Nosotros somos el capitalismo - Tortuga
Administración Enlaces Contacto Sobre Tortuga

Nosotros somos el capitalismo

Martes.24 de julio de 2012 1890 visitas - 1 comentario(s)
Alasbarricadas. #TITRE

Nosotros producimos y/o consumimos los bienes y servicios del mercado y el estado capitalistas, nosotros sustentamos y fundamentamos el capitalismo, NOSOTROS SOMOS EL CAPITALISMO.

Aunque ideológicamente nos consideramos anticapitalistas y dedicamos algunas horas de nuestro tiempo libre a luchar contra el capitalismo, a efectos prácticos en la mayor parte de nuestro tiempo somos capitalistas. No importa si algún día hacemos una huelga general y alguna noche salimos a quemar cajeros; mientras el día siguiente volvamos a trabajar dentro del sistema o a utilizar su dinero para satisfacer nuestras necesidades, estaremos poniendo más energía en sustentar el capital que no destruirlo.

No podemos ser capitalistas y al mismo tiempo luchar contra el capitalismo con alguna posibilidad de éxito. Esto es muy paradójico—por no decir HIPÓCRITA—y además… no funciona.

No podemos hundir el barco Capitalismo desde dentro suyo sin riesgo a morir ahogadas con él. Necesitamos construir nuestras propias barcas para que podamos abandonar, hundir y sobrevivir el Capitalismo.

Cuanta más gente abandonemos el barco, menos tripulantes estarán a su servicio y más difícil le será mantener la marcha, hasta acabar a la deriva chocando contra un escollo.

Desde nuestras barcas podemos abrir agujeros al buque para ayudar a hundir el Capitalismo sin peligro de ahogarnos.

Perdón por la redundancia de una obviedad tan grande, pero es útil para dejarlo bien claro: del mismo modo que los nazis no podían acabar con el nazismo, los franquistas no podían acabar con el franquismo y los machistas no pueden acabar con el machismo…, los capitalistas no podemos acabar con el capitalismo.

Todas las emancipaciones humanas siempre han sido llevadas a cabo por personas que rehusan seguir ejerciendo su rol en el sistema de opresión (ya sea como oprimidas u opresoras) o bien por personas que desde fuera el sistema de opresión liberan a las que forman parte.

Desde dentro el barco Capitalismo podemos luchar para que la vida sea más cómoda, más soportable. Así pues, podemos luchar contra los recortes, contra los desahucios y contra los despidos, como si quisiéramos volver atrás, a antes de la crisis, a la época dorada del crecimiento económico y el estado del bienestar capitalista. Estas luchas nos pueden parecer muy nobles, pero no atacan a la raíz de la problemática que pretenden combatir —el Capitalismo— sino que procuran hacer la vida más cómoda y más soportable dentro del Capitalismo. No nos ofrecen herramientas para vivir al margen del sistema y así poder emanciparnos de él; no promueven la autonomía de los individuos y sus comunidades sino que los mantienen en su dependencia del mercado y el estado. Son luchas asistencialistas enmarcadas dentro el Capitalismo y por lo tanto no pueden ofrecer una vía para salir de él, cumplen su función en la perpetuación del mismo: sirven como válvulas de presión para aligerar la rabia y el descontento que cada vez siente más gente en este contexto de crisis inexorable; actúan como un diazepan para ajustar la rebeldía a unos límites aceptables para el sistema.

Un gran error que arrastramos buena parte de los movimientos sociales “anticapitalistas” es seguir creyendo con un ideal utópico de sociedad no capitalista que dispone de todas las comodidades y lujos que nos ofrece el industrialismo y que al mismo tiempo es respetuoso con el medio y los países del 3r mundo. Raramente es cuestionado el industrialismo, sino únicamente su "irrespetuosa" forma actual, bajo la creencia cuando hagamos vencido el capitalismo y el pueblo tengamos el poder, ya haremos que nuestro modus vivendi industrialista sea sostenible y respetuoso con todos los pueblos del planeta.

Entendemos que el industrialismo no es ni puede ser sostenible ni respetuoso, ya sea a nivel social o medioambiental. El industrialismo se fundamenta en la disponibilidad de un grande excedente energético —ya sea proveniente de los combustibles fósiles y/o de la explotación humana— y en una explotación de los recursos naturales extremadamente derrochadora, destructiva y contaminante. Así pues, creemos que es una problemática a superar tan importante como el capitalismo, el fascismo o el patriarcado. Aquí no podemos culpar a los “de arriba”: nosotros como consumidores de energía nuclear, coltan y alimentos producidos industrialmente, estamos actuando de forma activa y directa a favor de este sistema ecocida.

En este sistema donde todo se encuentra interconectado globalmente, también nosotros somos partícipes de todas las injusticias, destrucción y miseria que genera en cualquier parte del mundo. No nos podemos creer mejores, no podemos desresponsabilizarnos de nuestro rol en el funcionamiento del sistema y adjudicar la culpa de todos los males a aquellos quienes ostentan el poder. Los más poderosos marcan las reglas del juego y los de más abajo las seguimos dócilmente. Nadie está forzado a seguir sus reglas para sobrevivir a aquí Occidente. Podemos marcar unas nuevas reglas y jugar a otros juegos aquí y ahora. La habitual negación y desprecio—incluido en los círculos más activistas—a construir alternativas de subsistencia como estrategia de transformación social refuerza el capitalismo haciéndolo todavía más inexpugnable.

El capitalismo es un sistema piramidal, todas las piezas que conforman la pirámide somos el capitalismo, somos todas igual de importantes para su funcionamiento, tanto las de arriba como las de abajo (el sistema no se sostendría sin las piezas de su base). Así pues, si pretendemos superarlo no podemos “combatirlo”—tal y como repetimos en nuestros combativos eslóganes—puesto que esto significaría luchar contra nosotras mismas y la gente que nos rodea (!). No se trata de luchar contra el sistema sino de abandonarlo, ayudándonos a abrir el camino para salir y seguir ensanchando este camino para que cada vez más gente pueda hacerlo. Este camino nos conduce hacia fuera de las ciudades, allá dónde todavía es posible autogestionar nuestras vidas. No es fácil hacer el primer paso, demasiados miedos y adicciones nos retienen en el punto de salida. Menos fácil es hacernos fuertas para mantener el camino abierto y facilitar que más gente lo tome. La propuesta no parece especialmente atractiva, pero lo que dejamos atrás lo es menos. Hoy por hoy no tenemos prisa, cada cual puede ir a su ritmo y haciendo las pausas que hagan falta, pero sin acomodarnos demasiado en un punto determinado ni retroceder. El apoyo mutuo es nuestro vehículo, la libertad y la conciencia nuestras guías.
.-Vienes?

Comissió de Difusió i Propaganda de les Trobades de Repoblament Rural.

Extraido de http://www.repoblament.tk

- Qué es Repoblament rural?

Repoblament Rural pretende ser un movimiento de transición desde la actual sociedad tecno-industrial capitalista hacia una sociedad formada por comunidades autónomas y sostenibles. Consideramos la autonomía (con la soberanía alimentaria como pilar fundamental) y la sostenibilidad como prerequisitos indispensables para desarrollar una existencia basada en la libertad, el respeto, la conciencia y la responsabilidad.

Una forma entre tantas otras de intentar hacer realidad esta transición es juntarnos las personas interesadas en hacer pasos adelante en el camino de esta transición y así sumar fuerzas, empezando por incidir en nuestras propias vidas (puesto que es dónde tenemos más capacidad de incidencia). Y con esto estamos: organizando los Encuentros de Repoblament Rural.

El objetivo de los encuentros es encontrarnos todas las personas interesadas en superar nuestro modo de vida capitalista y anti-sostenible impulsando pequeños proyectos colectivos pseudo-autónomos y pseudo-sostenibles. Pero eso si, con la clara y firme voluntad de progresar en autonomía y sostenibilidad al mismo tiempo que hacemos crecer la red social que pueda hacer posible este progreso.

En un plano más práctico y concreto, los encuentros son un espacio abierto dónde conocernos todas aquellas personas que queremos iniciar un proyecto rural, añadirnos a uno de ya existente, o compartir conocimientos y recursos útiles para la autogestión rural y seguir tejiendo una red de apoyo entre todos los proyectos. En este sentido, realizamos presentaciones de futuros proyectos y de localizaciones dónde empezarlos, dinámicas para encontrar afinidades y confluencias con otras personas interesadas, talleres de formación que nos ayuden a hacer el salto al campo, así como presentaciones y visitas a proyectos ya existentes.

- No te rasques la cabeza! A continuación te ofrecemos una lista de típicos tópicos a tu alcance para dejar por los suelos la propuesta de Repoblament Rural, y si ninguno te convence del todo… siempre queda descalificar!

Recuerda que siempre resulta eficaz comparar Repoblament Rural con los Amish, es una forma rápida y divertida de ganar detractores irreflexivos de Repobalment.


ROMPIENDO TÓPICOS

Uno de los primeros obstáculos inherentes al movimiento para la construcción de alternativas al capitalismo que plantea Repoblament Rural son los populares y reduccionistas tópicos que lo descalifican o desprecian tildándolo de hippie y que generalmente se utilizan para negar su potencial como propuesta política de transformación social.
De aquí viene la siguiente discusión entre tópicos y repobladoras:

“No podemos marcharnos todos al campo porque no cabríamos y lo destruiríamos”.

Es curioso sentir este comentario ahora que la mayor parte del mundo rural se encuentra infrahabitado o directamente abandonado. Aún así, considerando un hipotético éxodo urbano repentino y masivo, de caber en el campo cabríamos sin necesidad de destrucción. El problema es que generalmente se concibe la repoblación rural según los parámetros de urbanizació actual, sin considerar la bioconstruccion, la agroecologia ni ningún otro modelo de consumo y subsistencia más sostenible. Es evidente que toda la actual población urbana no podría vivir al campo con los mismos lujos y comodidades que disfruta ahora, pero si que podría vivir de forma más austera. Muchos lugares rurales del 3r mundo con una alta densidad de población son la prueba de que esto es posible (cómo por ejemplo Ruanda, con una estimada densidad de población de más de 400 habitantes por km quadrado y un 90% de la población viviendo en el campo). Claro que este no es nuestro ideal, aquí tan sólo estamos desmintiendo un tópico. No planteamos el éxodo urbano como un movimiento inmediato y repentino en el tiempo, sino como una larga transición paralela al decrecimiento poblacional que haga posible que el campo asimile toda la población de forma no excesivamente dramática ni destructiva. No hay ninguna razón para negar la posibilidad (por más remota que sea) de un éxodo urbano organizado, sensato y sostenible. No negamos las dificultades de tal empresa, pero creerlas insuperables nos condena a l’inmovilismo nihilista o autocomplaciente.

“Queréis aislaros del mundo rehuyendo el compromiso político”

Ir al campo no es incompatible con el compromiso político, puesto que las luchas se encuentran tanto en las ciudades como en el campo y, en todo caso, los medios de comunicación y transporte actuales permiten participar de los movimientos políticos de las urbes ya sea des de dentro como fuera de ellas.

“Queréis volver al pasado, a las cavernas”

Es imposible volver al pasado, y tampoco lo pretendemos. Nos apropiamos de aquellos conocimientos y prácticas que nos permiten el máximo grado de autonomía y sostenibilidad, independientemente de la época en qué fueron ideados. En el mundo agrario rural y pre-industrial, encontramos muchos referentes positivos que discernimos de aquellos negativos, a menudo referentes al género y la sexualidad.

“Las comunidades no funcionan, ya se ha probado y no ha funcionado”

Tenemos claro que en las relaciones de convivencia es dónde nos falta más por aprender y crecer y, por lo tanto, dónde somos más vulnerables al fracaso. Pero hoy en día no hay ningún modelo de vida con éxito asegurado; ni el matrimonio tradicional, ni el trabajo asalariado y las pensiones de jubilación son ninguna garantía de futuro. Pese al potencial fracaso, preferimos creer y apostar por la comunidad que por el capitalismo o el patriarcado.

“Primero hace falta destruir el capitalismo y después construiremos un nuevo mundo sobre sus cenizas”

No podemos esperar a la muerte del capitalismo para construir alternativas de subsistencia, de lo contrario acabaríamos con el capitalismo… pero también con nuestra existencia!

“Vuestra propuesta no tiene futuro puesto que es demasiado marginal”

Todos los cambios sociales son iniciados por pequeñas minorías activas. Cuando valoramos la validez de una propuesta política, deberiamos considerar la coherencia de sus ideas y las posibilidades de llevarlas a la práctica en vez del número de sus seguidores. De lo contrario, sólo podríamos considerar válidos los actuales partidos de masas que se encuentran en el poder.

http://www.alasbarricadas.org/forum...