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La otra guerra que también recordamos (y denunciamos) este mes: Líbano

Jueves.24 de octubre de 2024 52 visitas Sin comentarios
Grup Antimilitarista Tortuga. #TITRE

Este día 24 de octubre se cumplen dos años y ocho meses del inicio de la guerra de Ucrania, hecho que nos convoca cada día 24 de mes para pedir el final de las acciones bélicas e instar a las partes enfrentadas a resolver sus diferencias mediante el diálogo. También este mes de octubre se ha cumplido un año del inicio de esta fase de la guerra de exterminio que Israel perpetra contra la población árabe de Oriente Próximo.

No obstante, como bien sabemos, los de Ucrania e Israel no son los únicos conflictos bélicos que asolan a la humanidad. Queremos aprovechar estas convocatorias para recordar otros escenarios igualmente destructores de la vida y dignidad humana y la naturaleza, que no se suelen nombrar en los medios de comunicación.

Hoy vamos a hablar brevemente sobre la guerra en Líbano.

Líbano es un pequeño estado mediterráneo enclavado entre Siria e Israel. Desde su descolonización por parte de Francia, y su posterior independecia, acaecida en 1943, hasta los años setenta, el país vivió una gran prosperidad y desarrollo, convirtiéndose en el centro financiero de Oriente Próximo. Sin embargo, a partir de 1975 se inicia un rosario de guerras civiles, injerencias militares extranjeras y ataques por parte de otros países (principalmente Israel) que no ha cesado hasta el día de hoy. No es fácil explicar un proceso tan complejo y multifactorial, pero vamos tratar de resumirlo con algunas pinceladas.

Desde su fundación, Líbano es un estado multiétnico y pluriconfesional, en el que las étnias cristianas son el 50% de la población. Las musulmanas, a su vez, se dividen entre sunníes y chiíes. La división religiosa también es geográfica, repartiéndose los distintos grupos en diferentes zonas del país. En plena época de guerra fría, ya se daba un contencioso entre los grupos cristianos, que controlan el gobierno de la capital, Beirut, y son prooccidentales y aliados de EEUU, y los árabes, más bien alineados con posiciones socialistas, panarabistas y cercanos a la URSS.

A esta problemática se añade el hecho de la llegada al país de más de 100.000 refugiados palestinos en dos oleadas: 1948 y 1967, que huyen de la limpieza étnica que Israel está perpetrando en su territorio, y se instalan en campos de refugiados. La misma OLP de Yasser Arafat, expulsada de Jordania, se instala en Beirut en 1970. Estos hechos cambian la proporción demográfica entre cristianos y musulmanes y, trasladando a Líbano el conflicto que se vive en Israel, son la causa de un ataque militar de los cristianos maronitas a las fuerzas palestinas de la OLP. Así se inicia una larga guerra civil, en la que los grupos árabes dan apoyo a los palestinos y hay intervención de numerosas potencias extranjeras: Siria, EEUU, Francia, Italia y, especialmente, Israel, siempre interesado en azuzar la guerra y armar a quien se entrenta a sus enemigos palestinos en el Líbano.

La guerra civil se extiende hasta 1990. Mientras tanto, se suceden los desembarcos de tropas extranjeras, con el supuesto intento de poner paz y, especialmente, las invasiones de Israel del sur del país, buscando crear cinturones de seguridad para proteger sus regiones fronterizas de los ataques palestinos de la OLP y, años más tarde, de la milicia independiente chií, Hezbolá. Hubo invasiones del sur del Líbano por parte de Israel en 1978, 1982, llegando a ocupar todo el sector musulmán de Beirut, y practicando las brutales matanzas de refugiados palestinos en los campos de Sabra y Chatila, en 2006, provocando alrededor de un millón de desplazados, y la que está en vigor en estos momentos.

No solo hay invasiones terrestres. Primero la OLP, y Hezbollá en las últimas décadas, han mantenido vivo el conflicto con Israel, mediante perennes bombardeos de cohetes desde sus posiciones e incluso alguna incursión terrestre. La respuesta israelí ha sido siempre contundente y brutal, llegando a practicar bombardeos de ciudades a gran escala y todo tipo de atentados terroristas en Líbano.

Desde 1978 permanece estacionado en el Sur del Líbano un contingente de cascos azules de la ONU, hoy bajo mandato español que, como fácimente puede entenderse, no ha aportado prácticamente nada al cese de las hostilidades.

En Líbano, como en Ucrania y Palestina y toda la región de Oriente Próximo es urgente el cese de toda acción militar. Entendemos que se trata de un contencioso que no puede entenderse, ni resolverse, al margen del conflicto que enfrenta al expansionismo sionista de Israel con el pueblo palestino. De tal forma, visto que las autoridades israelíes, con el apoyo mayoritario de su población no árabe, no tienen intención de detener su acción bélica brutal y genocida, como primer paso se hace imprescindible el repudio internacional de Israel y el bloqueo completo de sus importaciones y exportaciones de armamento. Solo con un Israel suficientemente desarmado y vigilado por el resto de la humanidad se podrá generar el escenario para unas auténticas conversaciones de paz que puedan conducir a una solución justa y aceptable para todas las partes enfrentadas, tanto en Palestina como en Líbano.

Por un mundo sin guerras, con tolerancia, entendimiento, empatía y cooperación entre personas, pueblos, étnias, religiones y culturas. Con respeto al medio ambiente. Por un mundo en Paz.


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