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El director de la cárcel de Alcalá Meco dice que al sistema no le hacen falta ni más policías ni más cárceles

Sábado.11 de octubre de 2008 3312 visitas - 1 comentario(s)
Entrevista a Jaime Alonso, nuevo director de Alcala-Meco #TITRE

Derecho Penitenciario

Mientras nos invita a realizar la entrevista en una de las mesas de su despacho, más pequeña y despejada de papeles, apunta: “mejor aquí. El trato es más cercano, más humano”. Para Jaime Alonso, el nuevo director de la prisión de Madrid 2, esa humanización es la base del actual sistema penitenciario, con delincuentes de todo tipo, condición u origen para los que, explica, es vital “la profesionalización del funcionariado”. La máxima autoridad de la legendaria Alcalá-Meco, –quien ya ocupó este cargo hace cuatro años– apuesta porque la reinserción es posible y considera que la cadena perpetua “no resuelve nada”.

DIARIO DE ALCALA (DESIREE SANTOS).-

* Está claro que la cárcel ha cambiado, pero ¿lo ha hecho el sistema penitenciario?

Alcalá-Meco ya no difiere del resto de los centros pero ha sido símbolo de todo, y lo sigue siendo. En cuanto al sistema penitenciario, se ha humanizado muchísimo y ha cambiado en todos los aspectos. Antes, la mayoría eran reclusos por delitos contra la propiedad. Hoy en día, tenemos internos de bandas armadas, terroristas o con carencias que antes no existían por motivo de enfermedad como el sida. Por otra parte, la incomunicación lingüística es un problema también. Hay muchos internos extranjeros. Que duda cabe que son temas que tenemos que afrontar con nuevas ideas. El funcionariado, cuya labor es excelente, necesita profesionalizarse para afrontar todo esto.
Asimismo ahora existen delitos sociales que antes no tenían tanta repercusión. La violencia de género o los maltratadores han existido siempre pero no se denunciaban y penalmente no llegaban a prisión. Todo ello, complica la labor del funcionario de prisiones. Pero aquí de victimismos nada, nosotros estamos a lo que estamos, seguimos trabajando a diario intentando hacer un tratamiento individualizado que es en lo que creemos.

* Los sindicatos hablan del mayor ascenso de reclusos desde 1991, una media de 19 diarios.

La realidad es que tenemos un nivel de sobreocupación pero no está interfiriendo en los programas de tratamiento. Todavía nadie me ha dicho que “así no pueden trabajar”. Ahora tendremos una válvula de escape con Estremera. Lo ideal sería uno por celda pero no es posible, por lo que tenemos módulos duplicados. Nadie duerme fuera de su celda.

* ¿En ello influye la inmigración?

Hay un porcentaje alto. Ahora mismo tenemos 534 extranjeros de los más de 1.120 reclusos. Y los hay de muchas nacionalidades con la problemática lingüística y cultural que ello conlleva. Es complicado pero no imposible.

* ¿Qué le hace falta al sistema: más policías o más cárceles?

Ninguna de las dos cosas. Hay que empezar por la educación. Siempre he pensado que si falla la escuela y la familia entonces ya... Nosotros estamos aquí para paliar, para rehabilitar. Y obtenemos resultados. Pero hay que empezar por la vida familiar y por la vida escolar.
Muchos de los reclusos no han tenido oportunidades y ese es un problema social que hay que abordar desde un principio. Cuando llegan a la cárcel, lo que no se nos puede exigir a nosotros es que les saquemos siendo catedráticos. La reinserción es tarea nuestra pero también tiene que haber continuidad.

* Entonces, ¿la reinserción es posible?

Yo sí creo en ella. He visto a muchos que no han vuelto a delinquir, incluso, los que dábamos por perdidos. Si yo viera que esto no tiene sentido, sería el primero en irme y fíjate si llevo ya años y vuelvo a la lucha día a día.

* Sin embargo, los datos afirman que sólo un 10% de los agresores sexuales o pederastas entra en los programas.

No son obligatorios. Y la realidad es que no haces nada con obligar a alguien a hacer algo si no va a estar centrado, no cree en ello ni tiene intención de curarse. La labor de los sociólogos es que vean su problema y que él, voluntariamente, entre en el mismo concienciado de lo que le pasa. Ahí sí que se ven resultados.

* ¿Qué opina del caso Mari Luz y la creación del listado de pederastas?

Es un tema que yo no puedo responder, pues no es algo que me compete. El CGPJ ha actuado y no tengo que decir. Que duda cabe que son unos reclusos que nada tienen que ver con el resto. Deben recibir un tratamiento integral psicológico, psiquiátrico, farmacológico, todo lo que les pueda ayudar a superar esa lacra que tienen. Además, se necesita una reforma penal de su seguimiento posterior.

* ¿Cree en la cadena perpetua?

No soy partidario, no creo que resuelva nada. Hay mecanismos suficientes como para realizar el tratamiento adecuado y control de estas personas, y después que una posible reforma penal permita su seguimiento fura de prisión.

* ¿Cuál es la prioridad ahora?

Formar especialistas en el funcionariado y consolidar los programas de reinserción, especialmente con los más jóvenes. Ahora mismo tenemos en marcha una decena: para extranjeros, de violencia de género, alcoholismo y drogadicción, o el módulo de respeto, que aglutina a personas díscolas que se van integrando.

* Aquí están presos Ginés Jiménez y los acusados de la Operación Bloque. ¿Es más difícil la integración de los policías?

Tenemos un módulo con 65 policías, guardias civiles y militares. Éste no es su lugar pero todo el mundo que llega a la cárcel acaba asumiendo su situación. Hacen su vida, separados del resto de reclusos, con tranquilidad. Ni Ginés, ni ninguno de los demás han dado problemas.