«No he votado nunca. Votar ha servido para que la gente sea más sumisa»

Olivia Carballar

José Ramón Palacios, anarquista, es presidente de la Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo. Esta entrevista fue realizada para #LaMarea64, cuyo dossier analizaba el peligro de la abstención ante los enfrentamientos de las izquierdas y el empuje de la ultraderecha.

¿No ha votado jamás?

No, soy virgen. No he votado nunca porque no sirve para nada. Bueno, sí, es un engaño y, por tanto, sirve para justificar el poder, que sin el juego electoral y democrático no se justificaría. La trampa es que la gente piensa que el poder es suyo porque lo elige, y el poder es siempre contra él.

¿Nunca se le pasó por la cabeza?

No. Yo he luchado y me imagino que moriré luchando contra el poder y eso no puede detenerte en el oportunismo de lo menos malo, porque eso es lo peor. Cuando la gente normal y el pueblo se entretiene entre lo menos malo y lo peor se olvida que hay que luchar contra lo peor. Lo menos malo no deja de ser malo. Hasta Churchill reconocía que la democracia era el menos malo de los regímenes conocidos. Y no es nada nuevo. Está ahora la gente un poco asustada con Vox, pero se olvida que hace 2.500 años, en Grecia, cada vez que había un periodo amplio de democracia siempre la suplía un tirano. Históricamente, cualquier sucesión era así y en los tiempos modernos tenemos a Mussolini, Hitler… que fueron producto de la democracia.

¿Qué ha pasado desde el 15-M?

El 15-M fue un estallido de descrédito del juego electoral y democrático al grito de «no nos representan». Nadie, ni de izquierda ni de derecha. La gente había perdido esa fe o, por lo menos, tenía dudas. Pero siempre se encuentran apañitos como Podemos, que generan otra vez ilusión y a la gente nos gusta ilusionarnos con tonterías, y funciona. El tema es que Podemos llegó a ser una tercera fuerza política gracias a la ilusión estúpida que generó, hasta que la gente se ha dado cuenta de que es más de lo mismo. Pero no importa, no sé que pasa en el colectivo de la masa votante que, en cuanto está harta, cabreada, aparece por ejemplo un candidato negro en EEUU y entonces se les olvida todo el cabreo. Estamos condenados a tropezar con la misma piedra.

¿Está hablando ahora de Errejón? [Acababa de crearse Mas Madrid]

Podemos ha enseñado su patita, la cintura y su cabeza y ha perdido esa aureola de generar ilusión y volver a recuperar la fe en el juego. Y claro, tienen que inventar algún tipo de maniobra, y se inventan Más Madrid, Más Córdoba, Más Sevilla o lo que sea. Entiendo que la gente joven, de alguna manera, necesite experimentar cosas y a veces las historias del abuelo cebolleta le podrán sonar más o menos bien, pero no deja de ser un poco eso. A quien no entiendo es a la gente de más de 55 años, que vivió el gran boom del triunfo por mayoría absoluta del PSOE, al que se le hizo más fiesta que cuando murió Franco y luego vio lo que significó aquel rodillo que terminó con todos los movimientos populares, el sindicalismo revolucionario. No lo entiendo. Es la misma historia y parece que no se aprende de la experiencia. Y hablo de cuestiones concretas, de hechos, no de ideología.

¿Y a qué cree que se debe?

Sencillamente no se piensa. Llevamos 40 años y pico votando. Y ha servido para habernos tragado Europa, para que la gente sea más sumisa. Vamos tragando más leyes que conducen a la pauperización total de los trabajadores, a la precarización y lo hemos aceptado como algo democrático.

¿Qué propone entonces?

Soy anarquista. El voto secreto democrático y general le viene como anillo al dedo a toda la gente sumisa, a esa gente que dice ‘ah, es que los políticos son iguales’ y siempre votan a los más carcas y reaccionarios. En una empresa, cuando se hace algún referéndum, pueden salir las cosas más alucinantes. Por ejemplo, que se voten propuestas de la empresa y que salga reducirse el sueldo, porque está detrás el anonimato de las posiciones más carcas y reaccionarias que esta gente no se atreve nunca a contrastar con otros amigos y compañeros. Frente a ese voto siempre hemos defendido la asamblea y el voto a mano alzada, donde se puede discutir o defender por qué se elige una cosa y no otra. Esa es la participación real de la gente que está interesada en resolver lo que sea. Lo otro es dar opción a decidir a gente a quien le importa tres pepinos lo que se está decidiendo.

Pero tendrán que opinar también…

El resultado de ese voto general, secreto, es que 12 fascistas vayan a un Parlamento andaluz o el nacionalsocialismo gane las elecciones en Alemania. La alternativa es la asamblea y el federalismo, el juego de abajo a arriba, donde la gente se organiza para que los pueblos se federen. Eso no es ni siquiera poder popular, es contrapoder popular, evitar que se constituya un poder sobre nadie.

Fuente: https://www.lamarea.com/2019/09/19/...