Pues a mí sí me convence. Y lo que no me convence nada es el discurso catastrofista e interesado de que el cielo caería sobre nuestras cabezas si osaramos a cometer el pecado de deshacernos de quienes nos están mangoneando ahora.
Costa Rica no es un estado diminuto ni un paraíso fiscal, está geográficamente situado en un ámbito muy conflictivo, nunca nadie le ha invadido y es el país menos pobre de esa región. Eso son razones.