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El movimiento libertario frente al uso y disfrute de las leyes punitivas

Jueves.31 de enero de 2013 634 visitas - 4 comentario(s)
Vicent Teulera #TITRE

Vamos a ponernos en el caso de que la judicialización de la violencia machista y la criminalización de los agresores mediante la ley de violencia de género, aunque no quede claro que esté haciendo descender los homicidios, si esté cambiando, para bien, la mentalidad patriarcal.

Que la ley antitabaco esté logrando que la gente fume menos y sea más respetuosa con los demás en los espacios cerrados.

Que la persecución penal de los conductores con tasas de alcoholemia esté haciendo descender los accidentes de tráfico.

Etc.

¿Cual es la conclusión? Pues que la mano dura y la violencia estatal sí funciona y resuelve nuestros problemas. Ergo, si somos personas lógicas y sensatas, lo que debemos desear es más estado, más código penal, más policía y más iniciativas políticas en esa dirección. Mucha gente en la sociedad ésto lo tiene clarísimo.

La pregunta a hacerse entoces es: ¿A dónde nos lleva ese camino? Más cuando, de puro fácil, se asemeja a una recta cuesta abajo en la que nadie pisa el freno.

En mi opinión, y hablo absolutamente en serio, como antes le pasó a la mayoría de la izquierda, el movimiento libertario se está tragando con patatas y sin apenas darse cuenta, este tipo de discurso y de mentalidad.

Si el estado es capaz de resolver aparentemente un problema social a base de "estado de bienestar" (implementar servicios mal llamados "públicos"), o de fuerza bruta (las leyes, los jueces, las cárceles...), tenemos que considerar dos cosas: a/ que el problema quizá se ha resuelto o ha mejorado, pero b/ que ha sido el estado y no el pueblo quien lo ha hecho. El movimiento libertario, como antes el resto de la izquierda, hoy parece priorizar que se haga algo ya con el problema del que cada cual está sensibilizado, aunque sea a costa de hacer más grande y fuerte la institución estatal. Y ello lo hace, quizá, porque es mucho más sencillo eso que no ponerse a crear una solución alternativa que sea popular y transformadora. Ni siquiera imaginarla apetece. Menudo curro. Pareciera que los anarquistas hemos optado finalmente por dejar que sea el estado quien resuelva los problemas. Seguramente porque nos hemos acostumbrado a vivir bajo su dominio y vemos demasiado complicado y sacrificado el luchar contra él.

Ya, ¿pero qué alternativa propones tú?, me preguntan.

Alternativas siempre las hay, pero es tarea de todos el descrubrirlas y, sobre todo, ponerlas en marcha. No solo es responsabilidad de quien se siente disconforme. A veces pareciera que se exije a quien cuestiona que proponga una alternativa para poder criticarla a su vez, decir que es muy complicada, poco posible, utópica y una mierda y con ello dar por bueno lo que hay como mal menor. Dar por bueno lo que hay como mal menor, sea la ley de violencia de género o los servicios públicos en manos del estado resulta supercómodo. En realidad no hay que hacer nada más que salir a la calle a quejarse un poco de vez en cuando. De ahí el éxito de ese tipo de formas de ver las cosas y nuestra derrota.


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  • El tema del artículo resulta interesante pero me parece que no aporta mucho. Es decir, yo te diría, estoy de acuerdo que desde una perspectiva libertaria debemos buscar una solución que no necesite del estado para los problemas sociales pero tampoco creo que eso se contradiga con la necesidad de sanidad pública aquí y ahora en éste regimen que padecemos. La cuestión es a mi parecer profundizar en la crítica de cada aspecto de la vida social sin miedos para crear un discurso coherente y apegado a la realidad y generar una lucha popular capaz de superarse a sí misma en cada momento; es decir, por ejemplo, es lógico que queramos que la sanidad sea pública en vez de privada y es necesario que si la van a privatizar se defienda la sanidad, pero éste hecho o lo que tú llamas "lo menos malo frente a lo peor", no tiene por qué ser un obstáculo para ir más allá y luchar contra la mercantilización de la salud, la clientelización de "los pacientes" que son sujetos pasivos y la posibilidad de una gestión de la salud más sana en un mundo sin estado ni capital...

    • Dos cosas.

      ¿Realmente aquello a lo que llamamos "lo público", es del pueblo? ¿No será más bien algo que organizan, desarrollan, gestionan etc. los Rajoy, Rubalcaba, Aguirre etc? ¿Qué tienen estos tipos que están a sueldo de los poderes económicos de mejor que no tengan los propios empresarios que les pagan? Ver: http://www.grupotortuga.com/Son-pub... Y también: http://www.nodo50.org/tortuga/Una-e...

      Y la otra: ¿qué pasa si luchar para defender esas cosas que dices tiene como efecto deseado, como explica el artículo, "hacer más grande y fuerte la institución estatal"? ¿Eso es lo que queremos; un estado fuerte y poderoso que, frente a la economía privada, concentre los servicios, la banca y el resto de cosas, entre ellas la policía, la cárcel, el ejército...? Hombre que eso lo diga un leninista, que nunca deja de tener el sueño de que su partido llegue a conquistar el estado por la fuerza, tira que va. Pero desde el pensamiento libertario, yo creo que como mínimo chirría la cosa. ¿No?

      • No se puede decir mejor.Lo publico no es del pueblo.

      • Saludos, vamos a ir aclarando conceptos, lo "publico" no es del pueblo, en concreto no esta gestionado por el pueblo, aunque si lo pagamos entre todos. Pero para mí lo público: educación, sanidad, servicios sociales, pensiones, etc. es lo que si es un derecho para todo el pueblo, para todos, independientemente de su capacidad económica o clase social. Ese es el derecho a defender cuando defendemos lo público y no otra cosa.
        Que lo "publico" ahora mismo funciona mal y esta en manos de gestores políticos y privados, que como aves de rapiña lo gestionan en beneficio propio y en aras del control social, esta claro, no es eso lo que defendemos, lo público hay que cambiarlo entre todos, caminando hacia la autogestión, camino largo pero hacia al que hay que dando algún paso. Al mismo tiempo que la política no puede estar en manos de los políticos, tenemos que tomar nuestro propio poder en nuestras manos y utilizarlo de forma y objetivos colectivos.
        Aunque no podemos olvidar que en esta defensa de lo "publico" también existen los intereses corporativos y profesionales, ajenos al concepto de clase y los intereses partidistas para ser ellos mismos los que gestionen el sistema y el acceso a los presupuestos, cuestión esta que ya sabemos cómo termina, en la corrupción.
        Pero volviendo a lo "publico” ¿dejamos que destruyan lo poco que tenemos, mientras no somos capaces todavía de gestionar nuestra propia alternativa?
        Mientras tanto sigamos defendiendo el derecho al acceso a estos servicios a todos, pensando en los excluidos, los pobres, los inmigrantes, los trabajadores.
        ¿Que ocurre cuando no hay servicio público de salud? Que si no puedes pagar un seguro privado puedes morir a la puerta de un hospital, que tu calidad y duración de vida se va a reducir, y esto es un dato estadístico verificable, (¿Acaso sea este el objetivo para reducir el coste de las pensiones de forma definitiva?, no es de risa, la semana pasado un político japonés ya lo señalo, ¿acaso somos para ellos algo más que números, cifras y fuerza de trabajo?)
        Y en la escuela, que educación te darán si es que te dan alguna, si eres pobre lo suficiente que será poco, para ser un trabajador sumiso, fiel y agradecido. Si eres hijo de los que nos dominan te prepararan para ser uno de los suyos, ya lo decía la Polla, Preparando los cuadros de mando de la represión fascista, ¿pero podemos dejar el saber tan solo en manos de una clase opresora? La revolución necesita de personas formadas, críticas e inteligentes.
        Aunque sería también necesario que tanto educación como salud pasen a formar parte de nuestras propias tareas autogestionadas, si bien ahora es casi imposible hacer el cambio de forma radical, si que podemos ir también dando pasos para recuperar de forma autogestionada a nivel personal y colectivo estas facetas tan importantes en nuestra vida.
        Pero en fin, como dijo uno, si luchas te puedes equivocar, si no luchas ya te has equivocado.