Mauro Carlo Zanella Pressenza.
Un amigo me escribe: «¡Tú sí que eres valiente!», pero la verdad es que tengo mucho miedo, tengo una cita que confirmar con Yurii Sheliazenko, objetor de conciencia ucraniano, y en el último momento desearía aplazar el encuentro.
Imagino, en un crescendo de pánico, ser detenido por la policía, el servicio secreto, el ejército. Que me lleven a la cárcel o, peor aún, que me fusilen en el primer paredón. Luego, la racionalidad y el sentido del deber vuelven a (...)