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¿Son públicos los servicios públicos? (1ª parte)

Lunes.24 de septiembre de 2012 1456 visitas - 2 comentario(s)
Cigala News #TITRE

El término "público" significa que algo está disponible, abierto a cualquiera que lo quiera utilizar. Por ejemplo un parking, un taxi o un bar. El pagar o dejar de hacerlo no tiene gran cosa que ver con el concepto. Hay servicios "públicos" de pago, como ir al cine, y servicios "públicos" gratuítos, como pasear por un parque. Aunque, como veremos, ni siquiera estos últimos son gratuítos, ya que se nos hace pagar por ellos de otras formas muy ingeniosas. Pero ese no es el tema ahora.

En esa acepción, "público" sería lo opuesto a algo que solo está disponible para determinadas personas, como una sociedad gastronómica en Irún, la admisión al grupo de compis que quedamos a jugar al sarangollo o al mus o el domicilio de mi amigo Toni, por ejemplo. Todo eso sería "privado".

Pero cuando se habla de servicios estatales como la educación, la enseñanza y cosas de este tipo todo el mundo entendemos "público" en otra acepción: "lo que es de todos y por tanto también nuestro" en contraposición de "lo que solo es de unas pocas personas, y por tanto ajeno".

En conversaciones que tengo por aquí y por allá repito siempre el mismo mantra ante gestos y respuestas de incredulidad, a saber. Los servicios en manos del estado cumplen en todo la segunda de las definiciones: solo son de unas pocas personas, y por lo tanto son ajenos, son privados y, desde luego, no son públicos.

Porque para que algo fuera "de todos", fuera público, fuera "del pueblo" en definitiva, todas y todos deberíamos pinchar y cortar en pie de igualdad a la hora de decidir cómo y cuando se implementa, cómo se financia y cómo se gestiona. Cosa que, lo queramos ver como lo queramos ver, no ocurre.

Algunas personas me dicen que todas esas decisiones de alguna forma las estamos tomando todos nosotros a través de los representantes que hemos elegido libremente en las urnas. Opinión que me esfuerzo por respetar aunque creo que, más allá de las consideraciones que cabrían hacerse sobre la representatividad de los gobernantes o del tipo de libertad de conciencia en la que se va a votar, muy pocas personas se creerán en serio tan forzado argumento. No hay más que ver qué tipo de decisiones toman con respecto a estos servicios los supuestos representantes del pueblo y cotejar a ver si se parecen en algo a lo que sería voluntad mayoritaria. Otra cosa será que la gente no imagine otra posibilidad y asuma esta creencia que en mi opinión es tan falsa como moneda de plástico, como mal menor o como circunstancia inexorable. También hay quien le tiene fe a la posibilidad de que esos representantes merced a un vuelco electoral o a la presión de muchos y constantes manifestantes terminen por administrar esos servicios de la forma que el pueblo quiere y no según los dictados de los poderes económicos que les tienen perpetuamente sobornados y trabajando a sus órdenes. También trato de respetar esta fe, pero no veáis lo que me cuesta.

En tiempos en los que la memoria se pierde, algunos sindicatos en este estado habían organizado para sus afiliados, los cuales en total podían ser como un millón y medio de personas, escuelas para sus hijos y para ellos mismos, dispensarios médicos y fondos de previsión para accidentes laborales, enfermedades y jubilaciones. Entre otras cosas. Aquellos servicios sí se decidían y gobernaban de forma generalmente participativa y asamblearia y por ello eran intachablemente "públicos", del pueblo. Hay quienes defienden como "conquistas sociales" producto de nosequé luchas el hecho de que aquellos servicios dejaran de gestionarse por las organizaciones populares y pasaran a estar detentados por el estado. Al margen de lo incorrecto de tal análisis histórico no vendría mal pararse simplemente a cotejar aquello de entonces con esto de ahora a ver si lo acabamos viendo más como conquista o más como pérdida.

Pero la cosa aún tiene un grado mayor de maquiavelismo. Como vengo diciendo, la gente, el pueblo ni pincha ni corta a la hora de decidir nada sobre estos servicios en manos del estado. Pero sí participa de una forma (además de como usuario): pagando. Porque hay almas de cántaro que consideran estos servicios como una forma de beneficiencia, como un regalo que nos hace el poder, nuestros gobernantes, y desconocen que todos y cada uno de los servicios recibidos se pagan y a base de bien. Por ejemplo cada vez que uno compra una barra de pan, le echa gasolina a su vehículo (más del 50% son impuestos) o enciende una bombilla. Incluso yendo a trabajar se está pagando. Evidentemente no se abona por cada servico concreto recibido, como cuando uno va al dentista de pago. Se paga poco a poco y a lo largo de todo el año mediante sistemas de pago/cobro como el IRPF, el IVA, los impuestos especiales, la cotización de la seguridad social, los impuestos urbanos, el IBI, las zonas azules, algunas tasas que tienen algunos de estos servicios e incluso las multas que nos ponen. Podemos considerar otra forma de pago de estos servicios, porque de alguna manera contribuye a engordar las arcas del estado o de sus amigos empresarios, el pago abusivo permitido o potenciado por las autoridades de algunos productos, como la electricidad o las autopistas. Todos estos cobros son una especie de tarifa plana que todos pagamos al estado, unos más que otros, pero cada cual lo máximo que el estado es capaz de exaccionarle, a cambio de disfrutar de una serie de servicios.

Por eso viene a ser una especie de broma de mal gusto que el propio estado nos recorte algunos de esos servicios y nos obligue a volver a pagar por ellos a empresas particulares (el famoso copago) al tiempo que no solo no nos disminuye el precio de la tarifa plana, sino que incluso la aumenta. O sea, que pagamos aún más por menos.

En cualquier caso hay un par de cosas claras. Por un lado la gente, nosotros, el pueblo tampoco podemos decidir si queremos pagar o no por esos servicios y cuánto queremos pagar por ellos. Podría darse el caso de que yo no deseara que a mi hijo le enseñaran una serie de cosas en la escuela del estado -entre otras la asignatura esa de educación para la ciudadanía que dice que el rey es muy majo, que esto es una democracia y que nuestro ejército está para promover la paz- y decidiera inscribirlo a una escuela alternativa que hubiéramos montado entre los vecinos. ¿Me devolvería el estado la parte de mi tarifa que corresponde al servicio que no voy a utilizar? Nones. A cualquier empresa privada a la que tú no le contratas un servicio no tienes que pagarle, pero a esta sí, lo uses o no. De tal forma que si quiero que mi hijo acuda a la escuela vecinal debo volver a pagar por el mismo servicio. Tal cosa estará al alcance de los ricos, que se pueden permitir llevar a sus hijos a centros educativos de otras empresas distintas al estado y pagar dos veces, pero no al alcance de Cigala News que es pobre como una rata. O sea que a tragar con la educación de la empresa estatal. Y cuidado con no hacerlo, que es de carácter obligatorio, y hay amenaza de retirada de la custodia. Por el bien del niño nos dicen para más cachondeo.

La otra cosa clara es la del precio. La tarifa plana que pagamos incluye muchos servicios que son deseables e incluso más que necesarios: educación, sanidad, alumbrado, pensiones, recogida de basuras, abasto de agua potable, qué se yo. Pero con ese dinero que son ellos y no nosotros -recordemos- quienes deciden que hay que pagarlo y en qué cantidad y desarrollan mecanismos violentos y extorsionantes para reclamarlo cual si fueran la mismísima camorra, se pagan también otras cosas. La policía, el ejército, la recaudación de impuestos... También toda la burocracia del aparato estatal con todos sus políticos, jueces, altos cargos, viviendo a cuerpo de rey y enchufándose comisión tras comisión a sus bolsillos. Pero mucho más grave; una parte muy grande del dinero que pagamos por los servicios que nos molan y por los que no nos molan va a parar directamente a los bancos. Ello se hace mediante el perverso mecanismo de la deuda también e irónicamente llamada "pública" (esta sí que lo es porque la pagamos nosotros y no ellos) y en el colmo del morro, con subvenciones directas, llamadas rescates, a la banca. Baste imaginar que la decisión, gestión y financiación de los servicios que se juzguen necesarios va a estar en manos de la gente y no de la pequeña minoría que los posee hoy, para, con unas pequeñas operaciones de cálculo mental, darse cuenta de que es posible ahorrar quizá más de un 50% del dinero. Y por lo tanto es posible tener unos servicios el doble de mejores, y cien por cien democráticos lo cual, esto último, no tiene precio.

¿Entonces estar en las movilizaciones para la defensa de los actuales servicios públicos es defender al estado, y por lo tanto al capitalismo?

Pues sí y no. Pero eso lo dejo para la segunda parte, que ya me estoy enrollando mucho.



Ver en Tortuga:

¿Son públicos los servicios públicos? (2ª parte)

¿Son públicos los servicios públicos? (3ª parte, y última)


Ver más artículos "serios" de Cigala News

    • Los impuestos, se pagan a los bancos centrales, que usan a los gobiernos títeres para vendernos la moto de que hay que pagar impuestos para tener "servicios públicos de sanidad y educación".

      La propia palabra lo dice:

      IMPUESTO.

      Se trata de una IMPOSICION.

      Vamos: Te guste o no.

      ¿Que coño democracia es esta?

      internete
      1234567

      PD: A mi, o me ponen en la declaracion de la renta que coño quiero financiar,
      con tantas casillas como posibilidades, o no pago un duro y punto.

      Soy insolvente, vamos...

      Los estados y gobiernos no son mas que títeres del banco central. Cada vez se está viendo con mas claridad, aunque algunos llevamos denunciándolo hace tiempo...

      Hundamos de una puta vez el EURODOLAR DE LOS COJONES, (que es la madre de todos los putos problemas mundiales) y hagamos una nueva moneda del pueblo de una santa vez...

      http://www.alargador.org/noticias.c...

      Igualitaria, Constante, Nominal, Descentralizada y Transparente.

      Así de facil.

      TORTUGOS: Hacedme caso, ciruelos...

      (Que no puedo estar diseñando software libre y documentando protocolos, y a la vez comentando y divulgando... O lo uno o lo otro... O buen periodista o buen programador, o las dos cosas mal a la vez...)

      (Y no me vengais con la enésima cantinela esa de que soy un individualista... ¡DE ESO NADA!: Simplemente necesito desconectar para concentrarme...)

      (HASTA LOS COJONES Y MAS ALLÁ...)