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"Desarmar"

Jueves.30 de abril de 2020 147 visitas Sin comentarios
Correo Tortuga. #TITRE

Una persona colaboradora nos envía al buzón de la web de Tortuga el siguiente texto de 1924, que ha traducido del italiano. Nota de Tortuga.


DESARMAR

Los estados se arman. Es más, desarrollan y multiplican su armamento de guerra. La guerra se prepara en la paz. Actualmente las naciones se encuentran en estado de paz. Pero la aparente paz de hoy es mucho más peligrosa y amenazante que la guerra de ayer. Es un periodo en el cual no se piensa ni se trabaja sino para desencadenar y potencias la próxima guerra. Todos los estados persiguen y preparan la guerra. Todos los gobernantes y todos los militarismos piensan en la guerra. ¿Para qué servirían los ejércitos si no hubiera que declarar más guerras? Todos los pueblos trabajan FEBBRILMENTE para la guerra.

¿A quién resulta útil la guerra? A las dinastías, las castas militares, los financieros, los capitalistas y los proveedores.

¿A quien perjudica la guerra? Al proletariado, a todos los trabajadores. Pero quien arma la guerra es el proletariado. Es quien fabrica fusiles, ametralladoras, tanques de asalto, cañones, aviones, barcos, submarinos, gas, pólvora, explosivos y cualquier otro artefacto letal. Es el proletariado el que va a hacer la guerra. Los trabajadores sudan produciendo armas que los matarán. Tras fabricarlas, sus manos empuñan las armas para matarse.

¿Que se diría de un individuo que, no con la intención de suicidarse sino movido por el deseo de vivir, se esforzase tercamente en fabricar un arma para después dirigirla mortalmente contra si mismo? Se diría que es idiota o está loco.

Y no es menos idiota o menos loco el proletariado que fabrica armas y maquinaria letal para luego emplearlas en aniquilarse.

Así, los estados capitalistas, por y en detrimento de sus respectivos proletarios se preparan para la guerra. Pero no para la "pequeña" guerra de anteayer, con sólo diez millones de muertos. Como dijo un parlamentario francés, y como dicen muchos científicos y técnicos al servicio del reino de la muerte, "la próxima guerra será una guerra de destrucción tremendamente poderosa".

La ciencia de la guerra hace un progreso prodigioso. Cuenta con destruir –con sus maravillosos inventos y descubrimientos científicos– ciudades enteras en pocas horas. Medio, uno, cinco millones de personas caerán sin vida, como cinco millones de chinches, bajo la acción de químicos o bajo tormentas de fuego.

La ciencia avanza, los científicos se avergüenzan y la humanidad se vuelve estúpida y perece. Por lo tanto, las naciones se arman. Parece que están tomadas por una locura colectiva de armamento.

Se arman para matarnos, para diezmarnos. Y ni siquiera nos damos cuenta de que trabajamos para armarlos.

Pero si no somos idiotas o tontos, debemos reconocer nuestra propia culpa criminal, generalmente nuestra propia culpa al final.

Y debemos desarmar.

Negarse a fabricar armas y máquinas de guerra; negarse a ser soldado; negarse a responder a cualquier llamada a las armas u órdenes de movilización; volverse destructivamente contra la guerra y contra cualquier trabajo de guerra.

Desarmemos al estado enemigo.

[la Rivendicazione, anno II, n. 20, 29 marzo 1924]

https://finimondo.org/node/2466

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