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¿Quién es Malalai Joya?: afgana enemiga de los militares ocupantes y de los integristas que la llamaron infiel y comunista

Miércoles.5 de noviembre de 2008 538 visitas Sin comentarios
"Es muy fácil que me maten, pero no callarán mi voz ni taparán la verdad" #TITRE

Kaosenlared

Estados Unidos y [España] ocuparon mi país bajo la bandera de los derechos de la mujer y la democracia. Instalaron en el poder [a gentes] tan ignorantes como los talibanes. Las tropas deben de irse.

Malalai Joya: "Es muy fácil que me maten, pero no callarán mi voz ni taparán la verdad"

Teresa Pérez en El Periódico

Malalai Joya (Farah, 1978) es un infinito ejemplo de coraje. Diputada, fue expulsada del Parlamento afgano, perseguida, amenazada por hablar claro y alto y por ser mujer en un país donde ellas solo son objetos.

—Usted analizará ¿Qué hace España en Afganistán? ¿Qué hace?

— La política de España en Afganistán está equivocada. Estados Unidos y sus aliados ocuparon mi país bajo la bandera de los derechos de la mujer y la democracia. Instalaron en el poder a los señores de la guerra, tan ignorantes como los talibanes. Las tropas deben irse.


— Cuatro intentos de asesinato, escoltas y duerme cada noche en un sitio diferente. ¿Se puede vivir así?

— Aun así es fácil que me maten, pero no callarán mi voz ni taparán la verdad. Soy la voz de los sin voz.

—Recientemente han asesinado a la jefa de la policía de Kandahar. ¿Teme ahora más por su vida?

— Cada día me siento más en peligro y cada reconocimiento internacional es más peligroso para mí. Pero conmigo tienen dos problemas: primero, desenmascaro criminales y no me vendo; y segundo, soy mujer y nos odian, y más si eres activista. No abandonaré Afganistán, porque daría mal ejemplo a mi gente.

—Usted lleva burka para protegerse. ¿Cómo se ve Kabul así?

— Es como estar en la cárcel, pero te sientes segura. Es como un ataúd.

—Occidente alegó la situación de la mujer afgana para justificar la invasión..., pero poco ha cambiado

— Ha ido a peor. Es un infierno. Muchas se autoinmolan para no ser vendidas y la lista de asesinadas es interminable. Hay tantos casos...

—¿Por ejemplo?

— Trece parlamentarios violaron a una mujer ante sus hijos y le orinaron en la cara... Violaron a Shakiba, de 7 años, y a Basira, de 14. Son peores que animales, porque estos matan por algún motivo y ellos no.

—¿Qué caso le afectó más?

— Muchos, muchos, no sabría cuál. (Malalai rompe a llorar. Calla, se seca las lágrimas y se excusa). Lloro enfrente tuyo, pero no delante de la gente que me pide ayuda, porque debo darles esperanza.

—¿....?

— Un día cortaron un niño en pedazos que esparcieron por la aldea. Tras estallar una bomba, un padre desconsolado mostraba la camisa de su hijo: es todo lo que quedaba de él. Un parlamentario, Piram Qul, puso a dos niños en un hatillo con piedras y lo tiró al río. Darviz Kambakhsh está preso por bajar de internet un texto sobre la mujer... No hay justicia, solo mafia.

—La expulsaron del Parlamento por llamar "animales" a los diputados... y pidió perdón a los animales por compararlos con criminales. ¿Qué pasó después?

— Me llamaron "puta" en el mismo Parlamento, me pegaron, intentaron violarme..., y dicen que si pido perdón puedo volver.

—¿Nadie le ayudó?

— Muy pocos. La mayoría del Parlamento pertenece a los criminales.

—¿Cómo es la vida cotidiana?

— La inseguridad es terrible y la perpetúan para justificar la presencia extranjera. 300.000 niños no van a clase. Hay saqueos, violaciones, queman escuelas y cortan orejas a maestros para ejemplarizar. Kabul es una ciudad de mendigos. Para comer, hay familias que venden niños por 10 dólares.


Leyla Zana y Malalai Joya, ganadoras del VII Premio Juan María Bandrés de Derechos Humanos

Rebelión

Mención de honor para el padre Jeròme

La séptima edición del Premio Juan María Bandrés a la Defensa del Derecho de Asilo y la Solidaridad con los Refugiados, ha premiado a dos mujeres que luchan por los derechos de sus pueblos y por ello han sido castigadas. Sin embargo, y a pesar del gran riesgo que corren, ambas continúan su trabajo. La escritora Leyla Zana, primera mujer kurda elegida en el parlamento turco, encarcelada durante varios años y candidata al premio Nobel de la Paz, y la diputada afgana Malalai Joya, ex refugiada, expulsada del parlamento por denunciar a los señores de la guerra afganos, y con cuatro intentos de asesinato encima, continúan trabajando por el pueblo kurdo y por la democracia en Afganistán respectivamente. Ese compromiso es el que el jurado del premio Bandrés, presidido por el pintor Juan Genovés, ha querido reconocer, cuando la solidaridad con los refugiados es cada vez más importante en una Europa en la que se quieren imponer las políticas insolidarias.

Leyla Zana nace en la región kurda del sureste de Turquía. Durante los años 80, mientras iba de prisión en prisión para ver a su esposo encarcelado por posicionarse a favor del pueblo kurdo, se convirtió en la voz de las mujeres de los presos del régimen turco. Durante los 90, llevó su perspectiva feminista a la creación del periódico Yeni Ülke, publicación acosada y finalmente cerrada por la censura. En 1991, durante un breve periodo de apertura, fue posible que un parlamentario kurdo fuera elegido para la legislatura turca. Leyla Zana recibió el 84% de los votos de su distrito, convirtiéndose en diputada y en símbolo de la lucha por la paz, el respeto de los derechos de la población kurda y el diálogo entre kurdos y turcos. Fue acusada de traición en 1994 por sus discursos contra la persecución a los kurdos, y encarcelada. Desde la prisión escribió múltiples artículos que la justicia turca usó para ampliar su condena, mientras el Parlamento Europeo le concedía el premio Sajarov a los derechos humanos. En junio de 2004 es liberada después de que la Corte Europea de Derechos Humanos dictaminara que durante el juicio contra ella se habían quebrantado las disposiciones del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. En los días de su liberación, la Unión Europea iniciaba el debate sobre el posible ingreso de Turquía en su seno. Hace tan sólo unos meses, Leyla Zana ha vuelto a ser acusada bajo la ley antiterrorista por un discurso pronunciado durante la festividad kurda del Nevruz.

Malalai Joya es un ejemplo de que los refugiados no son una carga para los países de acogida, sino una apuesta por el futuro democrático del mundo. Esta diputada salió de Afganistán como refugiada a los cuatro años. Vivió con su familia en un campo de refugiados de Irán y de allí se trasladó a Pakistán, donde terminó sus estudios. Volvió a Afganistán en 1998 y enseguida se convirtió en una tenaz opositora de los talibanes. Daba clases a mujeres clandestinamente y fundó un orfanato y una clínica. Es líder de una ONG (OPAWC) que trabaja por los derechos de las mujeres y la democracia en su país. Malalai Joya es también la diputada más joven de Afganistán, pero no puede cumplir con su trabajo porque ha sido expulsada del Parlamento tras exigir que sean procesados los miembros del Gobierno que han cometido graves delitos. El Parlamento afgano, en lugar de atender sus denuncias respaldadas por las organizaciones internacionales de derechos humanos, la ha amenazado de muerte. Sin embargo, ella sigue denunciando que Afganistán se encuentra en manos de criminales y corruptos, ahora con la connivencia de Estados Unidos. Por eso pide que se presione a los gobiernos que tienen tropas en Afganistán, entre ellos España, para que apoyen a los partidos y organizaciones democráticas en el país, en vez de seguir la senda abierta por las tropas estadounidenses.

Mención de honor para el padre Jeròme

El jurado ha decidido otorgar una mención de honor a la labor realizada por el sacerdote nigeriano Jeròme Otitoyomi Dykiya en la Misión Católica de Nouadibú, que él dirige y en la que se apoya a los migrantes que llegan a la ciudad, casi siempre después de un largo viaje a través de otros países. Pese al alto índice de migraciones en el Africa del Oeste, existen pocos centros que se ocupen de acoger y apoyan a los migrantes en tránsito hacia otros destinos, o que llegan buscando una vida más digna. El centro que dirige el padre Jeròme es una excepción. En él, los migrantes reciben formación en idiomas, alfabetización, informática, contabilidad o cocina, y encuentran apoyo a iniciativas de economía social para crear microempresas o cooperativas mediante microcréditos. En la Misión también se ha creado un registro de las personas que llegan, lo que permite conocer sus perfiles, las condiciones en sus países de origen, los objetivos que se plantean al migrar, sus expectativas de futuro. Pero además del apoyo para mejorar las habilidades y oportunidades de los migrantes, el padre Jeròme ofrecer otro apoyo fundamental: la solidaridad. En un recorrido migratorio lleno de puertas cerradas y humillaciones, el padre Jeróme siempre tiene una puerta abierta con independencia del origen, género o religión del que llega.

El premio Bandrés

CEAR y la Fundación CEAR entregan anualmente el Premio Juan María Bandrés a personas o instituciones que hayan destacado por su trayectoria en la defensa del derecho de asilo y la ayuda a los refugiados y los desplazados internos. Este galardón, junto con la Medalla Nansen que otorga el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), es de los pocos reconocimientos que reconocen el trabajo solidario a favor de los más de 40 millones de refugiados y desplazados internos que existen en el mundo.

En anteriores ediciones han sido premiados Enrique Figaredo, jesuita y obispo de Battambang (Camboya), por su labor con las víctimas de las minas antipersona; Margueritte Barenkitse, directora de Maison Shalom en Burundi, por su trabajo por la convivencia étnica y el ciudado de miles de niños víctimas de la guerra; Javier Giraldo, sacerdote colombiano, por su compromiso con los más de tres millones de desplazados internos de Colombia; Suzy Castor, historiadora haitiana y ex refugiada, por su lucha por la democracia en Haití; Aminattou Haidar, emblemática defensora de los derechos de los saharauis, y Salah Salah, presidente del Comité de Refugiados del Consejo Nacional Palestino y una de las personas que más ha trabajado por el retorno de los cinco millones de exiliados palestinos.

Los premios de esta edición, representados en la escultura La espiral del viento de Martín Chirino, serán entregados en la primavera del 2009.


Malalai Joya entrevistada en Informe Semanal TVE (Ojo)

Malalai Joya habla claramente contra señores de la guerra y ocupantes de Afganistán.


Fuera las tropas de Afganistán

¡No a la guerra y a las ocupaciones!

¡Tropas fuera de Afganistán!

¿Qué hacen las tropas extranjeras en Afganistán?

¿Realmente se trata de una operación humanitaria?

Nos dijeron que invadieron Afganistán para acabar con el terrorismo. Pero la intervención sólo ha producido más odio y ha aumentado el riesgo de nuevos atentados.

Luego dijeron que iban a llevar la democracia a Afganistán. En realidad, han instalado a un antiguo empleado de la petrolera estadounidense UNOCAL y ex confidente de la CIA -Hamid Karzai- como Presidente, y a antiguos señores de la guerra como ministros.

Quizá la mentira más cínica fuese que iban a liberar a las mujeres afganas. Con la ocupación, a la opresión que han sufrido históricamente y continúan sufriendo las afganas, se ha añadido la posibilidad de perder su vida, o la de sus seres queridos, en un bombardeo aéreo.

Los motivos reales de la guerra

La "guerra contra el terror" y la invasión de Afganistán nada tienen que ver con la democracia y la libertad, pero sí con los intereses de las grandes potencias. El pueblo afgano tiene la mala suerte de vivir en una zona de gran importancia geoestratégica, fronteriza con Irán, China, Pakistán, y cerca de los importantes yacimientos energéticos del Mar Caspio. Tras los terribles atentados del 11-S, los dirigentes de EEUU vieron la oportunidad de imponerse en la región.

La OTAN -una alianza militar cuya supuesta razón de existir, el bloque del Este, desapareció hace casi dos décadas- ha aprovechado la ocasión para reciclarse en policía mundial. La alianza entera, incluyendo a los países europeos, ha adoptado la doctrina estadounidense de guerra preventiva. La ocupación de Afganistán se ha convertido en la prueba del algodón de la "nueva OTAN" ; del éxito de esta operación dependerá la capacidad de la Alianza para imponerse como el brazo armado de EEUU y de la Unión Europea.

Y no olvidemos la sombra de Guantánamo. La guerra contra el terror ha producido un enorme retroceso en los derechos humanos en todo el planeta, dando a los gobiernos una coartada para criminalizar expresiones de oposición al sistema que nada tienen que ver con el terrorismo.

La participación española

El gobierno mantiene que las tropas españolas no forman parte de la ocupación, sino que trabajan en la reconstrucción. Pero el propio Secretario General de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, rechaza cualquier separación entre reconstrucción y guerra, declarando que "Afganistán es un solo país. Es un solo teatro estratégico para la OTAN". También según la OTAN, la función de los PRT -los equipos de reconstrucción en los que trabajan los soldados españoles- es la de "extender la autoridad del Gobierno central" ; es decir, fortalecer al gobierno impuesto por la ocupación.

La presencia española en Afganistán forma parte de un cuadro preocupante:

¨ El Estado español ha votado repetidamente en la ONU para legitimar la ocupación de Irak.

¨ Las bases militares de EEUU en el Estado español siguen sirviendo de escala en los vuelos ilegales de la CIA, y ahora se plantea la construcción de una nueva base, en Zaragoza.

¨ El gobierno español mantiene su apoyo al gobierno israelí ?que continúa cometiendo crímenes de guerra contra el pueblo palestino? mientras boicotea al gobierno democráticamente elegido por los palestinos.

¨ Tras la guerra de Israel contra Líbano en 2006, las tropas españolas vigilan no al agresor, sino a la víctima de guerra, bajo una resolución que exige el desarme no de los atacantes, sino de la resistencia.

¨ Durante el mandato del Gobierno de Zapatero, tanto el gasto militar como el comercio de armas del Estado español se han disparado.

¨ La nueva ministra de Defensa ha declarado "obsoleto" el límite de 3.000 soldados españoles destinados al exterior, abriendo así el camino a aún más intervenciones militares.

Es evidente que el gobierno de Zapatero se ha alejado mucho del sentimiento popular antiguerra que le aupó al poder en 2004. Actualmente, más de la mitad de la población ve como negativa la presencia de tropas españolas en Afganistán, y pide su retirada.


¿Cuál es la solución?

Tras casi 7 años de ocupación, han muerto decenas de miles de civiles en Afganistán -no hay cifras fiables del total- y millones de afganos siguen siendo refugiados. El país está en una situación terrible, que no tiene posibilidad de mejorar, sin el fin de la guerra y la ocupación.
La retirada de las fuerzas españolas de Irak (fruto de las masivas protestas antiguerra de 2003) fue un paso importante, y motivó a otros muchos países a salir de aquella guerra ilegal. Los mismos argumentos se aplican a este caso: se trata de una guerra ilegal e ilegítima que persigue un interés estratégico en detrimento del bienestar de la población.

Frente a las continuas referencias a la guerra que podría surgir como consecuencia de la retirada de las tropas extranjeras, cabe insistir en que es ahora cuando el país se encuentra en guerra. El Gobierno español, una vez retirados los soldados, podría limitar sobremanera la capacidad destructiva de los grupos armados exigiendo a los numerosos países y grupos afines que apoyaban o apoyan a estos grupos (sin padrinos su impacto es mínimo) que cesen sus prácticas de financiación económica y militar.

Existen otros motivos urgentes para una salida de las tropas españolas.

Barack Obama, probablemente el próximo presidente de EEUU, propone intensificar la guerra en Afganistán , lo que sólo empeorará la situación.
Hasta la fecha, el Estado español ha gastada más de 1.100 millones de euros en la invasión y ocupación de Afganistán . Ante la actual crisis económica, la retirada de las tropas de Afganistán -idealmente como parte de una reducción global en el gasto militar- liberaría recursos para invertir en servicios públicos y empleo.

Esto no debe significar abandonar al pueblo afgano. Su país necesita la reconstrucción, pero el Secretario General de la OTAN ya dijo que ese "no es un trabajo para la OTAN. Ese no es trabajo de un soldado" . Se reconstruiría el país mejor (y con menor coste económico y en vidas humanas) terminando la ocupación y apoyando programas civiles impulsados por los propios afganos. Actualmente, entorno al 99% del gasto español en el país se destina al ejército.

Exigimos la retirada inmediata de las tropas españolas de Afganistán, y que no se las envíen a otra misión en el exterior, sino que sea el primer paso en el replanteamiento de la política militar del Estado.

Por este motivo, movimientos sociales de diversas partes del Estado español -respondiendo a la llamada de una reunión estatal de activistas antiguerra, el 28 de junio en Madrid- organizarán, durante octubre y noviembre de 2008, una campaña informativa para explicar la necesidad de la retirada de tropas de Afganistán, culminando en un día de movilización a favor de esta demanda, el sábado, 22 de noviembre.