Han pasado casi tres décadas de la masacre, pero muchas familias todavía esperan poder recuperar los restos de sus seres queridos desaparecidos en el mayor genocidio en suelo europeo desde la Segunda Guerra Mundial.
Alberto Mesas
Potočari se convirtió en un cementerio mucho antes de que allí se enterrase dignamente a la primera víctima de genocidio de la guerra de Bosnia. Fue a principios de julio de 1995, cuando el Ejército serbobosnio asaltó el enclave de Srebrenica, arrancó a los (...)