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De papas e iglesias

Jueves.19 de junio de 2014 231 visitas - 1 comentario(s)
Vicent Teulera. #TITRE

Jorge Mario Bergoglio, autodenominado Papa Francisco, está siendo piedra de escándalo en la institución que preside: la Iglesia Católica. Le mete caña al capitalismo, sistema para el que pide su sustitución por otra forma de gestionar la propiedad y la economía más respetuosa y justa con todas las personas humanas. También denuncia multitud de prácticas políticas de gobiernos occidentales. En materia social, a diferencia de sus predecesores, se muestra respetuoso con la homosexualidad, con las personas divorciadas etc. También crítico con su propia institución: con los pederastas, con el lujo episcopal, con los financieros vaticanos, con la Curia... Dice querer limpiar la Iglesia Católica de vicios y corruptelas. Hasta abierto a que los curas puedan casarse se declara.

Tales gestos tienen nerviosos y comiéndose las uñas a los ultramontanos que eran monopolistas de la institución católica hasta hace dos días. A numerarios y simpatizantes de «la obra», o a Roucos y personajes de ese pelaje. Por contra para los autodenominados cristianos de base, los seguidores de la otrora proscrita teología de la liberación y demás grey progre, el nuevo pontificado es un soplo de aire fresco, una ilusionante esperanza de cambio.

Ya, pero todo eso no es más que un montaje, un calculado lavado de cara de la Iglesia Católica, una puesta en escena del gatopardiano «todo tiene que cambiar para que nada cambie». Esto lo dicen de forma casi unánime personas de izquierdas e indignadas que no profesan creencias religiosas. Esas mismas que entienden como un soplo de aire fresco y una ilusionante esperanza de cambio el ascenso electoral de un partido político liderado por un tal Pablo Iglesias.

Y no digo más, porque a buen entendedor pocas palabras bastan.

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  • De papas e iglesias

    19 de junio de 2014 12:08

    Dice el editorial de arriba: "Por otra parte el hipotético «enemigo interno», que tan de cabeza traía a aquel nunca añorado ejército de la época franquista, está demostrando ser fácilmente neutralizable solo con elevar unos puntos la amenaza policial y punitiva de las leyes, y fácilmente reconducible hacia las mansas aguas del espejismo parlamentarista." http://www.grupotortuga.com/El-ejer...

    Pues sí, así es. Y este, el de Iglesias, es hoy el ejemplo.