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Las ayudas militares al alquiler incrementarán su partida en un 65%

Martes.19 de diciembre de 2023 683 visitas Sin comentarios
Alquileres de gran privilegio para militares, cuando la sociedad sufre por los precios de la vivienda. #TITRE

Son ayudas de lo más "sociales": se subvenciona mucho más la vivienda de un general que la de un soldado raso, con independencia del número de integrantes de la unidad familiar.


Juan Carlos Rois, Tortuga.

Unos amigos antimilitaristas que prefieren quedarse en la clandestinidad del anonimato me pasan una noticia publicada en un diario de Salamanca, según la cual el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (COPERFAS) ha presentado un proyecto de orden ministerial para apoyar la movilidad geográfica de las Fuerzas Armadas, incrementando la partida presupuestaria dedicada a compensación económica por alquiler de vivienda a todas las escalas militares y facilitando la tramitación de esta subvención descarada.

El aumento de la partida será del 65%, lo cual no es poca cosa.

Es más que elocuente del interés del militarismo por la transparencia de sus actividades que el medio de comunicación elegido sea uno de poca tirada y alejado del gran público.

Actualmente este chorreo de dinero permite subvencionar a los militares para alquiler de vivienda conforme al cuadro establecido en el Anexo III de la Orden Ministerial Vigente, 6/22 de 4 de febrero, que ponemos a continuación:

Dado el escalafón militar, para los menos acostumbrados, diremos que el subgrupo de clasificación de personal A1 se refiere a generales y almirantes, el subgrupo A2 a Alféreces y hasta sargentos, el Subgrupo C1 a cabos y soldados con contrato permanente y el C2 a soldaditos con contrato temporal.

Nos parece un tanto complicado explicar, desde los principios de igualdad o de necesidad por ejemplo, a qué se debe que un general obtenga más ayuda para alquiler que un soldado o por qué se utiliza un criterio de jerarquía en vez de otro más social, basado por ejemplo en el número de miembros de su unidad de convivencia, pongamos por caso, pero ya se sabe, el ejército no es una institución caracterizada por el igualitarismo ni sensible a lo social.

Por otra parte, también resulta difícil explicar la comparación de estas ayudas con las del común de los mortales (que aparte de menores no llegan y suelen ser papel mojado), o con las ayudas regulada para la movilidad geográfica de los civiles en el mundo laboral.

El incremento de un 65% de dichas ayudas repercutirá, como es evidente, en el gasto militar de 2023 y en la partida que se llevará el INVIED, organismo autónomo militar encargado de la gestión de los alquileres militares, lo que tendremos ocasión de comprobar en unos días o meses, cuando se presenten las nuevas cuentas del Estado. ¿Será a esto a lo que se refieren los ministros y ministras de la izquierda cuando hablan de profundizar en los derechos sociales de la clase trabajadora?

¿Son las únicas ayudas militares?

Para completar el cuadro tenemos que decir que la ayuda al alquiler no es la única ayuda que se les ofrece a los militares por parte de Defensa. Contamos también con una jugosa ayuda para vacaciones en Residencias de Acción Social de Descanso, otra para cursos de idiomas, una tercera para escolarización, una cuarta para viajar en transporte público terrestre por la patilla o en barco, otra para mudanzas, otra para ocio y tiempo libre, otra para traslados al extranjero, otras para estudios de hijos y así un suma y sigue que contrasta con la sociedad civil.

Dichas ayudas, hasta donde he mirado, son independientes de las que con carácter general se ofrecen para el resto de los mortales.

Si a las ayudas sumamos la costumbre de disfrazar gasto militar en cualquier partida de cualquier ministerio o administración y el espectacular aumento del gasto militar aprobado en sucesivos consejos de Ministros (ya superamos los 27.500 desde enero al 12 de diciembre y nos queda al menos otro par de Consejos para acabar el año), la desmesura y el descaro militar saltan a la vista.

Una vez más, una muestra de los peculiares e injustificados privilegios del militarismo patrio.

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