregorio. Pero los soldados del control no nos dejaron entrar. Sin explicaciones. Dijeron que nos encontrábamos en zona militar y que no se nos permitía el paso". Así fue como dos parejas jóvenes se quedaron el domingo sin participar en la tradicional romería a la ermita del santo. Se habían trasladado como en años anteriores a la fiesta popular que se organiza en el templo situado en el interior del campo de maniobras de San Gregorio, pero en esta ocasión fueron consideradas personas non gratas .

    "No protestamos ni dijimos nada porque qué les vas a decir si estás en su terreno, pero si abren las puertas para la romería las abren para todos los públicos. ¿Qué pinta de sospechosos vamos a tener si mi amiga y yo estamos embarazadas? ¡Si al abrir el maletero sólo encontraron una bolsa de Imaginarium y un flotador con forma de caballo!", explicó Ana Campo.

    Aseguran que lo que más les molesta es la falta de explicaciones, los prejuicios de los soldados y ese carácter de sospechosos que les atribuyeron. "Un amigo iba en un coche detrás y oyó cómo los militares del control decían por el transmisor que nos habían denegado el acceso por sospechosos. ¡Pero si ni siquiera nos pidieron la documentación! Si tan sospechosos éramos, ¿por qué nos dejaron marchar como si nada sin avisar a la Guardia Civil que vigilaba la entrada al cuartel desde la autovía de Huesca?", añadió el compañero que conducía el vehículo, Natxo Garralda.

    Fuentes militares indicaron que no se ha presentado ninguna denuncia y se limitaron a sostener que si el control les prohibió el paso, "habría motivos fundados para ello".

    Para el próximo año, Ana asegura que acudirá en bicicleta con pancartas reivindicativas. "Nos dijeron que a un grupo de ciclistas de esos antimilitares, no sé cómo se llaman, también les prohibieron el paso. Me iré con ellos, que al fin y al cabo la ermita es de la ciudad, no de los militares", sostuvo.