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Afganistán: Apartheid de género

Sábado.28 de septiembre de 2024 179 visitas Sin comentarios
Política Noviolenta. #TITRE

Quizá nuestro corazón siga, inquebrantable, con ellas; pero lo cierto es que la presencia en los medios de las mujeres afganas ha bajado mucho. Pasamos de la preocupación solidaria a la simple preocupación y luego al olvido culposo.

Afganistán ahora se presenta como un emirato islámico. Cuenta con una superficie una quinta parte mayor que España: 652.864 km2. Se estima su población en algo más de 42 millones de personas.

Su Índice de Desarrollo Humano en 2022 era bajo y le situaba en el puesto número 182 del mundo: 0’462.

Si bien los dos primeros datos son similares al de España, el del IDH es muy distinto: en España es de 0’905 y nos sitúa en el puesto en el puesto 27 del mundo.

El temor por la vuelta de los talibanes

En el siguiente video, publicado hace más de tres años, se cuentan los miedos que tenía la población afgana por la vuelta de los talibanes al gobierno de Afganistán tras el abandono de Estados Unidos y Europa de su presencia militarista en agosto de 2021.

Reconocimiento del gobierno talibán

En el vídeo, Lailuma Sadid, periodista afgana, reclama entre lágrimas a la OTAN que no reconozcan a los talibán y les pongan en la misma situación de abandono y brutalidad.

De la ficha-país de Afganistán que proporciona el Ministerio de Exteriores español: A 1 de julio de 2024 ningún país miembro de Naciones Unidas ha reconocido al gobierno talibán. Sin embargo, entre los Estados vecinos se han producido aproximaciones pragmáticas que se parecen mucho al reconocimiento, como la acreditación de embajadores talibán, o la presentación de cartas credenciales ante las nuevas autoridades, o el intercambio de visitas con todos los honores. Hay 20 Embajadas abiertas en Kabul, fundamentalmente de Estados de Asia central, países vecinos y musulmanes.

En septiembre de 2023, China se convirtió en el primer país en nombrar formalmente a un nuevo embajador en el país desde la toma de posesión, aunque China todavía no reconoce formalmente a los talibanes. Hasta junio de 2024 sólo China había nombrado un embajador en Afganistán y en junio de 2024 lo hizo Nicaragua.

Prohibiciones talibanes

En agosto de 2021 el diario ABC titulaba: Las 29 prohibiciones de los talibanes a las mujeres

1. El trabajo femenino queda terminantemente prohibido fuera de los hogares. Solo unas pocas doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en ciertos hospitales de Kabul para atender a mujeres y niñas.

2. Las mujeres tienen prohibido salir de casa para realizar cualquier actividad siempre que no vayan acompañadas de su mahram, hombre de parentesco cercano, como padre, hermano o marido.

3. Las mujeres tampoco pueden cerrar tratos con comerciantes masculinos.

4. La atención médica es también precaria para las mujeres, ya que no pueden ser atendidas por sanitarios varones. Al haber un número tan reducido de médicas y enfermeras, son muchas las que no pueden acceder a una atención adecuada, lo que deriva en problemas de salud de diferente gravedad e incluso la muerte.

5. La educación está vetada a las mujeres. No pueden acudir a estudiar a escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa.

6. Las mujeres no pueden mostrar ninguna parte de su cuerpo en público, por lo que están obligadas a llevar un velo largo que les cubre incluso el rostro (burka ).

7. Todas aquellas mujeres que no vistan de acuerdo a las reglas establecidas por los talibán o que no vayan acompañadas de su mahram serán sometidas a azotes, palizas y abusos verbales.

8. Las mujeres que muestren sus tobillos serán sometidas a azotes en público.

9. Las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio serán lapidadas.

10. Se prohíbe el uso de productos cosméticos. De hecho, durante el ‘reino del terror’ talibán entre 1996 y 2001 se reportaron casos en los que se amputaron los dedos a mujeres a las que se detuvo por llevar las uñas pintadas.

11. Las mujeres tienen prohibido hablar o dar la mano a varones que no sean su mahram.

12. Ningún extraño debe oír la voz de una mujer, por lo que las mujeres tienen prohibido reír en público.

13. También está prohibido que las mujeres lleven zapatos de tacón, ya que pueden producir sonido al caminar (un varón no puede oír los pasos de una mujer).

14. Las mujeres no pueden subirse a un taxi sin la compañía de su mahram.

15. Las mujeres no pueden tener presencia en la radio, la televisión o en reuniones públicas de cualquier tipo.

16. El deporte también está vetado para el género femenino. No pueden practicarlo ni acceder a ningún centro deportivo.

17. Las mujeres tienen prohibido montar en bicicleta o en motocicleta.

18. Está prohibido que las féminas lleven ropas de colores vistosos, ya que los talibanes dicen que son «colores sexualmente atractivos».

19. Las mujeres no pueden reunirse con motivo de festividades con propósitos recreativos.

20. No pueden lavar la ropa en los ríos o plazas públicas.

21. En el régimen talibán, ninguna calle, plaza o avenida puede llevar la palabra ‘mujer’ en su nombre. Así, durante el régimen talibán en Afganistán de los 90, el «Jardín de las Mujeres» de Kabul pasó a llamarse «Jardín de la Primavera».

22. Las mujeres tampoco pueden asomarse a los balcones o ventanas de sus domicilios. No deben ser vistas.

23. Para evitar que cualquier extraño pueda ver a una mujer, es obligatorio que las ventanas sean opacas.

24. Los sastres no pueden tomar medidas a las mujeres ni elaborar ropa femenina.

25. Las mujeres tiene prohibido el uso de baños públicos.

26. Existe segregación en los autobuses. Así, hay medios de transporte para hombres y otros para mujeres.

27. Las mujeres tiene prohibido utilizar pantalones acampanados, incluso cuando estos quedan ocultos bajo el burka.

28. Nadie puede fotografiar o filmar a mujeres.

29. Además, está totalmente prohibido publicar imágenes de mujeres impresas en revistas y libros. Tampoco pueden colgarse imágenes de mujeres en casas y tiendas.

A todo esto se les suman otras restricciones , que afectan tanto a hombres como a mujeres y que coartan los derechos y las libertades básicas de la población. Así, los ciudadanos bajo el régimen talibán tienen prohibido escuchar música, ver películas, televisión y, en definitiva, cualquier tipo de vídeo. Además, es obligatorio que todas las personas que tengan un nombre no islámico se lo cambien.

Por otro lado, la juventud está obligada a raparse el pelo y los varones deben llevar indumentaria islámica y gorra. Los hombres no pueden afeitarse o recortarse la barba, la cual debe crecer hasta que queda al menos un puño por debajo de la barbilla.

Durante el régimen taliban en Afganistán a finales del siglo pasado, los talibanes declararon paganas ciertas festividades nacionales, como el tradicional año nuevo, (Nowroz) el 21 de marzo, o el día del trabajo.

Un resumen en vídeo con contenidos muy similares confirma las anteriores prohibiciones:

Desobediencia civil

Muy relevante me parece el siguiente vídeo en el que mujeres afganas se han grabado y hablan en público ante la prohibición de que se oigan sus voces, un gran ejemplo de desobediencia civil:

Nora Levinton Dolman publica que:

Pretenden acallar esas voces que seguirán resistiendo en un ensordecedor silencio.

La condena de la voz como falta “contra la modestia” pone de manifiesto que al hablar las mujeres somos peligrosas en varios sentidos simultáneamente:

mostramos que pensamos, aunque todas las condiciones de subsistencia sean represoras, denigrantes, amenazantes.
y que con nuestra “falta de modestia “nos negamos a desaparecer, desafiando las prohibiciones y resistiendo a las condiciones que nos llevan invisibilizando, excluyendo y silenciando.
somos temibles hasta “escondidas” debajo de un burka porque nuestra sola presencia les recuerda que seguimos representando para ellos (siglo XXI ¡!!!) la tentación, el peligro del turbio deseo que no se han ocupado de tramitar sin eliminarnos como objeto sexual visible y hasta audible.
encarnamos el riesgo siempre presente de la desobediencia, de no plegarnos con la sumisión que nos correspondería a su mandato. De no sumarnos a su delirante creencia sobre cómo debe ser una mujer.
significamos la inquietante “otredad”. De la que no quieren saber nada: se trata de que cumplamos la función que nos tienen encomendada de esposas y madres…o ¿esclavas sexuales y reproductoras del sistema?
siempre es sospechoso lo que oculta nuestra mente. ¿Cómo confiar en lo que una mujer siente o piensa en su fuero íntimo (la habitación propia psíquica)?? Sobre todo, sometida a hacer desaparecer su singularidad subjetiva. De modo que clausurarla es aparentemente lo único que hace que estos hombres, ese aparato de poder, se sientan a salvo.
sabemos que siglos de oscurantismo y persecución nos han dejado marcas traumáticas, pero que también potenciaron la necesidad de acceder a lo que nos habían negado.
Que debajo de todo lo que nos cubrió de humillación y nos impusieron como modelos de virtud resistió siempre la pregunta, la duda, la rebelión sobre el maniqueísmo al que habíamos sido condenadas. El psicoanálisis lo describe como “retorno de lo reprimido”.
Que el gobierno (de facto) de un país quiera hacer desaparecer a las mujeres arrasadas por el fanatismo de sus leyes sigue siendo otra demostración de cómo aún en culturas diametralmente opuestas, en tantísimas cuestiones la convivencia con lo diferente, la tolerancia a lo que nos cuestiona, nos pone en duda, o imposibilita nuestra ilusión de certeza facilita que los seres humanos intentemos suprimir lo inquietante de esa otredad.

Pretenden acallar esas voces que seguirán resistiendo en un ensordecedor silencio.

La ONU y Afganistán

El 30 de agosto de 2024, ONU Mujeres publicaba

su profunda preocupación por la reciente promulgación de una ley de moralidad por parte de las autoridades de facto de Afganistán, que impone amplias restricciones al comportamiento personal, excluyendo de hecho a las mujeres de la vida pública y otorgando amplios poderes coercitivos a la policía de la moralidad.

El 21 de agosto de 2024, las autoridades de facto anunciaron la ratificación de una detallada «Ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio», que impone amplias restricciones a la población afgana. Esta ley refuerza significativamente el ya de por sí severo recorte de los derechos de las mujeres y niñas afganas, e incluye la obligación de que las mujeres se cubran todo el cuerpo y el rostro, y prohíbe que las mujeres hablen en público. También se prohíbe a las mujeres relacionarse con no musulmanes, utilizar solas el transporte público y mirar a hombres con los que no tengan parentesco por consanguinidad o por matrimonio.

En los últimos tres años, desde que tomaron el poder en Afganistán, las autoridades de facto han sometido a las mujeres y niñas afganas a más de 70 edictos, directrices y decretos que las despojan de sus derechos fundamentales. Los datos de ONU Mujeres muestran que estas restricciones están teniendo consecuencias graves en la vida de las mujeres y niñas afganas. Por ejemplo, sólo el 1% de las mujeres encuestadas sienten que tienen influencia sobre la toma de decisiones en sus comunidades; el 64% señala que no se sienten seguras saliendo solas de casa, frente al 2% de los hombres; y el 8% indica conocer al menos a una mujer o niña que ha intentado suicidarse desde agosto de 2021. Estas leyes y políticas opresivas deben revocarse de inmediato, y las autoridades de facto deben cumplir sus obligaciones conforme al derecho internacional para garantizar los plenos derechos de todas las mujeres y niñas.

Informe del Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en el Afganistán y del Grupo de Trabajo sobre la cuestión de la discriminación contra las mujeres y las niñas.

El Relator Especial y el Grupo de Trabajo entrevistaron a un total de 79 personas afganas (67 mujeres y 12 hombres), de las cuales 63 (51 mujeres y 12 hombres) se encontraban dentro del país. Entre ellas había defensores de los derechos humanos, periodistas, abogados, académicos, empresarios, maestros, estudiantes, proveedores de servicios sociales y empresarias. Además, en marzo de 2023 realizaron una encuesta a 2.112 mujeres afganas en 18 provincias, y recabaron las opiniones de otras 159 mujeres participantes en grupos focales sobre los resultados de la encuesta en 11 provincias.

El Relator Especial y la Presidenta del Grupo de Trabajo visitaron el Afganistán del 27 de abril al 4 de mayo de 2023. Los expertos visitaron Kabul y Mazar-e-Sharif, hicieron visitas sobre el terreno y se reunieron con representantes de las autoridades de facto, la sociedad civil, grupos de mujeres, empresarios, líderes religiosos, maestros, periodistas,
víctimas de violaciones individuales de derechos humanos, entidades de las Naciones Unidas y la comunidad diplomática. La información que recogieron durante su visita se expone a continuación.

Los talibanes tomaron el control de Kabul el 15 de agosto de 2021; para el 30 de agosto, las fuerzas internacionales se habían retirado del país. Los talibanes proclamaron el “Emirato Islámico del Afganistán”, denominación que utilizaron entre 1996 y 2001. El mulá Haibatullah Akhundzada, también conocido como Amir-ul-Momineen, lidera las autoridades de facto y tiene autoridad absoluta. El 7 de septiembre de 2021 los talibanes anunciaron la creación de un gabinete provisional integrado exclusivamente por hombres, predominantemente pastunes, así como nombramientos para otros puestos clave de ámbito nacional y provincial. Se disolvieron los órganos legislativos y otras instituciones democráticas. Desde que asumieron el poder, las autoridades de facto han manifestado reiteradamente, tanto en público como en privado, su compromiso de defender los derechos de la mujer de conformidad con su interpretación del islam y de la cultura afgana.

En cuanto llegaron al poder, las autoridades de facto suspendieron la Constitución de 2004 y toda la legislación nacional, en particular la Ley sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y abolieron instituciones y mecanismos que promovían la igualdad de género y proporcionaban protección contra la violencia por razón del género, como la Comisión Independiente de Derechos Humanos del Afganistán y el Ministerio de Asuntos de la Mujer. Las autoridades de facto afirman que están revisando todas las leyes para comprobar si se ajustan a la sharia. En mayo de 2023, se desconoce el resultado de esa revisión. Por consiguiente, no está claro si durante los últimos 21 meses se han promulgado leyes nacionales para proteger los derechos de las mujeres y las niñas.

Las autoridades de facto afirman que respetan los tratados ratificados por el Afganistán de acuerdo con la sharia, una declaración vaga que no aclara qué reservas, en su caso, mantienen en relación con el derecho internacional de los derechos humanos. Lejos de “proteger” a las mujeres y las niñas, como afirman, perpetúan las formas más extremas de discriminación por motivos de género y la censura generalizada mediante edictos restrictivos específicamente orientados a las mujeres y las niñas, la abolición de las protecciones jurídicas y los mecanismos de rendición de cuentas por violencia de género, y la negación constante de derechos.

Uno de los ejemplos más ilustrativos de la discriminación sistemática que sufren actualmente las mujeres y las niñas en el Afganistán es la incesante promulgación de edictos, decretos, declaraciones y directivas que restringen sus derechos, entre ellos su libertad de circulación, atuendo y comportamiento, y su acceso a la educación, el trabajo, la salud y la justicia. Entre septiembre de 2021 y mayo de 2023 se publicaron más de 50 edictos, entre ellos los siguientes:

18 de septiembre de 2021: se restringe la educación de las niñas más allá del 6º grado.
23 de diciembre de 2021: se instruye a los conductores (varones) para que no acepten llevar en su vehículo a mujeres sin el “hiyab adecuado” o a mujeres sin maharam en desplazamientos superiores a 72 km.
27 de marzo de 2022: limitación del acceso de mujeres y niñas a los parques, prohibición de que las mujeres embarquen en vuelos nacionales e internacionales sin maharam.
7 de mayo de 2022: se impone a las mujeres la obligación de observar el “hiyab adecuado”, preferiblemente llevando un chadari (prenda negra no ajustada con el rostro cubierto) o no salir de casa sin un motivo (“la primera y mejor forma de observar el hiyab”).
21 de mayo de 2022: las presentadoras de televisión deben llevar el rostro cubierto.
1 de junio de 2022: todas las niñas de 4º a 6º grado deberán cubrirse el rostro cuando vayan a la escuela.
23 de agosto de 2022: se pide a las trabajadoras de la función pública que no acudan al trabajo.
10 de noviembre de 2022: se prohíbe a las mujeres utilizar los gimnasios.
11 de noviembre de 2022: se prohíbe a las mujeres entrar en los parques de Kabul; un anuncio escrito publicado posteriormente en Faryab prohibió el acceso de las mujeres a baños públicos, gimnasios, clubes deportivos y parques de atracciones.
20 de diciembre de 2022: “suspendido” el derecho de las mujeres a ir a la universidad.
22 de diciembre de 2022: se prohíben todas las formas de educación de las niñas a partir del 6º grado.
24 de diciembre de 2022: “suspendido” el derecho de las mujeres a trabajar con organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales.
4 de abril de 2023: se prohíbe a las mujeres afganas trabajar en las Naciones Unidas.

Además de los numerosos edictos restrictivos, un edicto con una intención más positiva, promulgado en diciembre de 2021, prohíbe el matrimonio forzado, pero mantiene las disposiciones discriminatorias en materia de herencia para las viudas, de conformidad con la sharia.

Aunque restringir los derechos de las mujeres y las niñas es el principal objetivo de los edictos, varios de ellos van dirigidos a los hombres; por ejemplo, un funcionario puede ser suspendido de empleo si su esposa o su hija no llevan el “hiyab adecuado”. Preocupa profundamente a los expertos que la imposición de castigos a los hombres por la conducta de las mujeres y las niñas tenga como objetivo normalizar la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas y anular la capacidad de acción de las mujeres.

Cuando se anunciaron, algunos edictos fueron descritos como temporales, a la espera de que pudieran ultimarse ciertas medidas; por ejemplo, al anunciar en una rueda de prensa el 23 de agosto de 2022 que las funcionarias públicas debían quedarse en casa, el portavoz talibán explicó que las fuerzas de seguridad “no habían recibido formación sobre cómo hablar con las mujeres. Hasta que se tomen medidas de seguridad completas, queremos que las mujeres [empleadas de la función pública] permanezcan en sus casas”. Con arreglo al derecho internacional, los derechos pueden restringirse legítimamente; no obstante, las restricciones deben ser necesarias, proporcionadas, no discriminatorias, transparentes, estar sujetas a control y revisión, y adoptarse para proteger la vida, la salud o la seguridad. En este caso, los expertos consideran que ninguna de las restricciones es razonable ni justificable.

Participación de las mujeres en la vida política y pública

Representación

El 31 de agosto de 2021 el Viceministro de Relaciones Exteriores en funciones anunció que ninguna mujer ocuparía altos cargos de liderazgo en un gobierno talibán. En la actualidad, las mujeres están totalmente excluidas de la vida política y pública en el Afganistán. No hay una sola mujer que ocupe un cargo público o político; solo queda un número reducido de mujeres en la función pública.

Antes de agosto de 2021, las mujeres componían el 27 % de los miembros de la Cámara Baja del Parlamento, el 22 % de los de la Cámara Alta y el 30 % del funcionariado, y desempeñaban funciones clave en el Gobierno, las comisiones independientes y el poder judicial. Aunque muchas de esas mujeres ya han abandonado el país, muchas otras viven con
miedo a sufrir represalias por haber trabajado con el antiguo régimen, a pesar de haberse declarado una “amnistía general”. Los expertos están profundamente preocupados por los continuos ataques de represalia que sufren antiguos funcionarios.

El 18 de septiembre de 2021, las oficinas del Ministerio de Asuntos de la Mujer pasaron a ser las del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, conocido por su notorio historial de represión de los derechos de la mujer. La abolición de los órganos legislativos y del Ministerio de Asuntos de la Mujer eliminó la representación de las mujeres y su acceso a la toma de decisiones, y, en la práctica, su derecho a la participación política.

Desde que se ordenó a las funcionarias permanecer en casa, su participación en la función pública ha disminuido considerablemente. Siguen trabajando en algunas funciones, como en aeropuertos y en seguridad, así como en los sectores educativo y sanitario. Los talibanes afirman que las funcionarias siguen cobrando, como confirmaron los expertos al menos en algunos casos, aunque con un sueldo reducido. Sin embargo, esto no justifica que se les impida ejercer su derecho al trabajo.

El documento sigue en este tono durante unas 20 páginas. Es excesivo resumirlo aquí. Pero el enlace para leerlo tranquilamente está en castellano en: https://documents.un.org/doc/undoc/...

Persecución y apartheid de género: delitos de lesa humanidad

Sólo transcribimos un poco más. Las conclusiones sobre persecución y apartheid de género:

Persecución de género

Los expertos están profundamente preocupados por la persecución de género que se está produciendo en el Afganistán bajo el mandato de las autoridades de facto. Los talibanes están privando gravemente a mujeres y niñas de sus derechos fundamentales, entre ellos el derecho a la igualdad sustantiva, a una educación de calidad, a participar en pie de igualdad en la vida económica, social y política, a la igualdad ante la ley, a no sufrir tortura ni otros actos inhumanos, a no sufrir discriminación y a la libertad de circulación, de reunión pacífica y de asociación, y de expresión. Los talibanes castigan a quienes transgreden sus edictos contrarios a los derechos, imponiendo graves privaciones de derechos fundamentales con actos o crímenes de violencia, como detenciones arbitrarias, torturas o tratos inhumanos o degradantes. Según el artículo 7, párrafo 2 g), del Estatuto de Roma, “persecución” es la privación intencional y grave de derechos fundamentales en contravención del derecho internacional en razón de la identidad del grupo o de la colectividad.

Apartheid de género

El marco del apartheid se utilizó por primera vez en 1999 para caracterizar la situación de las mujeres bajo el régimen talibán. Aunque actualmente no está tipificado como crimen en el Estatuto de Roma, algunas voces han propuesto aplicar al género la definición del apartheid como crimen de lesa humanidad que figura en el Estatuto. Adaptando la definición del artículo 7, párrafo 2 h), el apartheid de género podría entenderse como actos inhumanos cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo de género sobre cualquier otro grupo o grupos de género y cometidos con la intención de mantener dicho régimen. Esta es una descripción exacta de la situación documentada en el presente informe, en la que la discriminación sistemática contra las mujeres y las niñas es el núcleo de la ideología y el régimen talibán.

El marco del apartheid de género hace hincapié en que la exclusión y la discriminación de las mujeres y las niñas están institucionalizadas y, por consiguiente, constituyen una violación grave y sistemática de los derechos humanos que vulnera la Carta de las Naciones Unidas, el principio de igualdad y no discriminación y el espíritu y las normas fundamentales del derecho internacional de los derechos humanos. La Corte Internacional de Justicia también ha dejado claro que los motivos válidos alegados en el caso del apartheid —como las justificaciones culturales o religiosas para el apartheid [de género]— son inaceptables e irrelevantes en virtud de los propósitos y principios de la Carta y, por tanto, contrarios al derecho internacional.

El marco del apartheid también pone de relieve que otros Estados y agentes, así como la comunidad internacional en general, tienen el deber de adoptar medidas eficaces para poner fin a esta práctica, como se hizo para acabar con el apartheid racial en África Meridional.

Fuente: https://www.politicanoviolenta.org/...

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