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Alemania quiere reintroducir el servicio militar obligatorio en 2025

Jueves.13 de marzo de 2025 48 visitas Sin comentarios
El gobierno pretende aprobar la próxima semana un paquete de cientos de miles de millones de euros para el ejército y el rearme. Mientras, un tribunal ha declarado nula la objeción de conciencia en caso de guerra. #TITRE

Carmela Negrete

El que será el nuevo canciller alemán en un par de semanas, el cristianodemócrata Friedrich Merz, viene con todo. En los primeros días tras ganar las elecciones, ya advirtió que quiere invitar a Benjamin Netanyahu al país, a pesar de que pesa sobre él una orden de detención internacional. Y aún antes de que se constituya el nuevo Bundestag, pretende incluso reformar la Constitución para contraer más deuda y financiar así un rearme colosal de unos 800.000 millones de euros adicionales.

El portavoz de defensa del grupo parlamentario de Merz, la coalición denominada La Unión, Florian Hahn, declaró el martes al diario Bild que la abolición del servicio militar obligatorio ya no se ajusta a los tiempos. El nuevo gobierno quiere que los primeros reclutas crucen las puertas de los cuarteles ya en 2025. Es lo que declaró y lo justificó con el argumento de que no se puede permanecer impasible mientras el mundo, supuestamente, se vuelve más inseguro. Según el político bávaro, Alemania necesita una “disuasión creíble y un aumento del personal”, compuesto por ciudadanos en uniforme.

Ya el gobierno anterior presentó un plan para reintroducir el servicio militar en base al llamado modelo sueco. Según este, se realiza un listado general de los jóvenes en edad de hacer la mili y tienen que someterse a un chequeo médico obligatorio. Es así como escogen a los jóvenes más fuertes y aptos para ir al ejército y les invitan a unnirse a filas de forma voluntaria. En caso de que no se encuentre el número de jóvenes necesario dispuesto a realizar dicho servicio, se realizará de forma forzada. El Ministro de Defensa socialdemócrata, Boris Pistorius, ya explicó en noviembre que en caso de guerra el país debe disponer de 460.000 soldados de partida, de los cuales 260.000 serían reservistas que hayan hecho el servicio militar obligatorio. Según informaciones de Der Spiegel publicadas el jueves, el Bundeswehr planea obligar a los reservistas de mas de 50 a participar en entrenamientos obligatorios.

Mientras los planes para obligar a servir con armas se concretan, la justicia alemana ha dejado claro que, en caso de guerra, no respetará al parecer el derecho a la objeción de conciencia. El 16 de enero, el Tribunal Federal de Justicia emitió una sentencia que un ucraniano debía ser deportado a su país a pesar de que alegó la objeción de conciencia y que, con toda probabilidad, sería enviado a luchar al frente. En la sentencia, sin embargo, los jueces además escriben que en el caso de guerra el derecho a la objeción de conciencia no contaría por causas de fuerza mayor. Una comprensión del derecho, que está recogido en la carta magna, que podría afectar a ciudadanos alemanes en caso de guerra si sienta jurisprudencia, advierten varios expertos como la profesora Kathrin Groh de la Universidad de la Bundeswehr o el blog especializado en derecho Legal Online Tribune.

Deudas ingentes para armamento

El martes fue un día infame para la historia de Alemania: la CDU y el SPD anunciaron el mayor endeudamiento en la historia de la República Federal para comprar armamento y convertir, tal como se había anunciado, a Alemania en la tercera potencia militar mundial. Muy llamativo fue el hecho de que en la conferencia de prensa apareció Merz, pero no el canciller saliente Olaf Scholz, que ha actuado como freno en muchas ocasiones desde el comienzo de la guerra de Ucrania, sino que salieron a hablar con la prensa los co-presidentes del SPD, Saskia Esken y Lars Klingbeil. 500.000 millones quiere invertir el país en prepararse para la guerra y 400.000 más en infraestructura. Los socialdemócratas han justificado a su electorado el acuerdo con la inversión paralela en infraestructura civil. Sin embargo, si se va al detalle, se trata de inversiones que atienden a la lógica de la "movilidad militar“: las carreteras, los ferrocarriles y los puertos del país.

Para ello, están dispuestos a cambiar la constitución a marchas forzadas con el parlamento de antes de las elecciones (es posible de forma legal, pero muy reprobable a nivel moral). La semana que viene, el jueves, se debatirán estos planes y el martes de la siguiente sería la votación. Los votos del partido verde serán fundamentales para aprobar tales créditos de guerra y se dan por garantizados. Die Linke aún no ha desvelado si votará a favor, porque, justifican, siempre han estado a favor de reformar el freno de la deuda constitucional.

​El partido liberal FDP, que no entrará en el nuevo Bundestag pero aún tiene voto en el parlamento con el que Merz quiere aprobar sus planes, ha rechazado la propuesta. Una de las consejeras económicas independientes del llamado Consejo de Sabios de la Economía, Veronika Grimm, ha criticado los planes y aseguró al diario Bild que éstos "suenan más a sátira que a una propuesta seria", ya que cree que antes de realizar las inversiones necesarias, se debería tener una estrategia clara de defensa y de crecimiento para la economía. Ella cree que será difícil devolver el dinero prestado para tales fines sin un crecimiento de la economía.

Uno de los principales indicadores de la marcha de la misma, el índice ifo, cayó en el caso de las empresas químicas en febrero, de nuevo, a menos 18,2 puntos, después de haber registrado menos 14,8 puntos en enero. "La industria química está en crisis: los altos costos de la energía, los obstáculos burocráticos, la débil demanda y el aumento de las barreras comerciales la están afectando en la competencia global", explicaba en una nota de prensa la experta del sector Anna Wolf del Instituto ifo. Y éste es solo un sector de los afectados por la crisis en Alemania. En estos momentos, el sector de armamento es el único con un crecimiento considerable y expectativas: las acciones de la mayor empresa de armamento alemana Rheinmetall han llegado a costar 1.200 euros la unidad, un crecimiento exponencial en los últimos meses.

El canciller designado Merz quiere que Alemania sea una potencia nuclear y se ha reunido en Paris con Emmanuel Macron para negociar el estacionamiento de aviones con carga nuclear en suelo alemán. El exministro de Exteriores de los Verdes, Joschka Fischer, quien, a sus 76 años, no irá a la guerra, ha abogado estos días por la reintroducción inmediata del servicio militar obligatorio y por un "paraguas nuclear europeo" en una entrevista con el diario Die Zeit.

Die Linke queda en entredicho

Ante esta avalancha aplastante de muy malas noticias para la paz, las libertades y la economía, Die Linke no ha puesto el grito en el cielo, y su contención no es casual. El partido no está en el gobierno, sino que debería hacer trabajo de oposición. En las declaraciones y en las apariciones en prensa y programas televisivos, las principales figuras han criticado el que ahora, de repente, haya medios para el ejército, cientos de miles de millones, y que tan solo con la condición de gastar ese dinero en armas, los cristianodemócratas y los socialdemócratas están también dispuestos a hacer inversiones millonarias en la infraestructura del país. El rearme en sí no ha sido tematizado por el partido como tal ni han salido a manifestarse, en general, tras oír la noticia.

Con su buen olfato y conocimiento sobre el partido, el periodista Sebastian Friedrich y el politólogo de la Fundación Rosa Luxemburgo, Ingar Solty, publicaron un artículo conjunto en el semanario "Der Freitag" el martes, titulado "Se acabó la fiesta: el freno de la deuda y el rearme se convierten en el dilema de Die Linke". Explican que "Die Linke ha rechazado siempre el freno de la deuda, porque pretendía posibilitar inversiones sociales y ecológicas. Ahora se ve obligada a ocuparse de un fondo especial destinado exclusivamente al rearme". Los autores creen que el partido tuvo suerte durante el breve intervalo de la campaña electoral, ya que no se habló demasiado del tema de la guerra, y que "el rearme pone a Die Linke bajo presión".

Ambos analistas creen que parte de los nuevos votantes del partido o que se han unido a él "se muestran abiertamente a favor de los envíos de armas a Ucrania, en un momento en el que el gobierno ucraniano solo puede mantener la guerra mediante las más masivas reclutaciones forzosas y en el que Estados Unidos ya busca una forma de congelar el conflicto" y constatan que es por eso que "Die Linke se encuentra en esta situación bajo una enorme presión".

El diputado del partido Dietmar Bartsch escribió en su cuenta de X que "un cambio de 180 grados hacia un segundo partido verde no será permitida por Die Linke". En ese mismo post, asegura que la formación necesita repensar su programática, en especial la del congreso del partido en Erfurt en 2011. "Habrá que debatir sobre la cuestión de si descartamos de manera categórica las entregas de armas para siempre y en todas partes", escribe el político y le pone palabras a lo que es un secreto a voces, que Die Linke se ha llenado de nuevos activistas verdes que leen el diario Taz, que escribe "ésta es nuestra guerra" en sus comentarios de opinión.

Los sindicatos mayoritarios tampoco parece que vayan a oponer resistencia al plan de rearme alemán que, al fin y al cabo, se traduce en inversiones y puestos de trabajo en la economía de guerra: "En particular, en el contexto de las incertidumbres globales, debemos fortalecer la capacidad de defensa de Europa y, al mismo tiempo, no frenar el progreso social", declaró la presidenta de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), Yasmin Fahimi, en un comunicado emitido el miércoles.

Fuente: https://www.diario.red/articulo/int...

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