Filtración record de Wikileaks: los grandes medios se preparan para la gran “operación censura” - Tortuga
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Filtración record de Wikileaks: los grandes medios se preparan para la gran “operación censura”

Lunes.29 de noviembre de 2010 1250 visitas Sin comentarios
Ya avisan de que procesarán la información y divulgarán solo aquello que les parezca conveniente y en la forma en que les interese. #TITRE

Por ejemplo elDiario El País relata esta jugosa información:

“En lo que respecta a España, estos documentos registran el enorme acceso de la Embajada de Estados Unidos a personalidades destacadas del ámbito político y judicial, y su influencia en algunos acontecimientos que han marcado la actualidad de los últimos años. También se descubre el punto de vista que funcionarios estadounidenses tienen de la clase política española, así como el que algunos políticos expresan sobre sus compañeros y adversarios.”

Sin embargo a renglón seguido anuncia su decisión censuradora:

“EL PAÍS no ha podido corroborar todos esos relatos y ha prescindido de algunos que ha considerado de dudosa credibilidad. Pero sí ha certificado otros y ha operado de forma responsable con el país objeto de la filtración con la intención de causar el menor daño posible. Entre otras precauciones, se ha decidido aceptar los compromisos a los que The New York Times llegue con el Departamento de Estado para evitar la difusión de determinados documentos.

No todos los papeles obtenidos por Wikileaks han sido utilizados para la elaboración de nuestras informaciones, y solo una parte de ellos serán expuestos públicamente, independientemente de lo que la propia WikiLeaks o los demás medios que han recibido el material decidan hacer. Se han seleccionado tan solo aquellos que consideramos imprescindibles para respaldar la información ofrecida.

Las informaciones han sido preparadas y escritas únicamente por redactores de nuestro periódico atendiendo a nuestras particulares exigencias de rigor y calidad. A lo largo de varios días se irán ofreciendo las crónicas que recogen la sustancia de esos documentos, añadiéndoles el contexto y la valoración requeridos, así como sus posibles reacciones y consecuencias.

Algunas de esas reacciones estarán, seguramente, dirigidas a examinar las causas por las que puede haberse producido una fuga de semejante magnitud. El origen de este problema puede remontarse a los días posteriores al ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando se detectaron unos fallos de coordinación entre los servicios de inteligencia que recomendaron la necesidad de un modelo de comunicación que permitiera a los diferentes responsables de la seguridad compartir datos extraídos por el Departamento de Estado.”

En fin, iremos leyendo por unos y otros sitios, y trataremos de bordear estas censuras y restricciones a la información establecidas por el poder político y mediático, a fin de acceder a la información más completa y veraz posible. Nota de Tortuga.


Descarga de documentos aquí: http://thepiratebay.org/search/wiki...

Documentos de Wikileaks describen cómo la embajada de EEUU en Madrid controla a la clase política y judicial española

Neocártel informativo, o dónde están los 250.000 cables entregados por Wikileaks


Detalles de los informes:

Los países árabes presionaron a EEUU para que atacara a Irán

Atrapados entre el temor a Irán y el miedo a una guerra

Los dirigentes árabes apoyan los esfuerzos de EE UU para frenar las aspiraciones nucleares de su vecino, pero desconfían de que tenga éxito .

ÁNGELES ESPINOSA

El recelo histórico que los países árabes han sentido hacia Irán está alcanzando cotas patológicas a medida que la República Islámica anuncia nuevos progresos en sus programas nuclear y de misiles. Los contactos al más alto nivel que quedan expuestos en los informes diplomáticos a los que ha tenido acceso EL PAÍS revelan mucha más preocupación de la que admiten en público. "Una guerra convencional ahora sería preferible a un Irán nuclear", llegan a decir los gobernantes de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahréin en sus conversaciones con altos cargos de EE UU. La mayoría de los líderes árabes, sin embargo, considera mucho peor el riesgo de un conflicto militar. Están dispuestos a apoyar cualquier otro esfuerzo de Washington para contener a Irán, aunque sin hacer ruido. De momento, esa percepción de peligro les lleva a rearmarse, algo que suscita dudas en Israel a pesar de ser quien más se cuida de Teherán. Rusia pone en duda la inminencia de la amenaza (apoyo).

"El rey [Abdalá] le ha dicho al general [James] Jones [consejero de Seguridad Nacional] que si Irán logra desarrollar armas nucleares, todos en la región harán lo mismo, incluida Arabia Saudí", escribe el embajador de EE UU en Riad, James Smith, en un informe que dirige a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, para preparar su visita de febrero de este año (documento 248348). La misma advertencia le hizo el príncipe heredero de Abu Dhabi, el jeque Mohammed Bin Zayed al Nahayan, al secretario del Tesoro, Timothy Geithner, durante una cena en julio de 2009 (documento 217326). Las monarquías petroleras árabes consideran seriamente una carrera nuclear y quieren que su aliado tome en consideración el riesgo.

Consciente de esa inquietud, Clinton instruye a sus embajadas en los Estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para que tranquilicen a sus respectivos anfitriones (Arabia Saudí, EAU, Kuwait, Qatar, Bahréin y Omán) ante el anuncio de la nueva política de defensa antimisiles del presidente Obama, en septiembre del año pasado. "Los programas BMD [defensa de misiles balísticos] en Europa no van a requerir un desvío de activos de EE UU desde el Golfo", asegura uno de los puntos que la secretaria de Estado quiere transmitir a sus aliados árabes, según consta en uno de los documentos analizados (documento 225598).

Los diplomáticos norteamericanos también deben recordar a sus interlocutores que "Estados Unidos ha desplegado sistemas BMD en Oriente Próximo para proteger[les] de la amenaza de misiles iraníes, incluida la presencia de Aegis BMD en el golfo Pérsico y de dos baterías de misiles Patriot en Bahréin, Kuwait, Qatar y EAU". Curiosamente, el despliegue de los Aegis no se hizo oficial hasta cuatro meses después, en enero de este año. Ese mismo mes, una información del diario The New York Times en la que se mencionaban las conversaciones para el despliegue de los Patriot provocó el enfado de Kuwait y la indignación de Omán, dando una idea de la sensibilidad del asunto. Los dirigentes árabes temen que Irán les perciba como hostiles.

"Al Gobierno de Kuwait le ha molestado y disgustado el artículo", escribe la embajadora estadounidense, Deborah Jones (documento 247212). La semana anterior, el presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyaní, ha visitado el emirato y exhortado a sus líderes a que no permitan que las bases estadounidenses en su territorio sirvan para atacar a Irán. Como explica Jones, los kuwaitíes temen que en caso de enfrentamiento su país "quede atrapado entre dos fuegos". La reacción del Gobierno omaní es aún más fuerte porque, como señala el embajador Gary Grappo, "nunca ha habido una oferta oficial de Patriots a Omán". Explica que la buena colaboración entre ambos países "depende de mantener una extremada discreción y del cuidadoso objetivo de la política exterior del sultanato de equilibrar la percepción pública de sus relaciones con EEUU e Irán" (documento 246778).

En numerosos despachos, los líderes aconsejan discreción a sus interlocutores estadounidenses. "El rey [saudí] le dijo al general Jones que la agitación interna iraní [tras las elecciones de junio de 2009] constituye una oportunidad para debilitar al régimen (algo que él anima a hacer), pero también instó a que esto se haga de forma encubierta y subrayó que las declaraciones públicas en apoyo a los reformistas son contraproducentes", prosigue el largo informe del embajador para Clinton. Según su relato, Abdalá "considera que las sanciones podrían debilitar al Gobierno [iraní], pero sólo si son fuertes y sostenidas". En el mismo sentido, Grappo concluye en un despacho que Mascate "no se opondría a la imposición de más medidas contra Irán por parte de las organizaciones internacionales; sin embargo, Omán no quiere mostrarse activo en la promoción de esas medidas" (documento 143790).

No quieren mostrarse activos, pero actúan. En una visita a Moscú en junio de 2009, Alexander Vershbow, secretario adjunto de Defensa, dice a sus interlocutores que "el mundo islámico está muy preocupado por el programa nuclear de Irán" y que "varios de sus vecinos árabes han pedido a EEUU misiles Patriot y otras medidas para protegerse contra un ataque iraní" (documento 228567). A lo largo de 2010, EEUU ha vendido a los países del CCG armas y servicios militares por importe de 123.000 millones de dólares (unos 93.000 millones de euros), más del triple que en los cuatro años anteriores. En el mensaje de la secretaria de Estado se recuerda que las defensas desplegadas por EEUU "complementan los sistemas BMD de la región que incluyen capacidad PAC-II en Arabia Saudí y Kuwait, y capacidad de Alerta Temprana Compartida en EÁU", dos programas que simbolizan la larga cooperación militar con el aliado estadounidense. El despacho revela además que Washington "está estudiando la posibilidad de facilitar cobertura BMD adicional a los países del CCG, si las circunstancias lo requieren".

¿Es tal el caso? Las declaraciones bombásticas del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, sobre las proezas de la Guardia Revolucionaria y el complejo industrial-militar que controla, dan que pensar. No pasa un mes sin que alguno de los cuerpos de ese ejército, el verdadero poder militar de Irán con 125.000 hombres, realice maniobras o pruebas de algún nuevo juguete bélico. En los dos últimos años, Irán ha alardeado sobre todo de sus misiles y de su programa espacial. Ese desarrollo sólo refuerza las sospechas sobre su programa nuclear. La conjunción de capacidad atómica y misiles balísticos constituye la peor pesadilla no sólo de EEUU, sino de todos los vecinos de Irán. Así que por mucho que Ahmadineyad trate de tender lazos, tales exhibiciones de poderío intranquilizan a los países de la península Arábiga, que todos juntos apenas suman la mitad de la población iraní (77 millones).

"Irán tiene el mayor y más activo programa de misiles de Oriente Próximo", afirma EEUU en un documento titulado El programa de misiles balísticos de Irán, que tras haber pasado el control de las agencias de espionaje, el Departamento de Estado distribuye a los participantes en una reunión del Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR), en noviembre de 2009 (documento 226534). Washington explica el arsenal de cohetes de que dispone Irán y expresa su preocupación de que "pudiera actuar como abastecedor de tecnología de misiles balísticos para otras partes". De hecho, menciona que ya está promocionando sus misiles de corto alcance "en exhibiciones de defensa y webs del Gobierno" y que ha llegado a acuerdos para la producción del Fateh-110 en Siria (que a su vez se los habría ofrecido a Hezbolá).
Para los israelíes no hay duda de que Irán tiene un programa militar y aunque los informes disponibles no dan detalles del contenido, mencionan la existencia de información secreta compartida. "La prioridad de Israel es impedir el programa militar nuclear de Irán", afirma Pinchas Buchris, director general del Ministerio de Defensa, durante una visita del vicesecretario estadounidense para Asuntos Político-Militares, Andrew Shapiro, en julio de 2009 (documento 218775). "Todas las opciones deben permanecer sobre la mesa", defiende Buchris, antes de precisar que parte de su trabajo "es asegurarse de que Israel está en condiciones de utilizar esa opción, por más indeseable que resulte". Otros participantes revelan su escepticismo de que la vía del diálogo vaya a funcionar.

Los israelíes también expresan su inquietud por el rearme árabe que ha suscitado la amenaza iraní e insisten en mantener su "ventaja militar cualitativa". "Una percepción de que se reduce la distancia entre Israel y los Estados árabes, unido a un Irán dotado de armas nucleares, podría llevar a los Estados árabes moderados a reevaluar la idea de que Israel es parte integrante de la región", argumenta Alon Bar, el vice director para Asuntos Estratégicos del Ministerio de Exteriores, citado por Cunningham. El embajador cuenta además que cuando Shaphiro menciona los intereses comunes con los Estados del Golfo, los militares israelíes se muestran escépticos de que la asistencia militar ofrecida vaya a ayudar contra Irán. Argumentan que los sistemas en discusión "no están diseñados para hacer frente a las amenazas, nuclear y asimétrica, que plantea Irán". El vicesecretario la justifica como "una señal para esos países (y para Irán) de que tienen grandes aliados en Occidente".

El rey saudí apoya la intervención militar

Significativamente los temores que la República Islámica despierta en Israel no se diferencian mucho de las que ocasiona entre sus vecinos árabes, algo que les convierte en extraños compañeros de viaje. También los saudíes están dispuestos a llegar hasta el final, según se desprende del despacho que firma el ministro consejero de la Embajada norteamericana en Riad, Michael Gfoeller, dando cuenta de una visita del general David Petraeus y el embajador estadounidense en Bagdad al rey Abdalá, en abril de 2008. El embajador saudí en Washington, Adel "al Jubeir recordó los frecuentes llamamientos que el rey ha hecho a EEUU para que ataque Irán y ponga fin a su programa de armas nucleares", escribe Gfoeller (documento 150519). "Les dijo que cortaran la cabeza de la serpiente", cita el diplomático a Al Jubeir quien utiliza un símil habitual entre los árabes.

Y es que la prevención del monarca saudí hacia su vecino es colosal. "El objetivo de Irán es causar problemas", le confía Abdalá de Arabia Saudí a John Brennan, asesor para la lucha antiterrorista del presidente Barack Obama, durante una audiencia en marzo del año pasado. El contenido de los 90 minutos de conversación entre ambos quedó recogido en el informe que al día siguiente elaboró el entonces embajador estadounidense en Riad, Ford M. Fraker (documento 198178). "Sin duda están algo desequilibrados", cita textualmente al rey quien describe a Irán como "un vecino al que uno trata de evitar" y declara: "Qué Dios nos libre de ser víctimas de la maldad iraní".

Arabia Saudí, la cuna de los santos lugares del islam y el heraldo de la interpretación más radical de su rama suní, siempre ha observado con recelo a los chiíes del otro lado del golfo Pérsico, su único rival por el liderazgo regional. La desconfianza histórica se trocó en antagonismo real cuando la revolución de 1979 convirtió al Irán imperial en una República Islámica que con su sola existencia cuestionaba las credenciales religiosas de la dinastía de los Al Saud. Ese temor se vio enseguida corroborado por las intenciones de "exportar la revolución" del ayatolá Jomeiní, el líder de aquel movimiento que cambió las coordenadas estratégicas de la zona, y el inicio de la guerra irano-iraquí. El deshielo con los vecinos que inició el presidente Jatamí a partir de 1997 aún no se había consolidado cuando la oratoria desbocada de Ahmadineyad, su sucesor, ha vuelto a agitar los fantasmas.
De la lectura de los despachos disponibles, se saca la impresión de que la preocupación saudí por Irán va en aumento. Aunque los motivos de inquietud van cambiando con el tiempo (disturbios durante la peregrinación anual a La Meca, interferencia en Bahréin, implicación en atentados, etc.), el tema es una constante desde los textos datados en 1985 y se repite en todos los contactos bilaterales.

Ya en julio de 2007, el entonces embajador Richard Erdman, identifica en otro informe "las prioridades de seguridad regional" del rey Abdalá como "poner en marcha de la solución de los dos estados en [el conflicto de] Oriente Próximo y convencer a Irán para que cumpla con sus obligaciones nucleares" (documento 217248). "Los saudíes ven Irán como un peligroso poder chií inclinado a desestabilizar la región, desde Líbano a Irak, Bahrein y Yemen", escribe Erdman al general Petraeus, entonces al mando de las tropas en Irak, en vísperas de una visita a Riad. "Les preocupa que estemos dispuestos a aceptar un papel más relevante de Irán en la región a cambio de concesiones en su programa nuclear", interpreta el diplomático. "El rey está convencido de que el acercamiento a Irán no va a tener éxito. Quiere oír que nuestros esfuerzos en ese sentido están vinculados a los resultados y tienen fecha de caducidad".

Tres años después, el monarca saudí le cuenta a Brennan que el ministro iraní de Exteriores, Manuchehr Mottaki, ha estado allí, "sentado en ese mismo sitio", minutos antes, y le describe la conversación que han mantenido como "subida de tono". De acuerdo con el relato que reproduce el embajador Fraker, presente en la entrevista, cuando el rey inquiere a Mottaki por la interferencia iraní en los asuntos de Hamas, el ministro responde que "se trata de musulmanes". "No, de árabes", le replica Abdalá, "y ustedes, los persas, no tienen derecho a entrometerse en los asuntos árabes".

Tan poco diplomática frase, en boca de un hombre de 86 años conocido por su prudencia política, dista mucho de las cuidadas declaraciones con las que se da cuenta de esos encuentros bilaterales y constituye una clara indicación de que los saudíes están perdiendo la paciencia con la creciente influencia iraní en la región. "Tanto como apreciamos el apoyo iraní a las causas árabes, nos gustaría ver que se canaliza a través de la legalidad árabe y en armonía con los objetivos árabes", resumió la cita el ministro saudí de Exteriores, el príncipe Saud al Faisal.

De acuerdo con el relato de Fraker, "Abdalá aseguró que Irán estaba tratando de establecer organizaciones del tipo de Hezbolá en países africanos, señalando que los iraníes no creen que estén haciendo nada malo y no reconocen sus errores". El rey sugiere a Brennan que una solución al conflicto árabe israelí sería un gran logro, aunque admite que Irán encontrará otra forma de causar problemas. El monarca refirió también que los iraníes querían mejorar las relaciones bilaterales y que les había un año para que mostraran su buena voluntad. "Después de eso, se acabará", aseguró que le había dicho a Mottaki.

De hecho, Abdalá rechazó la invitación a visitar Irán que le presentó el jefe de la diplomacia iraní, una visita que el Gobierno de Ahmadineyad trata de organizar desde 2007. "Todo lo que quiero es que ustedes nos libren de su maldad", dijo el rey que había respondido. "Hemos tenido relaciones correctas a lo largo de los años, pero el resultado final es que no se puede confiar en ellos", resumió ante Brennan.

La desconfianza saudí parece sustentare en fracasos anteriores. El rey le cuenta a Brennan que "hace tres años" el líder supremo iraní, Ali Jameneí, envió a su consejero para Asuntos Exteriores, Ali Akbar Velayatí, con una carta en la que proponía el establecimiento de un canal secreto de comunicación entre ambos dirigentes. Abdalá asegura que estuvo de acuerdo y que designaron al propio Velayatí y al príncipe Saud al Faisal como puntos de contacto, pero el canal nunca se ha utilizado.

No está claro cómo han respondido los iraníes al ultimátum saudí y los despachos diplomáticos se acaban en febrero de este año, justo en vísperas de que se cumpliera el plazo. Sin embargo, el pasado octubre, llamó la atención que la prensa del reino se hiciera eco de dos llamadas telefónicas de Ahmadineyad a Abdalá. La primera antes de su visita a Líbano y la segunda, diez días después. Nada se ha sabido del contenido de esas conversaciones más allá del comunicado oficial, según el cual "comentaron asuntos regionales". Pero aunque el monarca telefoneara al presidente iraní en julio de 2006 para darle el pésame por la muerte de su padre y le recibiera sonriente en Riad un año después, no se fía de él. En marzo, tres meses antes de las elecciones iraníes, "Abdalá dijo que preferiría a Rafsanyaní si se presentara", escribe el embajador Fraker. No lo hizo y volvió a ganar Ahmadineyad.

La audiencia de Abdalá a Brennan tenía otros puntos del día, pero sin duda Irán fue el centro de su conversación y el que más pareció interesar al estadounidense. Así se desprende del informe que elabora el embajador, en el que dedica dos de sus seis páginas al asunto. "Brennan dijo que teníamos los ojos bien abiertos a las ambiciones iraníes y que no éramos naif respecto a los peligros que Irán planteaba a Arabia Saudí, y que no se puede permitir que Irán tenga éxito con sus actividades desestabilizadoras", escribe Frake. "Brennan señaló que el presidente había ordenado una revisión completa de la política de EEUU hacia Irán".

Los saudíes tampoco ocultan su pesimismo ante la forma en que Washington está gestionando la crisis iraní. "El rey está convencido de que los esfuerzos de EEUU para implicar a Teherán [en una negociación] no van a tener éxito; probablemente va a sentir que los hechos le dan la razón a la vista [del discurso] de Ahmadineyad del 11 de febrero jactándose de haber enriquecido uranio al 20% [y de que] Irán ’ya es un país nuclear", asegura Smith en su informe previo a la visita de Clinton los días 15 y 16 del pasado febrero (documento 248348).

En vísperas de la visita de la secretaria de Estado a Riad, se especuló iba a pedir ayuda a su anfitrión para vencer las reticencias de China a una nueva resolución sancionadora en el Consejo de Seguridad. Sin embargo, del despacho de Smith se deduce que o los saudíes ya estaban de acuerdo o la tarea de persuadirles se llevó a cabo de antemano. "Arabia Saudí ha dicho a los chinos que está dispuesta a garantizarles un suministro de petróleo a cambio de que presionen a Irán para que no desarrolle armas nucleares", afirma el embajador. Pekín, que en los últimos años ha hecho grandes inversiones en la República Islámica, teme que una eventual interrupción del flujo de crudo. La seguridad de que sus industrias no se quedaran desabastecidas reduce su dependencia de los iraníes.

El ministro saudí de Exteriores dijo luego en una conferencia de prensa que China "no necesita las sugerencias de Arabia Saudí sobre lo que debe hacer", pero la realidad es que durante una visita de su colega chino a Riad, él mismo le suscitó el asunto (documento 254748). Más intrigante fue la afirmación del príncipe Saud al Faisal de que las sanciones son "una solución a largo plazo" y que la amenaza que plantean las ambiciones nucleares de Irán exige medidas más urgentes. Durante días, los analistas se devanaron los sesos tratando de dilucidar qué había querido decir el veterano jefe de la diplomacia saudí. A la vista del despacho de Smith, sus palabras bien podían referirse a la necesidad de que EEUU ratificara el mayor contrato de defensa entre ambos países, por un importe de 60.000 millones de dólares, que acaba de aprobar el Congreso de EEUU a pesar de las reticencias israelíes. "[El rey] también quiere conocer nuestros planes para reforzar las defensas del Golfo frente a Irán", escribió el embajador.

Los temores de los saudíes respecto a Irán no son solo de carácter existencial o ideológico. También tienen quejas concretas del comportamiento de sus vecinos, como le hace saber el poderoso ministro del Interior (y medio hermano del rey), el príncipe Nayef, a Brennan, el consejero de Obama para la lucha antiterrorista, durante una visita el 5 de septiembre del año pasado. Según el relato que de la misma hace el cónsul general en Yeddah, Martin R. Quinn (documento 224706), "Nayef se quejó de que durante los dos últimos años Irán ha albergado a saudíes (todos suníes) -incluido Ibrahim, uno de los hijos de Osama Bin Laden? que tuvieron contactos con terroristas y trabajaron contra el reino". El Gobierno de Arabia Saudí "considera que esta acción agresiva constituye una ruptura del acuerdo de seguridad que ambos países firmaron en 2001". Aquel compromiso, alcanzado durante la presidencia del reformista Jatamí, intentaba cerrar la crisis abierta tras el atentado de 1996 en Jóbar (que Riad atribuyó a los servicios secretos iraníes).

En esa cita, Brennan asegura a Nayef, siempre según el informe, que "el deseo del presidente Obama de hablar con los iraníes no significa que no entienda el problema" y que "los grandes amigos del Gobierno de Arabia Saudí en la Casa Blanca, incluido el presidente Obama, quieren trabajar con Arabia Saudí en ese frente". Otro motivo de preocupación más reciente es la revuelta de los Huthi en Yemen. Los saudíes, como la mayoría de los árabes, se muestran convencidos de que Irán apoya a esos insurgentes debido a su afiliación chií (documento 243447). EEUU les pide pruebas, algo que nadie parece capaz de proporcionar.

Tampoco nadie quiere ser el primero en dar un paso al frente para aislar a Irán. Su sombra es muy grande y, como sugiere el rey, es preferible hacerlo de forma encubierta.

Durante una visita el pasado febrero, el vicesecretario del Tesoro Neal Wolin pide a los responsables económicos saudíes ayuda para combatir la creciente actividad financiera de la Guardia Revolucionaria iraní y que el Gobierno de Arabia Saudí lidere el esfuerzo en ese sentido dentro del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). El ministro saudí de Finanzas, Ibrahim al Asaf, responde que "estaría encantado de hablar con los vecinos del Golfo, pero cada país miembro aborda el asunto de Irán de forma distinta" (documento 251191). Según el resumen de la cita que hace el embajador Smith, "Asaf dijo que el Gobierno de Arabia Saudí ha hablado con sus bancos respecto a las preocupaciones sobre Irán, y llegado a la conclusión de que la mayoría de las transacciones financieras con Irán se hacen en Dubai". El vice ministro saudí del Interior, Mohamed bin Nayef, que también está presente en la reunión, declara desear que "nuestros amigos en EÁU sean más agresivos".

EÁU considera "inaceptable" a un Irán nuclear

El saudí se refiere sin duda a los gobernantes de Dubái, cuyo espectacular desarrollo se basa en el comercio y para quienes Irán es el principal socio. En el vecino Abu Dhabi, que preside la federación de EÁU y es el mayor productor de petróleo de los siete emiratos, las ambiciones de Teherán se ven con mayor preocupación. El jeque Mohammed bin Zayed "describió un Irán nuclear como absolutamente inaceptable", asegura el embajador Richard Olson al dar cuenta de la cena que el príncipe heredero de Abu Dhabi y hombre fuerte de la federación ofreció al secretario del Tesoro, el 15 de julio de 2009.
"Está convencido de que se desatará un infierno si Irán llega a hacerse con la bomba, con Egipto, Arabia Saudí, Siria y Turquía desarrollando su propia capacidad nuclear militar, e Irán instigando el conflicto entre suníes y chiíes por todo el mundo", advierte el diplomático. Pero Al Nahayan, "el hombre que dirige" el país y "quien decide en asuntos de seguridad" aunque su único título oficial es vice comandante supremo de las Fuerzas Armadas de EÁU, va más allá y considera "una guerra convencional con Irán en el corto plazo como claramente preferible a las consecuencias a largo plazo de un Irán dotado del arma nuclear".
Dos semanas antes, una opinión similar expresada por su embajador en EEUU, Yusef al Otaiba, durante una seminario motivó un revuelo mediático y diplomático, al interpretarse como un respaldo al uso de la fuerza contra Irán. Al Otaiba se vio obligado a matizar sus palabras, pero a la luz de la conversación ahora revelada el enviado estaba en plena sintonía con sus jefes. De hecho, el pesimismo de Al Nahayan es total. Por eso insiste en que EÁU debe prepararse, lo que en otros despachos Olson han calificado de "sus casi obsesivos esfuerzos para desarrollar sus Fuerzas Armadas".

"Declaró que las sanciones financieras nunca serán suficientes para frenar a Irán", escribe el embajador. Tampoco cree que pueda hacerlo un bombardeo israelí. En su opinión, "la clave para contener a Irán gira en torno al progreso del problema Israel / Palestina", sobre el que advierte que "no hay tiempo que perder". Ni siquiera un posible cambio de cara al frente del Gobierno de Teherán le merece confianza. Al comentar las elecciones presidenciales que Irán acababa de celebrar, Al Nahayan "advirtió de que Mir Hosein Musaví no es distinto de Ahmadineyad en las ambiciones nucleares, ’el mismo objetivo, diferente táctica’. Y recordó al secretario Geithner que Musaví y sus consejeros forman parte del mismo grupo que tomó la Embajada de EEUU en 1979".
Medio año después de aquella cena, Al Nahayan advertía al vicesecretario norteamericano de Energía, Daniel Poneman, de que "Irán ya estaba comportándose como una potencia nuclear" (documento 240364). Más grave aún, le acusaba de "estar creando emiratos por todo el mundo islámico, incluidos el sur de Líbano y Gaza, y emiratos durmientes en Kuwait, Bahréin, la provincia oriental de Arabia Saudí, la madre de todos los emiratos en el sur de Irak, y ahora en Saada, en Yemen". No obstante, estimaba que "Irán no es Corea del Norte" y que "el orgullo hace a los dirigentes iraníes más susceptibles a la presión internacional".

En un despacho enviado al presidente Obama antes de la visita de Al Nahayan a la Casa Blanca (documento 222954), Olson matiza que se trata de "un duro respecto a Irán, [pero que] hay otros más acomodaticios dentro de su propio sistema, especialmente en Dubai, donde el gobernante, Mohammed bin Rashid al Maktum (primer ministro de EÁU), tiene una posición mucho más cercana a la de Qatar". Este, aunque está de acuerdo que Irán no debe tener armas nucleares, repite en todas las entrevistas con altos responsables de EEUU su preocupación por el impacto sobre Dubái tanto de una acción militar como de las sanciones (documento 94272). Irán es el principal socio comercial de Dubái y los bancos iraníes en ese país tienen depositados fondos estimados en miles de millones de dólares.

Qatar se ofrece para mediar

En Riad, en Abu Dhabi o en El Cairo se da por hecho que Qatar es un flanco débil a la hora de hacer un frente común árabe frente a Irán. El propio emir de Qatar, Hamad bin Khalifa al Thani, no esconde su pragmatismo político. "Debido a al depósito de gas natural que Irán comparte con Qatar, Qatar no "provocara un enfrentamiento" con Irán", escribía el embajador estadounidense en Doha, Joseph LeBaron, tras la entrevista del emir con el senador John Kerry en febrero de este año (documento 250177). Sin embargo, el primer ministro, Hamad bin Jasim al Thani, revelaba pocos meses después que la relación tampoco es de confianza.

"Nos mienten y les mentimos", resumió al respecto el primer ministro tras constatar que EEUU se molesta a veces cuando oye hablar de la buena vecindad entre Irán y Qatar (documento 240782). El visitante en esta ocasión era el vicesecretario de Energía, Daniel Poneman. Estaba acabando diciembre y Estados Unidos empezaba a inquietarse por la falta de respuesta de Irán a la propuesta de intercambio de combustible. Bin Jasim expresó su escepticismo sobre que Occidente vaya a poder alcanzar un acuerdo con los líderes de Irán.

"Me sorprendería mucho si los iraníes alcanzaran un acuerdo. Siempre piensas que lo has logrado y luego [descubres] que no", comentó, según cita LeBaron. "La UE, Chirac y Solana... todos pensaron que tenían un acuerdo... Solana dijo en dos semanas; le advertí que llevaría dos años", añadió. Poneman le preguntó entonces cómo actuar. "Bin Jasim dijo que era imperativo que los iraníes se comprometieran a redactar cualquier acuerdo, incluido el calendario", escribe LeBaron. "Pidan que ellos lo hagan porque si no, dirán ’si, pero...’ y el ’pero’ será pero que un ’no’", aconsejó.

- No quieren hacer una propuesta.
- Ustedes no lo entienden. Ni siquiera Musavi puede alcanzar un acuerdo.
- Estados Unidos no ofrecerá nada mejor que lo que hay en la mesa.
- Lo sé, pero ellos son así.

Y tal vez por eso, porque los iraníes son como son, Qatar prefiere no enemistarse con ellos. "Irán nunca nos ha molestado", le recordó el emir a Kerry, antes de atribuir a EEUU "el error de haber hablado por los manifestantes" (sic) tras las controvertidas elecciones presidenciales iraníes de junio del año pasado. En cualquier caso, ante las quejas del congresista por la falta de respuesta del Gobierno iraní a los intentos de diálogo de la actual Administración norteamericana, el emir responde ofreciéndose a mediar. "¿Qué le parece si hablo con el presidente iraní? ¿Qué quiere que le diga?".

Egipto recluta agentes en Irak y Siria para contrarrestar a Irán
"[El presidente egipcio, Hosni] Mubarak tiene un odio visceral hacia la República Islámica, a menudo se refiere a los iraníes como ’mentirosos’ y les acusa de querer desestabilizar Egipto y la región", escribe la embajadora norteamericana en El Cairo, Margaret Scobey, en un informe a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el pasado febrero (documento 191130). En su opinión, "no hay duda de que Egipto considera a Irán como la mayor amenaza a largo plazo, tanto por su desarrollo de capacidad nuclear como por su intento de exportar la revolución chií". Aún así, matiza Scobey, "Mubarak le ha dicho a[l enviado especial para Oriente Próximo George] Mitchell que no se opone a que Estados Unidos hable con los iraníes, mientras ’no nos creamos una palabra de lo que dicen".

A finales de diciembre del año pasado, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, el teniente general Gabi Ashkenazi, le dijo al congresista norteamericano Ike Skelton que "Mubarak asegura que Irán está promoviendo el cambio de régimen en Egipto", tal como recoge el resumen de la entrevista elaborado por la Embajada de EEUU en Tel Aviv (documento 241399). Ninguno de los despachos disponibles cita esa denuncia de una fuente directa, pero los dirigentes egipcios se muestran muy preocupados con la penetración iraní en su país.
Egipto ya ha "empezado un enfrentamiento con Hezbolá e Irán", le anunció el jefe de los servicios secretos egipcios, el general Omar Soliman, al almirante Michael Mullen, el jefe de la junta de jefes del Estado Mayor del Ejército norteamericano, durante una visita a El Cairo en abril del año pasado (documento 204990). Irán "es muy activo en Egipto", explica. Su principal objetivo es utilizar el país de las Pirámides para canalizar su ayuda financiera a Hamás que cifra en 25 millones de dólares al mes, según el despacho que firma Scobey. No obstante, Soliman asegura que están frustrando esos esfuerzos y pone como ejemplo que han impedido varios intentos iraníes de "pagar los salarios de los Batallones Al Qasam" y detenido a los miembros de la primera célula de Hezbolá en Egipto. Otra intrusión iraní, según Soliman, es el intento de "recabar el apoyo de los beduinos del Sinaí para facilitar el tráfico de armas a Gaza".

Mullen le expresa su agradecimiento por los esfuerzos para combatir el contrabando y le abre la puerta a que pueda pedir "asistencia adicional para la seguridad en la frontera en cualquier momento". Solimán insiste en la amenaza iraní. "No vamos a consentir que Irán opere en Egipto", afirma antes de añadir en que ya han advertido a Teherán de que si lo hacen, ellos también interferirán en Irán. De hecho, confía, su departamento "ya ha empezado a reclutar agentes en Irak y Siria". Se supone que para infiltrarlos en la República Islámica. "Irán debe pagar un precio por su comportamiento", concluye.

Un año antes durante la vista de una delegación del Congreso norteamericano a El Cairo, Soliman se muestra satisfecho de que la Nueva Estimación de Inteligencia sobre Irán no signifique un giro en la política de Washington hacia ese país (documento 136139). "Sabemos que Estados Unidos nunca permitirá que Irán tenga una bomba nuclear", manifestó, según el informe diplomático.

Jordania alerta ante la extensión del arco chií

"La metáfora que más a menudo utilizan los funcionarios jordanos cuando se habla de Irán es la de un pulpo cuyos tentáculos llegan insidiosamente a manipular, fomentar [sic] y minar los planes mejor establecidos de Occidente y los moderados de la región", escribe el embajador estadounidense en Ammán, Stephen Beecroft, en un informe sobre cómo reaccionarían los países de la zona a un eventual compromiso de EEUU con Irán (documento 200230). "Aunque los funcionarios jordanos dudan de que el diálogo con Estados Unidos vaya a convencer a Irán de retirar sus tentáculos, opinan que pueden cortarse privando a Irán de asuntos polémicos que le convierten en héroe para la calle árabe, como su defensa de la causa palestina".

"El rey Abdalá indicó al enviado especial George Mitchell en febrero que la implicación directa de EEUU con Irán en este momento solo profundizaría las divisiones intra árabes y que más ’países sin agallas’ se pasarían al lado iraní", menciona Beecroft. El monarca jordano fue el primero en advertir del riesgo de un "arco chií", que iría desde Irán hasta Líbano, pasando por las minorías del Golfo y sobre todo Irak, si se intervenía para derribar al régimen de Saddam.

Algunos de sus asesores siguen temiendo que "EEUU y Occidente permitan que Irán sea hegemónico en Irak y a través de la región a cambio de abandonar su programa nuclear", recoge el informe. También menciona que Zeid Rifai, presidente del Senado hasta diciembre de 2009, predice que el diálogo con Irán no llevará a ninguna parte: "Bombardeen Irán o vivan con una bomba iraní. Sanciones, zanahorias, incentivos, no funcionarán". En definitiva, los jordanos temen que Irán sea el único que se beneficie del diálogo con EEUU, y que a ellos les toque paga el precio.

La sombra de Irán aterra al rey de Bahréin"Hay que parar ese programa", le dice el rey Hamad bin Isa al Khalifa de Bahréin al general Petraeus, en noviembre de 2009 cuando éste era comandante del Mando Central (CENTCOM) estadounidense (documento 232927). El informe de la reunión que elabora el embajador norteamericano en Manama, Adam Ereli, señala que el monarca defiende "con fuerza que se actúe para acabar con [el] programa nuclear [iraní], por cualquier medio necesario". "El peligro de dejarlo avanzar es mayor que el peligro de pararlo", cita textualmente al rey.

"Hamad señaló a Irán como la fuente de la mayoría de los problemas tanto en Irak como en Afganistán", reporta Ereli. Ni el rey ni el embajador hacen referencia a las razones internas que alientan esa suspicacia hacia Irán. La dinastía Al Khalifa pertenece a la rama suní del islam, mientras que la mayoría de los habitantes de Bahréin son chiíes y se quejan de discriminación en la educación, el empleo y el acceso a la vivienda. Sus lazos históricos y personales con Irán, de donde son originarias muchas familias les convierten automáticamente en sospechosos de quintacolumnistas. Aunque Bahréin es un archipiélago con apenas medio millón de habitantes, como sede de la V Flota, su estabilidad es clave para EEUU.

"El rey Hamad respaldó plenamente convencido de que un mayor compromiso e influencia árabes ayudarían a frustrar las intenciones iraníes en Irak", escribe Ereli. También recordó a Petraeus que "Bahréin estaba trabajando para reforzar la coordinación dentro del CCG", antes de confirmar que su país ha dado el visto bueno a la solicitud de la OTAN para utilizar la base aérea Isa para misiones AWACS (de reconocimiento aéreo).

Omán considera que los iraníes conocen sus límites

"Irán es un país grande con músculos y debemos tratar con él", le dice el sultán Qabús de Omán al entonces jefe del CENTCOM, el almirante William Fallon, en febrero de 2008 (documento 143790). Según el relato del embajador estadounidense en Mascate, Gary Grappo, el monarca comparte "las preocupaciones de EEUU sobre la intromisión iraní en Irak y otros lugares, pero sostiene que Teherán sabe que un enfrentamiento con EEUU no le beneficia".

El sultán opina que los iraníes "no están locos" y, de acuerdo con el despacho de Grappo, asegura que "Teherán se da cuenta que hay ’ciertas líneas que no puede cruzar’ (por ejemplo, el enfrentamiento directo con EEUU)". "Debo decir que en tanto [que EEUU] esté en el horizonte, no tenemos nada que temer", concluye Qabús.

Pero esta percepción respecto a la amenaza que representa Irán y que repiten todos los cargos civiles omaníes, no es del todo compartida por sus militares y sus servicios de seguridad. "Omán niega que Irán plantee una amenaza directa a la seguridad nacional del sultanato. Sin embargo, [su] planteamiento de defensa, incluidos su organización y compra de material militar, muestra que reconoce claramente el riesgo que Irán plantea a la estabilidad regional", interpreta el ministro consejero de la embajada, Victor Hurtado, en un informe para el general Petraeus en julio de 2009.

Uno de los más precavidos frente a Irán es el teniente general Ali bin Majid al Ma’amari, el más alto responsable de seguridad y consejero del sultán. Tras una entrevista con Ali Bin Majid en agosto de 2008, el embajador escribe que los omaníes "son conscientes de las tácticas engañosas de Irán y de sus deseos de expansionismo ideológico en la región" (documento 165127). Pero cuando el diplomático le pregunta por las declaraciones iraníes amenazando con cerrar el estrecho de Ormuz, Ali Majid las desestima como "palabras hueras" y, resume el despacho, "tal vez un vago intento de aumentar su poder de negociación frente al G-6".

Los omaníes se sienten mucho menos preocupados por Irán que sus vecinos. Además, como resume otro informe (documento 216486), "los dirigentes omaníes siguen convencidos de que Irán no atacará países del CCG con misiles en respuesta a un ataque militar llevado a cabo en el Golfo. Ven más probables operaciones terroristas, asimétricas, de Irán contra los estados del Golfo, incluidos objetivos de EEUU en estos países". En consecuencia, "los omaníes tienen poco interés por los caros misiles Patriot, pero están interesados en el Shared Early Warning (SEW) [sistema de alerta temprana compartida] y desean modernizar su capacidad -tanto defensiva como disuasiva? para hacer frente a las que consideran amenazas más posibles".

La familia real de Kuwait, dividida ante Irán

"Irán está decidido a exportar su revolución y sólo puede ser disuadido por la fuerza de alcanzar sus ambiciones nucleares", le dijo el ministro kuwaití del Interior, el jeque Yaber al Jaled al Sabah, a la embajadora estadounidense, Deborah Jones, el pasado febrero (documento 219197). La contundencia de esas palabras contrasta con la actitud tibia que sus vecinos atribuyen a Kuwait a la hora de hacer frente común ante Teherán. La propia embajadora precisa en su informe sobre la entrevista que el jeque Yaber es "un duro en [asuntos de] seguridad cuyas opiniones no siempre reflejan las del resto del Gobierno".

Aún así, no deja de ser significativo que una voz de tanto peso (el ministro es un destacado miembro de la familia gobernante) califique a Irán de "centro neurálgico del extremismo islámico". Su grado de preocupación, o de paranoia, se intuye cuando Jones escribe que el jeque Yaber opina que "incluso los palestinos aspiran ahora a ser chiíes porque se han creído las ’historias’ iraníes sobre que los chiíes están más preparados para ’luchar hasta el final’ y hacer frente a Israel". El ministro también se hace eco de los intentos iraníes de "infiltrarse en Egipto, explotando la pobreza de ese país".

El jeque Yaber indica que habla con franqueza porque se trata de la mayor preocupación del Gobierno de Kuwait. Sin embargo, Jones matiza que su tono parece influido por sendos incidentes en los que lanchas rápidas de la Guardia Revolucionaria se acercaron a una terminal petrolera saudí-kuwaití en aguas internacionales y molestaron a unos pescadores kuwaitíes. Aunque sin duda las palabras del ministro dan pistas sobre las preocupaciones privadas de algunos altos cargos del emirato, otros despachos de esa embajada ponen en perspectiva la visión global de la familia real.

La postura del Gobierno kuwaití trata de "instar discretamente a Teherán para que cumpla con las salvaguardas del OIEA a la vez que mantiene una relación amistosa con un vecino que es mucho más grande y poderoso", resume un despacho del pasado febrero (documento 250223). En definitiva, "dará la bienvenida a cualquier propuesta que saque a Irán de su camino nuclear, pero no se expondrá a la ira iraní colocándose al frente de alguna de ellas", estima el encargado de negocios estadounidense, Tom Williams.

Inaceptable, pero no inminente

Rusia está cooperando con EEUU para contener el programa nuclear iraní, según se desprende de numerosos despachos. Sin embargo, no considera que la amenaza sea inminente. Sus analistas constatan que Irán ha desarrollado versiones mejoradas de sus Scud para el corto alcance, sin embargo estiman que ha tocado techo en los misiles de alcance medio y está lejos de lograr uno intercontinental, la mayor preocupación de EEUU. Por eso, discrepa de que se trate de una amenaza inmediata, tal como se revela en un informe de la Secretaría de Estado sobre las conversaciones bilaterales para evaluar amenazas conjuntas que ambos países mantuvieron en diciembre del año pasado (documento 250573). Aún así, del lado ruso se deja claro que los intereses estratégicos a largo plazo de EEUU y Rusia coinciden en buena medida y que la adquisición de capacidad nuclear y/o de misiles por parte de Irán, Corea del Norte, u otros estados a punto de conseguirla es inaceptable.

Los rusos entienden que debido a la compleja y desafiante situación del contexto regional que rodea a Irán, sus líderes consideran la adquisición de capacidad de misiles como [un elemento de] disuasión ante las amenazas existentes. Más interesante resulta su convicción de que los iraníes exageran de forma consistente sus logros en producción de misiles. Entre otras cosas dudan de que el Shahab-3 iraní, una variación del ruso Scud-C, haya alcanzado los 2.000 kilómetros que asegura Teherán. También de que el Sejjil, el misil de combustible sólido que tratan de desarrollar, pueda llevar una carga suficiente para ser de utilidad militar. En su opinión, pasarán 5 o 6 años antes de que esté listo. Los norteamericanos temen sin embargo que puedan desplegarlo, en cantidades limitadas, antes de un año.

Otro punto de contención es el cohete espacial, que EEUU teme que sirva para avanzar la tecnología para un misil de largo alcance. De nuevo los rusos dudan de que tenga utilidad militar y recuerdan que el Safir, lanzado el pasado febrero, sólo puso en órbita un satélite de 26 kilos de peso, el Omid. Los rusos también insisten en que los iraníes carecen de los materiales avanzados que son necesarios para progresar por ese camino. Pero Washington ha detectado que Irán está buscando "varias aleaciones de aluminio" en los mercados internacionales y sospecha que esté usando ese metal en vez de acero para aumentar el alcance de los cohetes.

Los analistas rusos han llegado a la conclusión de que el programa de misiles iraní no está suficientemente desarrollado y que sus intenciones de usar los misiles contra EEUU o Rusia son inexistentes, por lo tanto no constituyen una amenaza que requiera el despliegue de defensas antimisiles. No obstante, un año después, Moscú ha aceptado el nuevo plan de escudo antimisiles de la OTAN aprobado en Lisboa, sin que quede claro si durante este tiempo (en que Rusia también apoyó las nuevas sanciones de la ONU a Irán) ha cambiado su percepción de peligro o ha obtenido otras contrapartidas.

El intento de Irán de adquirir materiales prohibidos ocupa parte de las conversaciones EEUU-Rusia y también decenas de despachos que la Secretaría de Estado intercambia con sus embajadas en todo el mundo. Los rusos admiten que Teherán tiene programas para tratar de adquirir tecnología rusa. Entre los equipos que trata de adquirir destacan dispositivos de medición, amplificadores de alta precisión, indicadores de presión, varios materiales compuestos y tecnología para crear nuevos motores para misiles. Para ello utilizan falsas compañías dirigidas por los servicios de seguridad iraníes, pero desde Moscú se asegura que su trabajo está frustrando ese empeño.

No está claro que ese éxito sea universal. EEUU identifica dos compañías alemanas de productos de precisión industrial que parecen estar en el objetivo de varias de empresas tapadera e intermediarios iraníes que actúan por cuenta de la Organización de Industrias Aeroespaciales (que coordina toda la investigación, desarrollo y producción de los misiles) o sus subordinadas (listas en el documento 226534). La secretaria de Estado escribe a la Embajada en Berlín para que comunique el caso a las autoridades pertinentes. Al menos en dos ocasiones, la legación rebota un mensaje alemán según el cual las sociedades afectadas no han recibido los encargos que se les refieren y ni siquiera han tenido noticias de los supuestos compradores.
También preocupa a EEUU una empresa supuestamente iraní pero con sede en Malasia, Electronics Component Limited (ECL), que está intentando comprar giroscopios a la china VibTel. Los giroscopios, que pueden utilizarse en los sistemas de guía de los misiles balísticos o en los aviones no tripulados, están sujetos al MTCR, por lo que Washington pide a Pekín que investigue el caso. No consta cómo se resuelve el asunto, pero la ECL es objeto de varias gestiones similares. El objetivo, explica uno de los informes, es que "Irán no logre acceder a las tecnologías que necesita para desarrollar misiles de mayor alcance" [que los que actualmente tiene], y en definitiva, hacer inviable su eventual capacidad nuclear.

Á. E.


La ONU, espiada, y bien controlada

Diplomáticos de EE UU reciben órdenes de espiar a la ONU

El Departamento de Estado imparte a sus funcionarios instrucciones para conseguir información confidencial sobre el secretario general y representantes de otros países y zonas de conflicto.

JUAN JESÚS AZNÁREZ

El Departamento de Estado cursó el año pasado a los funcionarios de 38 embajadas y misiones diplomáticas una pormenorizada relación de la información personal y de otra índole que deben obtener sobre Naciones Unidas, incluido su secretario general, y especialmente sobre los funcionarios y representantes vinculados con Sudán, Afganistán, Somalia, Irán y Corea del Norte. El personal diplomático y consular acreditado ante la ONU y ante los países a los que afectan las instrucciones son los encargados de ejecutar, según cables clasificados como secreto, este espionaje blando.

Ali Ahmed Karti, ministro de Asuntos de Exteriores de Sudán, habla el 16 de noviembre de 2010 durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre un referéndum sobre la segregación de la región de Darfur.-

Los cables reclaman "inteligencia humana", datos logrados en contactos personales o relaciones informales.

EE UU quiere conocer la rutina de los empleados de Naciones Unidas, sus tarjetas de crédito, correos electrónicos y teléfonos.ç

Se solicita información biográfica, biométrica y financiera sobre líderes palestinos.

Instrucciones para un espionaje similar se envían a otros países. La Embajada en Asunción tuvo que acumular datos físicos de los aspirantes a la presidencia de Paraguay en 2008.

En la región de los Grandes Lagos, en África, se solicitan detalles sobre instalaciones militares y compraventa de armas.

Además de la ONU, las instrucciones para realizar similar trabajo de recolección de información se enviaron también desde Washington entre 2008 y 2009 a numerosas embajadas en relación con diferentes asuntos de interés estadounidense, como el conflicto palestino, la situación en los Grandes Lagos o el fenómeno de los disidentes en distintos lugares. Pero es la información solicitada sobre la ONU la que más llama la atención por el carácter excepcional de esa organización, cuya sede principal está en Nueva York.

Son datos requeridos, según se desprende de la lectura de varios documentos, para reemplazar archivos existentes en el Departamento de Estado desde 2004 y, en el caso de uno de los países afectados por la investigación, Paraguay, se solicita información más propia de una ficha policial: el escáner del iris, huellas dactilares y el ADN de cuatro candidatos presidenciales.

Los cables mencionados detallan lo que el Departamento de Estado denomina "human intelligence" (inteligencia humana), que parece aludir a la información lograda a través de contactos personales o mediante la relación informal. Aunque sin la expresa intervención de los servicios secretos, el espionaje encomendado a los funcionarios de embajadas y misiones abarca cientos de asuntos: las gestiones y apariencia física de los diplomáticos iraníes y norcoreanos en Nueva York, los planes e intenciones del secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, y su equipo, las relaciones de Hamás y Hezbolá, las armas nucleares o los choques militares, étnicos y guerrilleros africanos.
Toda la información conseguida debe ser enviada a una oficina del Departamento de Estado que sirve de enlace con los distintos organismos de inteligencia norteamericanos y que es citada en los cables como INR/B. "Los organismos de inteligencia dependen mucho de los informes de los funcionarios del Departamento de Estado", dice el cable. "Y las biografías informales [de los interlocutores con información] recogidas a lo largo del mundo, enviadas por e-mail u otro medio, son vitales".

Varios despachos, firmados "Clinton" y elaborados probablemente por la oficina de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, contienen instrucciones precisas acerca de la miríada de averiguaciones a desarrollar en zonas de conflicto, en el mundo de los desertores y solicitantes de asilo, en la sala de máquinas del conflicto palestino-israelí, o acerca de Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China para conocer sus planes respecto a la amenaza nuclear de Teherán.
Estas son algunas de las informaciones que los diplomáticos norteamericanos deben conseguir para nutrir los archivos de inteligencia del Departamento de Estado:

- "Planes, intenciones, objetivos y actividades palestinas relacionadas con las políticas de EE UU sobre el proceso de paz y el contraterrorismo".

- "Información biográfica, biométrica y financiera sobre los líderes palestinos y de Hamás, incluidos los de los movimientos juveniles, dentro y fuera de Gaza y Cisjordania".

- "Planes y actividades concretas de Reino Unido, Francia, Alemania y Rusia respecto a las políticas de la Organismo Internacional de la Energía Atómica [IAEA por su siglas en inglés]".

- Planes e intenciones de los líderes y países más influyentes de la ONU, especialmente Rusia y China, sobre derechos humanos en Irán, sanciones a Irán, suministro de armas iraníes a Hamás y Hezbolá y sobre las candidaturas que Irán presenta para ocupar puestos claves en la ONU".

Tarjetas de crédito y direcciones

El escrutinio pedido se amplía al ámbito privado al preguntar el Departamento de Estado por la rutina de los funcionarios de la Secretaría General de la ONU y de cualquier interlocutor susceptible de aprovechamiento: se pide la numeración de sus tarjetas de crédito y de viajero frecuente, teléfonos, correos electrónicos, direcciones URL, programas de trabajo y aspecto físico.

Las prioridades para la investigación en la ONU son: Darfur / Sudán, Afganistán / Pakistán, Somalia, Irán y Corea del Norte, seguidas por la reforma del Consejo de Seguridad, Irak, el proceso de paz en Oriente Próximo, los derechos humanos, los crímenes de guerra, la ayuda humanitaria, el terrorismo y la situación en Myanmar (antigua Birmania). Se requiere también seguir con atención en Naciones Unidas los sucesos en África Occidental, al igual que las tácticas de los diferentes países en las votaciones de la Asamblea General.

Los funcionarios de las embajadas seleccionadas y de las misiones de Naciones Unidas en Nueva York, Bruselas y Roma deben indagar asimismo en las agencias humanitarias de la ONU y adentrarse en asuntos susceptibles de ser conflictivos o de perjudicar a los intereses de EE UU. Los agentes diplomáticos son instados a enterarse de "los cambios internos y proceso de selección de los puestos clave de la Secretaría General, agencias especializadas, comités, comisiones y programas oficiales en Nueva York, Ginebra, Viena y otras ciudades, así como de los asesores especiales y jefes de equipo".

Asimismo, deben proporcionar "detalles de las fricciones entre la oficina de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) y el coordinador de Seguridad de la ONU con sus oficinas sobre el terreno". También, "información sobre las actividades de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Gaza, Jordania, Líbano, Siria y Cisjordania, y sus relaciones con Hamás y Hezbolá". Otro apartado pide "información sobre los criterios de los miembros del Consejo de Seguridad y de otros países sobre las candidaturas de Siria, Cuba e Irán para ocupar cualquier puesto de liderazgo en la ONU".

Las instrucciones generales sobre la inmersión en la vida de los funcionarios de Naciones Unidas se repiten en cables específicos sobre Paraguay, Bulgaria, África Occidental y la región africana de los Grandes Lagos, así como la situación de los palestinos y los desertores y solicitantes de asilo.

Datos físicos de candidatos

El cometido de algunas embajadas es casi policial, y la de Asunción debió acumular datos físicos de los aspirantes a la presidencia de Paraguay en las elecciones de abril del 2008. Un despacho nombra a la entonces ministra de Educación, Blanca Ovelar, al ex vicepresidente Luis Alberto Castiglioni, al ex general Lino Oviedo y a Fernando Lugo, actual presidente. Recaba de los cuatro datos biométricos, huellas dactilares, fotografías, escáneres del iris, DNA "y otras singularidades".

La Secretaría de Estado inquiere sobre la corrupción oficial, el lavado de dinero, las relaciones de Paraguay con Cuba, Venezuela, China, Taiwán y Rusia, la existencia de yacimientos de hidrocarburos en la región del Chaco paraguayo, el narcotráfico y la construcción de mezquitas en el país latinoamericano, limítrofe con Argentina, Brasil y Bolivia. La información apetecida por el Departamento de Estado alcanza todos los aspectos de la política, la economía y las relaciones sociales.

Bulgaria es el otro país sometido a disección, según consta en un documento en el que se insta a la Embajada de Sofía al envío de datos sobre la realidad nacional: desde el grado de progreso de la democracia y las finanzas nacionales, a la corrupción administrativa y la fragilidad de los tres poderes del Estado, pasando por el fenómeno de la pornografía infantil y la falsificación de las tarjetas de crédito y carnés de conducir.

Al ser incontables los problemas asociados al subdesarrollo africano, las instrucciones contenidas en los cables relativos a ese continente afectan a todos los órdenes de la vida. La lista de solicitudes comunes arranca con las relaciones intergubernamentales y la influencia política de los grupos rebeldes, sigue con el contrabando de armas y el terrorismo, y continúa con el estado de la democracia, la economía y la corrupción:

- "Esfuerzos de los grupos rebeldes y milicias u otros agentes no gubernamentales, especialmente entidades como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), que agrupan a ruandeses que participaron en el genocidio de 1994, para obtener más participación en los Gobiernos nacional o local, y para hacerse con el control de los recursos naturales".

- "Personas y organizaciones que apoyan el terrorismo internacional, incluyendo empresarios y transacciones financieras".

- "Detalles de las minas de diamantes, cobre, cobalto, uranio y otros minerales, así como de la extracción de crudo; número y situación de las minas".

- "Detalles sobre corrupción y actividades criminales transfronterizas, incluyendo contrabando de armas, tráfico de seres humanos, financiaciones ilegales y planes de los Gobiernos para combatir la delincuencia".

Su opinión sobre Estados Unidos

El Departamento de Estado demanda información a sus funcionarios sobre datos biométricos de los líderes africanos, incluyendo su estado de salud, su pertenencia étnica, los idiomas que hablan y su opinión sobre Estados Unidos. Para ser atendidas, algunas peticiones obligan al espionaje puro y duro, como las que se exponen en un cable dirigido a varias embajadas en África y que pide: "Detalles sobre instalaciones militares, como aeropuertos y acuartelamientos, equipamiento militar, incluyendo número y estatus operativo (...) Detalles de las armas adquiridas por el Gobierno y los rebeldes, incluyendo negociaciones, contratos, entregas, términos de la venta, calidad de las armas y precios".

Los requerimientos en torno a los "asuntos palestinos" contenidos en el cable 176247, secreto como todos los anteriores, son enciclopédicos y de difícil cumplimiento con los medios que se supone a un diplomático o funcionario consular. Se piden precisiones sobre las actividades de los cuerpos de seguridad palestinos y sus planes de contraespionaje, indagaciones acerca de la presencia islámica y las relaciones con Israel, y el terrorismo, infraestructuras, comunicaciones, Internet, liderazgos, actitudes y capacidades tecnológicas. Cientos de preguntas sobre los contactos informales palestinos con Israel o las enfermedades infecciosas en la región completan el cable.

Los desertores y solicitantes de asilo son mencionados en el cable 235430 como una valiosa fuente de información que debe cuidarse al máximo habilitando interlocutores en los idiomas ruso, español, árabe, farsi, chino mandarín y coreano.

Las instrucciones del despacho han sido coordinadas con el FBI, la CIA y otros organismos de inteligencia porque, según se advierte, los desertores y peticionarios de asilo pueden ser "enfermos mentales, traficantes de información, manipuladores, provocadores de servicios de inteligencia extranjeros hostiles o personas que tratan de conseguir información para grupos terroristas".


El gobierno islamista turco, vigiladísimo

EE UU vigila de cerca la agenda islamista de Erdogan

Washington cree que solo hay "pruebas circunstanciales" de que el primer ministro turco tenga un plan oculto

JUAN CARLOS SANZ

El misterio de Recep Tayyip Erdogan se resuelve casi a diario en los despachos de la Embajada de Estados Unidos en Ankara. Desde que llega al poder en las elecciones de 2002 y es investido como primer ministro en 2003, en vísperas de la intervención militar norteamericana en Irak, los diplomáticos norteamericanos no han dejado de escudriñar sus movimientos. Parecen haber llegado a la conclusión de que el gobernante islamista es un líder reformista con tics autoritarios al frente del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), aunque consideran que el riesgo de que pueda imponer la Sharia o ley islámica en Turquía es bajo. Los observadores estadounidenses manejan también información sobre sombras de corrupción en el entorno familiar de Erdogan.

La diplomacia norteamericana desarrolla sus relaciones privilegiadas con los jefes militares como contrapeso al Gobierno.

La Embajada en Ankara capta información entre los más estrechos colaboradores del líder del AKP.

El ’número dos’ del Ejército aseguró en 2007 que podrían haber sacado los tanques a la calle si hubieran querido.

En 2007, cuando se acercan las elecciones legislativas, la Embajada de EE UU se pregunta si Erdogan tiene una "agenda oculta islamista" y considera que sus rivales políticos solo han presentado "pruebas circunstanciales" (cable 101373) en su contra. Por ejemplo, sus raíces políticas en el Partido del Bienestar del ex primer ministro Necmettin Erbakan, un islamista radical. O que siendo alcalde de Estambul, elegido en 1994, Erdogan se denominaba a sí mismo "el imán" de la ciudad.
Erdogan pasó cuatro meses en la cárcel en 1998 tras ser condenado por incitación al odio religioso, pero moderó su discurso político y fundó el AKP en 2001 para arrollar en las urnas al año siguiente a los partidos tradicionales. EE UU observa con atención las debilidades que hacen vulnerable al primer ministro ("arrogante orgullo" e "irrefrenable ambición"). Frente a quienes defienden su gestión reformista para reducir el control de los militares sobre el poder civil y abrir la economía a las inversiones extranjeras, se sitúan sectores laicos que sospechan que tras el acercamiento a la Unión Europea se oculta un programa de islamización forzosa. Por ejemplo, en la legislación que autorizó el uso del pañuelo islámico en las universidades, posteriormente anulada por el Tribunal Constitucional, o con la entrada de dinero verde (de Arabia Saudí y el golfo Pérsico) en los negocios, cuyo peso relativizan los propios diplomáticos de EE UU. La Embajada estadounidense tiene confirmado en 2005 que Erdogan ha roto ya sus lazos con la asociación islámica Iskender Pasa Naksikebendi, una de las más importantes de Turquía. EE UU reconoce que estos grupos religiosos se han especializado en ofrecer servicios sociales allí donde el Estado no llega.
Poco después de los comicios de 2007, en los que el AKP arrasó con el 47% de los votos, un estrecho colaborador del primer ministro se entrevista con un diplomático de EE UU (cable 116713, clasificado secreto) que solicita que la fuente quede "estrictamente protegida". El relato es en general amable, pero la Embajada interpreta que el "terco e hiperactivo" Erdogan es un "patriarca benevolente que manda en sus dominios con estrictas normas autocráticas".

Cuenta que en la reunión de la ejecutiva del AKP celebrada al día siguiente de las elecciones todos esperaban que Erdogan celebrara los buenos resultados. En cambio, les amonestó. El próximo objetivo era conseguir tener representación en las pocas circunscripciones de Turquía donde no se había alcanzado. "Solo queda año y medio para las elecciones locales. Para que seamos el partido de Turquía necesitamos ganar en Esmirna, en Trabzon, en Tunceli y en [el palacio presidencial de] Çankaya [en Ankara]", advirtió a la cúpula del partido, según el relato de su colaborador recogido por la Embajada de EE UU.
Tras describirlo como un workaholic [adicto al trabajo], el confidente narra que el primer ministro turco visitó tres provincias al día durante la campaña de julio de 2007. Fuera de los periodos electorales, su equipo de colaboradores suele permanecer en su puesto hasta medianoche, cuando el gobernante se retira a descansar.

"Quien conoce bien al primer ministro sabe que es muy obstinado", explica el contacto fichado en el entorno de Erdogan por la legación estadounidense en Ankara. Pero también resalta su habilidad y capacidad de seducción en las relaciones personales directas, que cultiva en el trato con los líderes extranjeros. A título ilustrativo, la fuente protegida asegura que hasta el frío Vladímir Putin le abraza para saludarle.

Obstinado y perfeccionista. Pero no un déspota. Erdogan prefiere generar relaciones de lealtad en su cercanía. Su estrecho colaborador refiere a los estadounidenses que en el anterior mes sagrado de Ramadán el jefe de Gobierno se quedó encerrado dentro de su vehículo blindado oficial. Se había desmayado a causa de una bajada de glucosa en la sangre producida por el ayuno. Su guardaespaldas buscó un gran mazo en una construcción cercana para romper el parabrisas y rescatarlo. A pesar del escándalo (algunos periodistas observaron los hechos) no le despidió, pues consideró que actuó por "verdadera devoción" hacia su jefe.

En algunos documentos del Departamento de Estado consultados se siembran dudas sobre la limpieza de la gestión de un jefe de Gobierno que tiene la lucha contra la corrupción como bandera. Así, en un informe sobre la situación en la ciudad de Antalya, uno de los principales centros turísticos de Turquía, la Embajada en Ankara asegura que Erdogan recomendó al alcalde, miembro de su partido, que adjudicara la construcción de una línea de tranvía al empresario Sadik Albayrak, padre del yerno del primer ministro.

El marido de su hija también aparece citado (cable 247415) por la Embajada de EE UU en Moscú al analizar los intereses de Putin y Berlusconi en el sector de la energía. Al referirse al proyecto South Stream de la compañía rusa Gazprom (un gasoducto que discurre bajo el mar Negro) en relación con una conducción similar turca para enlazar Samsun (mar Negro) con Ceyhan (Mediterráneo), un diplomático europeo asegura que la empresa italiana ENI es el operador del proyecto de Turquía y que, junto con su socio local ("el yerno del primer ministro Erdogan", según revela a la Embajada), necesita el apoyo de Rusia.

El consejero económico de la Embajada indaga también por su cuenta en los negocios entre Turquía e Irán (cable 194407), tras el acuerdo para construir un gasoducto entre ambos países. Una fuente cercana al ministro de Energía precisa que el socio turco del proyecto es, por recomendación del primer ministro, la compañía SOM Petrol, propiedad de Sitki Ayan, compañero de estudios de Erdogan en una imam hatip (escuela coránica) de Estambul.

También con vistas a las elecciones de julio 2007, la Embajada de EE UU en Ankara intenta averiguar las intenciones de los militares tras el "golpe de Estado electrónico" del anterior 27 de abril. Un comunicado para "proteger el Estado laico" difundido en la página web del Estado Mayor turco precedió al veto del Tribunal Constitucional a que el islamista Abdulá Gül fuera elegido presidente de la República en una votación parlamentaria.

Tras recabar la opinión de varios expertos turcos, la número dos de la legación norteamericana escribe un comentario final en el que considera que "los generales están claramente actuando detrás del telón". Cita en concreto la presión que los generales ejercen para intervenir en el norte de Irak contra la guerrilla kurda del PKK. Su propósito parece ser mostrar "la debilidad del [Gobierno del] AKP con el terrorismo" y "animar a los votantes indecisos a orientarse hacia partidos laicos más consistentes".

La misma responsable diplomática refiere un "encuentro reciente" con el entonces número dos de las Fuerzas Armadas, general Ergin Saygun, en el que este asegura que los militares actuaron el 27 de abril para "garantizar la protección de sistema laico de Turquía". Saygun afirma que los militares no buscan el enfrentamiento, y precisa que podrían haber sacado los tanques a la calle si hubieran querido.

La diplomática concluye en el teletipo enviado a sus superiores en Washington que el apoyo del Gobierno de EEUU a la democracia en Turquía sigue siendo decisivo. Los islamistas barrieron finalmente en las elecciones y consiguieron elegir poco después a Abdulá Gül como presidente.

EE UU parece creer que Erdogan ha construido un delicado equilibrio para conservar el poder con el apoyo de los sectores religiosos de la población y sigue basando su éxito electoral en la integridad de la gestión del Partido AK ("limpio", en turco) en comparación con anteriores Gabinetes. Los analistas de la Embajada en Ankara consideran que Erdogan dirige un movimiento conservador de raíces islamistas que ha impulsado, aunque modestamente, las mismas ideas de Mustafá Kemal, Atatürk, fundador de la República, para la modernización y occidentalización del país. "Los cambios van a alterar inevitablemente el tradicional reparto de poderes para fortalecer a los gobernantes civiles (...) Pero Erdogan debe seguir empleando un mensaje para evitar las tensiones mientras evoluciona la sociedad turca".

Un diplomático sostiene a finales de 2009 que sus "contactos" desmienten la tesis de que Turquía corra el riesgo de convertirse en una república islámica. El sistema se ha mostrado lo suficientemente flexible como para que tenga cabida el activismo político de los sectores religiosos, que se articula a través de las tarikat o cofradías religiosas. Entre ellas destaca la de Fetulá Gülen, un imán exiliado en EE UU al frente de un movimiento conectado con la política, la educación, los negocios y la prensa. Este grupo ejerce, por su influencia, un papel similar al que desempeñó en España el Opus Dei en la época final del franquismo.

Como subraya en su comentario final un diplomático del Consulado de Estambul, los militares temen una infiltración masiva de adeptos de Gülen entre la oficialidad. De manera que, periódicamente, el Estado Mayor purga sus filas de elementos islamistas. Una periodista turca revela a los diplomáticos estadounidenses algunos de los métodos utilizados por la cúpula militar en la caza de brujas para detectar la presencia de islamistas. Hay inspectores de las Fuerzas Armadas que suelen revisar las bolsas de basura depositadas ante las viviendas de los oficiales para comprobar en cuáles de ellas no hay restos de botellas de alcohol. Y a veces los mandos castrenses son invitados junto con sus esposas a participar en fiestas organizadas en las piscinas de los centros militares, donde se supone que todos los asistentes deben ir en bañador. Aquellas mujeres demasiado devotas que se niegan a acudir a la fiesta acaban poniendo en peligro las carreras de sus maridos.

Hay sectores laicos en Turquía que sostienen que el movimiento religioso de Fetulá Gülen ya ha podido tomar el control de los cuerpos policiales. En noviembre de 2008, un consejero político de la Embajada en Ankara da cuenta con un tono descreído de la información que responsables de la Policía Nacional turca presenta a EE UU sobre el caso Ergenekon, una trama golpista en la que figuran varios ex generales y que pretendía derribar al Gobierno del AKP (cable 179839). La diplomacia estadounidense ha seguido con gran interés la tensión generada por el llamado Estado profundo en Turquía.

El Departamento de Estado emite el 22 de enero de 2010 desde Washington un mensaje para la Embajada de Ankara con el siguiente asunto: "Petición de información sobre el intento de asesinato del viceprimer ministro turco Bülent Arinç" (cable 244927). "Los analistas de Washington están observando con atención las tensiones entre militares y civiles en Turquía en la investigación sobre Ergenekon".

El embajador James F. Jeffrey contesta el día 29. "Dos oficiales en activo de las fuerzas especiales del Ejército turco fueron detenidos por la policía el pasado 19 de diciembre cerca de la casa del viceprimer ministro Arinç, lo que llevó a sospechar que los militares estaban planeando asesinarle. Un tribunal civil ordenó el registro de las oficinas de los oficiales, situadas en una sede del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. La investigación sigue en marcha".

Bülent Arinç es el número tres del AKP, tras Erdogan y Gül, y representa la corriente más conservadora y religiosa del partido en el poder, frente a los sectores nacionalistas y pragmáticos. Se le supone más cercano al primer ministro que el actual presidente. EE UU considera que Erdogan y Gül mantienen entre sí una antigua pugna por el control del AKP.
La supuesta trama contra el viceprimer ministro se diluye entre los legajos de los juzgados de la capital turca por aparente falta de pruebas. Sin embargo, dispara la tensión entre civiles y militares, que acaba por estallar el 22 de febrero de 2010. La Embajada de EE UU en Ankara informa al día siguiente a Washington (cable 250311).

La policía detiene a casi medio centenar de jefes y oficiales acusados de estar involucrados en tramas golpistas entre 2003 y 2004. Se trata de la mayor redada contra mandos militares -entre los que figuran cuatro almirantes en activo y 17 generales en situación de retiro- conocida hasta entonces en Turquía.

El embajador James Jeffrey destaca que Erdogan se encontraba en esa fecha "convenientemente fuera del país", "en visita oficial en España". Cuando se conoció la redada, el primer ministro turco estaba participando en un foro con políticos y empresarios en Madrid. No parecía muy agobiado, pues a la salida se detuvo para hacerse una foto con un grupo de escolares en la puerta del hotel Ritz antes de entrevistarse con su homólogo español, José Luis Rodríguez Zapatero. Precisamente el palacio de la Moncloa fue el escenario donde Erdogan pronunció las declaraciones que se recogen en el teletipo diplomático: "La policía ha actuado con mandato judicial". Jeffrey cita también a Bülent Arinç -al que califica de "perro de presa" de Erdogan-, quien proclama ante los medios de comunicación que "los tiempos han cambiado en Turquía".

La Embajada de EE UU en Ankara admite finalmente que "por el humo se sabe dónde está el fuego". "Los militares, obviamente, tienen planes para intervenir en los asuntos políticos si lo consideran necesario".


El gobierno alemán, también espiado

Espías en la Embajada de Berlín

Los informes de la Embajada norteamericana en Berlín recogen que Angela Merkel "evita los riesgos y es poco creativa"

LUIS PRADOS - Madrid

La canciller alemana Angela Merkel "evita los riesgos y es poco creativa", prefiere "quedarse en la retaguardia hasta conocer el equilibrio de fuerzas". El vicecanciller, ministro de Exteriores y líder de los liberales del FDP, Guido Westervelle, es "impredecible" y si bien "respeta ahora a la actual Administración de Obama, no debemos olvidar que cuando era parte de la oposición criticó a EE UU durante los últimos ocho años". Además, mantiene una fuerte "rivalidad" con el ministro de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, "un viejo y conocido amigo de Estados Unidos", y presidente de la CSU, tercera fuerza de la actual coalición de Gobierno en Alemania.

Todos estos comentarios están recogidos en los informes de la Embajada norteamericana en Berlín destapados ahora y enviados a Washington en los últimos años. La voluminosa correspondencia ofrece un conocimiento a fondo de los resortes claves de la política alemana y de las relaciones internas de la coalición. Varios despachos se apoyan en informaciones de "contactos" protegidos, miembros del establishment alemán. En un cable (229153) fechado el 9 de octubre del año pasado se cuenta que una "fuente bien situada" informa de lo tratado en la primera reunión de las negociaciones de la coalición tras su triunfo electoral en septiembre. El documento termina así: "La fuente del FDP es joven, una estrella ascendente del partido, que nos ha ofrecido ya en el pasado documentos internos del partido. Excitado con su papel como taquígrafo de las negociaciones, parecía feliz por compartir sus observaciones y leerlas directamente de sus notas". Pero el FDP no es el único partido que tiene soplones ni Berlín la única capital alemana donde ocurren estas filtraciones.

Críticas al ministro de Exteriores

Buena parte de los cables recogen la frustración de EE UU para conseguir un mayor esfuerzo alemán en Afganistán debido a la impopularidad de la guerra. Aquí el que sale peor parado es el ministro de Exteriores, Guido Westervelle, a quien se acusa de tratar de frenar la caída de su partido en los sondeos enarbolando la bandera de la resistencia a las presiones de Estados Unidos para una mayor implicación alemana en Afganistán. En un despacho sobre este tema de la Embajada en Berlín, (216034), del 10 de julio de 2009, se lee: "Su ministerio todavía se pregunta (privadamente a nosotros) de dónde obtiene su dirección política".

Aún hay más. En otro informe (247271) se dice que "el ministro de Defensa, zu Guttemberg reveló en una reunión el 3 de febrero con el embajador Murphy que el socio de coalición Westervelle, -no la oposición socialdemócrata (SPD)- había sido el mayor obstáculo al intento del Gobierno de incrementar el número de soldados en Afganistán". Al final el Parlamento alemán aprobó un aumento de solo 850 soldados frente a los 1.000 previstos en un principio. En otro cable se apunta que Merkel podría mirar a Guttenberg "para que jugase una papel alternativo en política exterior".

En el retrato casi cruel con que describen los despachos la dinámica interna de la nueva coalición de Merkel -donde cada socio "opera bajo sus propias presiones políticas de acuerdo con sus diferentes bases electorales-, tampoco se salva el primer ministro de Baviera, Horst Seehofer, jefe de la CSU, a quien se califica de "político imprevisible y horizonte limitado".

Diario El País