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Chile: La lucha contra un dictador militar (1985-1988)

Martes.6 de agosto de 2024 105 visitas Sin comentarios
Política Noviolenta. #TITRE

En junio de 2009, Lester Kurtz publicaba en ICNC (International Center on Noviolent Conflict) este artículo en inglés. Posteriormente se tradujo al inglés y de él hemos copiado el texto para su difusión.

Lester R. Kurtz es profesor de sociología pública en la Universidad George Mason de Corea, donde enseña estudios sobre paz y conflictos, sociología comparada de la religión y teoría social. Tiene una maestría en religión de Yale y un doctorado en sociología de la Universidad de Chicago. Ha impartido conferencias en Europa, Asia, África y América del Norte y se desempeñó como presidente de la Asociación de Estudios de la Paz y de la Sección de Paz, Guerra y Conflicto Social de la Asociación Sociológica Estadounidense, que le otorgó el Premio Robin Williams a la Trayectoria Distinguida. Es investigador distinguido en el Instituto de Historia de la Masacre de Nanjing y Paz Internacional y asesor académico del ICNC.

CHILE: LA LUCHA CONTRA UNDICTADOR MILITAR

Resumen del conflicto:

Seguido del acceso al poder del General Augusto Pinochet en 1973 en un sangriento golpe militar, un movimiento de oposición a la dictadura ganó ímpetu durante los siguientes 15 años aún a pesar de asesinatos, tortura, y la desaparición de más de 3,000 opositores políticos y funcionarios del gobierno democrático. Para legitimar su régimen, en 1980 Pinochet organizó un plebiscito que creó una nueva constitución y consolidó su poder en la presidencia, pero también confirió por mandato otro plebiscito en 1988 para reconfirmar su permanencia en el cargo.

Durante los años que condujeron al plebiscito de 1988, se organizó un movimiento de movilización noviolento de bases populares sobre todo dentro de las organizaciones laborales, universidades, y la iglesia. Las innovadoras acciones estratégicas que mostraron la amplitud del descontento popular impulsó la unión del movimiento de resistencia. Después de la movilización a escala nacional de votantes, observadores electorales, y manifestantes, y con un empleo eficaz de los medios de comunicación, el voto popular del “No” en el plebiscito derrotó al régimen de Pinochet, forzando al general a ceder la presidencia, aunque él permaneciera con el control de los militares hasta su detención en Londres en 1998. Desde entonces, las instituciones democráticas gradualmente han crecido y se han institucionalizado en Chile como consecuencia de coaliciones noviolentas en movilización por el cambio.

Historia Política

El general Pinochet asumió el poder después de que el democráticamente elegido presidente Salvador Allende fuera derrocado en un golpe militar en 1973, el cual supuestamente fue apoyado por la CIA.(1) Tras la toma del poder por parte de Pinochet, muchos de los altos funcionarios de Allende fueron asesinados—incluso el palacio presidencial de La Moneda fue atacado, donde Allende mismo fue asesinado. El ex-Embajador en los Estados Unidos fue víctima de una bomba colocada en su auto en Washington DC. El nuevo dictador despidió a líderes militares, los periódicos fueron cerrados, las universidades fueron militarizadas, e incluso prohibió a la gente cantar en público. Según el diario New York Times, «más de 3,200 personas fueron ejecutadas o desaparecidas y miles más fueron detenidas, torturadas o exiliadas» durante su gobierno (Kandell 2006).

Sin embargo, mientras la Iglesia Católica se opuso directamente al régimen, denunciando los abusos a los derechos humanos como el asesinato, la tortura, las desapariciones, la detención ilegal y los traslados forzosos (ver Amnistía Internacional 1988) los católicos y los protestantes juntos colaboraron con el grupo basado en la fe SERPAJ (Servicio de paz y Justicia) apoyando el trabajo por los derechos humanos en el país, empezando el Comité de Cooperación por la Paz, formado en Octubre de 1973, tan solo un mes después del golpe.(2) Cuando Pinochet disolvió el Comité de Colaboración por la Paz, la Iglesia Católica organizó la Vicaria de Solidaridad que dio apoyo y asistencia legal a los familiares de las víctimas desaparecidas, comedores de beneficencia, y programas de nutrición para niños (Donnelly 1988:44; cf. Loveman 1998).

A principios de 1983, respondiendo a una crisis económica y a la creciente represión política, el trabajo organizado utilizó una fuerte tradición de militancia de trabajo y comenzó a mostrar signos de resistencia, sobre todo en las minas de cobre tan esenciales para la economía de Chile. El presidente del Congreso Nacional de Trabajo, Rodolfo Seguel, inspiró el primer día nacional de protesta el 11 de mayo de 1983, haciendo más visible la oposición al régimen. Originalmente se había convocando a una huelga de mineros, pero para los organizadores fue claro que tal protesta evocaría una respuesta sangrienta por parte del régimen, sobre todo después de que las tropas del gobierno rodearon las minas. En un movimiento táctico ingenioso, los mineros en cambio convocaron a todos los chilenos a una acción nacional y descentralizada para marchar y conducir despacio, apagar y encender las luces de noche, no comprar nada o no mandar a los niños a la escuela, y a las 8 de la noche golpear las cacerolas y ollas de cocina. Estas acciones descentralizadas de poco riesgo, ayudaron a disolver el miedo de la gente y desarrollaron un sentido de confianza en la oposición.

Hacia finales de 1983, una coalición izquierdista de línea dura, el Frente Popular Democrático, el Movimiento para la Defensa de la Republica (MDR) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) montó ataques violentos modestos contra el régimen de Pinochet, intensificado las acciones en el siguiente año con más de 700 bombas en todo el país, incluyendo ataques en el metro y torres de poder (Ackerman y 2000 Duval: 288-289). El gobierno respondió rodeando a los jóvenes e incrementando la represión. La oposición quedó dividida entre extremistas radicales que defendían la violencia, y la Alianza Democrática, una coalición ampliamente basada en la noviolencia. El empleo de la violencia ahuyentó a un sector de la clase media de la participación. La resistencia noviolenta siguió organizando las bases, sin embargo, sobre todo la organización de base ecelsiástica SERPAJ, cultivó una red de activistas entrenados y desarrolló una estrategia para protestar contra el régimen. En agosto de 1985 líderes de oposición clave, e incluyendo a once partidos, se reunieron con el impulso del cardenal Fresno y un ministro anterior a Pinochet, Sergio Molina. Una nueva coalición, el Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia Completa, fue formada. Inspirada en la película de Attenborough «Gandhi » y el movimiento de Solidaridad en Polonia, los manifestantes desarrollaron nuevos medios de protesta con lemas simples como «tenemos las manos limpias», el cual fue acompañado por gente que sostenía las manos con sus palmas hacia afuera, a sacerdotes y monjas sentados frente a lugares de tortura.

La larga historia democrática de Chile antes de Pinochet facilitó la aparición del movimiento “¡vota por el No!» en el que en el plebiscito del año 1988 los votantes rechazaron la dictadura militar, lo cual dio paso a las elecciones presidenciales y legislativas en 1989. Pinochet trató de conservar su dictadura, pero fue incapaz de hacerlo debido a las defecciones de militares de alto nivel. Después de que los resultados del referéndum estaban claros, Pinochet llamó a los líderes de la Junta; uno de ellos, el General Fernando Matthei Aubel, admitió a los periodistas el largo camino que habían perdido. A medida que este mensaje se extendía, la oposición empezó a celebrar. Pinochet trató de establecer el toque de queda, pero incluso su propio jefe oficial militar declinó cooperar; cuando dado el protocolo de firmar lo que habría sido la entrega del poder a Pinochet, un general lo despedazó en frente de él, tirándolo en el piso. Pinochet finalmente cedió y descendió de la presidencia, pero en una ambigua transición del poder mantuvo el control de las fuerzas militares hasta 1998, complicando así la transición democrática.

Acciones estratégicas

Las coaliciones amplias y la creatividad noviolenta ayudaron a derribar a Pinochet, comenzando con protestas innovadoras organizadas por trabajadores del cobre después de que una huelga planificada provocó una movilización de tropas. A medida que la oposición se intensificó, también lo hizo la represión del régimen. Los organizadores de la resistencia se involucraron en el entrenamiento de la noviolencia (sobre todo en las iglesias), manifestaciones públicas, y protestas de base como retrasos, boicoteos, canto en público y otras acciones simbólicas que le permitieron a la gente expresarse, pero confundieron al régimen, el cual era incapaz de reprimirlos. Cuando Pinochet permitió concesiones modestas antes del plebiscito de 1988, la oposición tomo la oportunidad, en espacios de 15 minutos de la televisión revelaron los abusos del régimen, así como la organización a escala nacional en torno a las elecciones y su observación. Después de que el «No» ganara, desacreditando el gobierno Pinochet, las elecciones fueron convocadas y la oposición derrotó a Pinochet en 1989, forzándolo a dejar del poder.

Algunas acciones estratégicas específicas que el movimiento usó fueron:

Huelgas y otras acciones de trabajo—la Federación de Trabajadores de Minas de Cobre y el Comité Nacional de Trabajadores usaron huelgas tradicionales de trabajo así como el atraso.
La organización SERPAJ de base eclesiástica organizó escuelas informales de noviolencia para transformar el miedo y unir a la gente entrenándolos en los métodos de resistencia noviolenta, ayudándoles a pensar estratégicamente y dándoles pruebas de otras campañas noviolentas acertadas.
La identificación y empleo de espacio autónomo político—aunque cuidadoso al principio para no oponerse directamente al régimen, la Iglesia Católica Romana como una institución relativamente autónoma proporcionó espacios para la organización y protección de las víctimas de abusos a los derechos humanos. El cardenal de Santiago también intentó la mediación entre reformistas y el gobierno. El papa Juan Pablo II impulsó el plebiscito que finalmente derrotó a Pinochet.(3)
Los manifestantes valerosos marcharon en las calles tomando gran riesgo, haciendo abiertamente pública la tortura, las desapariciones, y confirmando las muertes.
Cantando: El canto de la gente, «Y va a caer, y va a caer» y el baile en las calles molestó tanto a Pinochet que prohibió el canto.
Los programas de televisión y la publicidad: durante el plebiscito, la oposición usó su difusión diaria de 15 minutos para exponer la tortura, desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos, así como mostrar a los chilenos la amplitud de la oposición al régimen, autorizando así a la gente a levantarse contra éste.
La construcción de la organización electoral y la coalición noviolenta: cuando Pinochet estuvo de acuerdo con lo que Herman y Brodhead han apodado como «elecciones de manifestación» para mostrar el apoyo popular a la oposición de la dictadura, las fuerzas de oposición se reunieron en una coalición que cortando a través de líneas ideológicas y políticas deslegitimó al régimen.

Los manifestantes chilenos fueron muy creativos en su expresión de descontento al régimen de Pinochet. Bajo la amenaza de represión severa, usaron una variedad de tácticas sutiles como:

Un atraso en el cual la gente anduvo y condujo muy despacio durante un día designado como signo de protesta, una táctica innovadora e ingeniosa táctica luego de que una huelga minera fuera suspendida cuando los militares rodearon la mina y se hizo claro que una huelga causaría el derramamiento de sangre. El atraso era imposible de reprimir para el régimen, demostrado, a su vez, a los partidarios de la oposición que ellos eran, de hecho, la mayoría, autorizándolos y permitiéndoles vencer su terror.
Golpeando las cacerolas de cocina fuera de sus casas a las 8 de la noche en todo el país, sobre todo en Santiago.
La protesta artística sutil: ejemplo, el director de teatro chileno Héctor Noguera refleja que «cuando hicimos Hamlet el asunto principal era subrayar la relación entre el Hamlet y Claudio, el rey que mató para hacerse rey” (Epstein y 1990 Watson: 86). Las mujeres fueron reclutadas en el movimiento a través de talleres de artes (Adams 2000).

La situación hoy

Los numerosos pasos tomados para trasladar al pasado la dictadura militar han sido bastante efectivos, incluyendo la convicción de algunos oficiales militares y la creación de la Comisión de Reconciliación y Verdad que aireó las atrocidades. La transición no ocurrió sin dificultad, sin embargo, Pinochet entregó el poder político, pero permaneció a cargo de los militares de Chile hasta 1998, cuando fue detenido en Londres debido a una orden de extradición de España (Semanas 2000). Los esfuerzos para juzgarlo fueron abortados por su muerte en diciembre del año 2006. Al comienzo de este año la Suprema Corte de Justicia chilena había abierto el paso para su juicio.

La democracia de Chile ha sido conservada, con una legislatura bicameral, una judicatura independiente, y una prensa formalmente libre. En 2005 la reforma a la legislación eliminó el poder político formal de los militares, haciendo posible que el presidente quitara a comandantes militares superiores, eliminó sedes no elegidas en el Senado, y limitó los periodos presidenciales.

La expresidente Michelle Bachelet (2006-2010) facilitó la reducción de la discriminación por género e impulsó reformas que protegieran los derechos de la población indígena.

Notas finales

A pesar del que el papel de los EEUU en socavar el gobierno de Allende está muy documentado—ver el documento desclasificado en http://www.gwu.edu/ nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB8/ch05-01.htm (liberado el 22 de julio de 2009)—el involucramiento de la CIA en el asesinato no presenta acusaciones generalizadas. Allende había nacionalizado las minas de cobre, propiedad de estadunidenses, poco después de su asunción en 1970 (ver Webber 1999:524).
A pesar de que Pinochet perdiera el referéndum sobre su mandato en 1988, y perdiera las elecciones de 1989, la transferencia formal del poder no ocurrió sino hasta 1990.
El papa atacó públicamente a Pinochet definiéndolo como dictador, y apeló a la iglesia para regresar la democracia en Chile (Suro 1987.)

Lecturas complementarias

Adams, Jacqueline. “Movement Socialization in Art Workshops: A Case from Pinochet’s Chile.” The Sociological Quarterly 41 (Autumn 2000): 615-638.

Ackerman, Peter, and Jack DuVall, «Chile-Renouncing Fear. «In A Force More Powerful: A Century of Nonviolent Conflict, 275-302. New York, NY: Palgrave, 2000. 

Derechos Human Rights. “Text of the ‘Amicus Curae’ submitted by Amnesty International – London to the Panel of Judges of the House of Lords. London, October The case of General Pinochet: Universal jurisdiction and the absence of immunity
for crimes against humanity.” http://www.derechos.org/nizkor/chil... (available May 28, 2010).

CBC News. “Augusto Pinochet: Timeline.” http://www.cbc.ca/news/background/c... (retrieved July 30, 2010).

Donnelly, Jack. International Human Rights. 2nd ed. Boulder: Westview Press, 1998.

Ensalaco, Mark. Chile under Pinochet: Recovering the Truth. Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2000.

Epstein, Susana, and Ian Watson. “Chilean Theatre in the Days and Nights of Pinochet:An Interview with Hector Noguera.” TDR 34 (Spring 1990): 84-95.

Heine, Jorge. «Countdown for Pinochet: A Chilean Diary.» PS: Political Science and Politics 22 (June 1989): 242-247. www.jstor.org/stable/419602.

Herman, Edward S., and Frank Brodhead. Demonstration Elections: U.S.-Staged Elections in the Dominican Republic, Vietnam, and El Salvador. Boston: South End Press, 1984.

Kandell, Jonathan. «Augusto Pinochet, Dictator Who Ruled by Terror in Chile, Dies at 91.» New York Times, December 11, 2006. www.nytimes.com/2006/12/11/world/am... (available June 19,2010).

Klubock, Thomas Miller. “Class, Community, and Neoliberalism in Chile: CopperWorkers and the Labor Movement During the Military Dictatorship and Restoration of Democracy.” In Victims of the Chilean Miracle: Workers and Neoliberalism in thePinochet Era, 1973-2002, ed. Peter Winn, 209-259. Durham: Duke University Press,2004.

Kornbluh, Peter, and Yvette White, eds. Pinochet: A Declassified Documentary Obit -Archive Posts Records on former Dictator’s Repression, Acts of Terrorism, U.S. Support. National Security Archive Electronic Briefing Book No. 212, 2006. http://www.gwu.edu/ nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB212/index.htm (available May 28,2010).

Loveman, Mara. «High Risk Collective Action: Defending Human Rights in Chile, Uruguay, and Argentina.» American Journal of Sociology 1042: 477-525.

Suro, Roberto. “Pope, on Latin Trip, Attacks Pinochet Regime.” New York Times, August 1, 1987. http://www.nytimes.com/1987/04/01/w... (accessed July 22, 2009).

Verdugo, Patricia, Paul E. Sigmund, and Marcelo Montecino. Chile, Pinochet, and the Caravan of Death. Coral Gables, FL: North/South Center Press, 2001.

Webber, Frances. “The Pinochet Case: The Struggle for the Realization of Human Rights. ”Journal of Law and Society 26 (December 1999): 523-37.

Weeks, Gregory. “Waiting for Cincinnatus: The Role of Pinochet in Post-Authoritarian Chile.” Third World Quarterly 21 (October 2000): 725-738. http://www.jstor.org/stable/3993615 (accessed May 31, 2010).

Fuente: https://www.politicanoviolenta.org/...

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