En los mismos prolegómenos de la invasión rusa a Ucrania pudimos contemplar cómo en un tiempo récord, en España y en toda la UE, se construía un auténtico cerco a la información procedente de medios no comprometidos con el discurso atlantista acerca de este conflicto. En flagrante contradicción con las legislaciones europeas sobre libertad de expresión, se impidió el acceso a los medios de Rusia y otros lugares con discurso afín a las radiofrecuencias televisivas y los servidores de (...)