Respondiendo a:
15 de septiembre de 2020
Café filosófico
Víctor Bermúdez
Este curso me va a pesar tener alumnos menos desbocados en clase. Si ya de antes eran llevados y traídos a golpe de timbre, separados de los amigos «con los que hablan», anestesiados por la rutina fabril de lecciones y exámenes, vigilados por el sistema informático, y silenciados repetidamente por sus profesores, este año van a estar del todo embozados y «clavados» a sus sillas. No me cuesta -por desgracia- imaginarlo. Ya que, en gran medida, se les (...)