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Por una Sierra de Aitana sin militares

Miércoles.9 de mayo de 2007 1486 visitas Sin comentarios
Grupo Antimilitarista Tortuga

“Primavera Desobediente”: Campaña contra instalaciones militares

Més baix, en valencià

Las guerras empiezan aquí

Nunca más una guerra. Un deseo compartido por millones de personas en todo el mundo como pudo verse en fechas no muy lejanas.

Muchas menos son las personas conscientes de que sus impuestos, sus ahorros (por ejemplo, Caja Madrid, BBVA e ING invierten en empresas de armas), y puede que hasta su trabajo (transporte de material militar, investigación militar, empresas de armamento) garantizan un próspero futuro para la guerra.

¿”Misiones humanitarias”? ¿”Guerra contra el terrorismo”? Todos los ejércitos se preparan para golpear globalmente allí donde las élites del primer mundo lo consideren beneficioso para sus intereses.

Además, la invasión de Iraq ha dejado claro que las guerras a miles de kilómetros de donde vivimos empiezan realmente al lado de nuestras casas. Desde las bases militares en los alrededores, pasando por las carreteras y vías férreas que usamos todos los días, hacia los puertos y aeropuertos, o las instalaciones de radares que guían barcos y aviones militares, antes de llegar a la “zona de guerra”.

En el Estado español, el presupuesto militar (23.000 millones de euros en 2007) y la investigación armamentística están en máximos históricos, el Ejército cierra cuarteles por falta de soldados, e intenta compensarlo introduciendo su visión de un mundo donde las guerras son inevitables desde la educación Primaria (asignatura de Educación para la Ciudadanía) hasta la Universidad (Ley de la Carrera Militar), y también potencia sus fuerzas más ofensivas y reclama instalaciones de la OTAN (escuela de pilotos de combate en Albacete, sistema de vigilancia terrestre en Zaragoza o Valladolid). En el tema de la promoción de la guerra no hay diferencias entre el PP y el PSOE; solamente la retórica. Estos meses, el Ministerio de Defensa hace calendarios y libros donde afirma que sus campos de bombardeo, tiro y maniobras son casi parques naturales, Zapatero habla de “Alianza de Civilizaciones” pero vende armas al Ejército israelí y participa en la ocupación y guerra en Afganistán.

Ni un euro, ni un palmo de tierra para la guerra

Oponerse eficazmente al crimen contra la Humanidad que es toda guerra significa cortocircuitar todo este entramado formado por empresas, instituciones, instalaciones, políticas, dinero y sobre todo silencio, que prepara y ejecuta la guerra.

En estas semanas miles de personas cuestionarán la financiación del Ejército en su declaración de la renta negándose a pagar un porcentaje de la misma (Objeción Fiscal al Gasto Militar), y habrá marchas e inspecciones ciudadanas en algunas las principales instalaciones militares españolas: la base aeronaval de EEUU en Rota (Cádiz), el complejo industrial Nuclear-Biológico-Químico de La Marañosa (Madrid), el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza), el polígono de bombardeo de Las Bardenas (Navarra), la base de la Fuerza de Respuesta de la OTAN en Bétera (València), o la base de radares de la Serra d’Aitana (Alacant)

Urbanizaciones y bases ofensivas como setas

El tsunami de cemento que inunda el territorio valenciano viene acompañado por otro más silencioso, de color caqui. En Quart (Valencia), próximamente se abrirá un cuartel para coordinar las operaciones militares de los cascos azules, que nada tienen de “paz”: ocupan el Líbano en lugar de ocupar al agresor, Israel; están implicados en al menos dos matanzas de civiles en Haití reconocidas por la ONU; y las denuncias de violaciones de menores y tráfico sexual se multiplican. Las instalaciones militares de carácter netamente intervencionista y ofensivo copan el territorio valenciano: en Rabasa (Alacant) los rambos de las operaciones especiales, en Marines (València), la base de blindados, y en Bétera (València), la base de la Fuerza de Respuesta de la OTAN.


La base de Aitana, una pieza más del puzzle militarista

La base de radares de esta Serra d’Aitana forma parte de este entramado militarista y bélico que invade el País Valencià. Desde ella se controlan los vuelos y navegaciones militares del corredor del mediterráneo occidental, lugar de paso de tropas -especialmente estadounidenses, pero también británicas o españolas- en su camino hacia las guerras petrolíferas de Oriente Medio. Desde estos radares también se vigila y espía la orilla meridional del mediterráneo, convirtiéndose esta instalación militar en un arma más de guerra que apunta directamente hacia el Sur.

Desde el movimiento antimilitarista hemos intentado un diálogo con las autoridades para que al menos nos expliquen la supuesta utilidad de estas instalaciones, los posibles riesgos que suponen para el medio ambiente y las previsiones de futuro que el Ejército y el Gobierno puedan tener sobre ellas. El clamoroso silencio con que la ex-Subdelegada del Gobierno Etelvina Andreu ha respondido a nuestra petición es más que elocuente.

Estamos hoy aquí porque somos mujeres y hombres que amamos nuestra tierra, amamos nuestras montañas, amamos la Paz y aspiramos a un mundo sin ejércitos, un mundo sin guerras, un mundo en el que unos grupos humanos no opriman a otros. Estamos hoy aquí para unir nuestras voces en un sonoro no al militarismo.

POR UN MUNDO SIN EJÉRCITOS Y SIN GUERRAS
POR UNA SIERRA AITANA PROTEGIDA Y DESMILITARIZADA

POR LA PAZ Y LA NOVIOLENCIA


Ver información sobre la acción (cas. y val.) y descargar el cartel



Les guerres comencen ací

Mai més una guerra. Un desig compartit per milions de persones en tot el món com va poder vore’s en dates no molt llunyanes.

Moltes menys són les persones conscients que els seus impostos, els seus estalvis (per exemple, Caixa Madrid, BBVA i ING invertixen en empreses d’armes), i potser fins al seu treball (transport de material militar, investigació militar, empreses d’armament) garantixen un pròsper futur per a la guerra.

”Missions humanitàries”? ”Guerra contra el terrorisme”? Tots els exèrcits es preparen per a colpejar globalment allí on les elits del primer món ho consideren beneficiós per als seus interessos.

A més, la invasió d’Iraq ha deixat clar que les guerres a milers de quilòmetres d’on vivim comencen realment al costat de les nostres cases. Des de les bases militars en els voltants, passant per les carreteres i vies fèrries que usem tots els dies, cap als ports i aeroports, o les instal•lacions de radars que guien barcos i avions militars, abans d’arribar a la “zona de guerra”.

En l’estat espanyol, el pressupost militar (23.000 milions d’euros en 2007) i la investigació armamentística estan en màxims històrics, l’Exèrcit tanca quarters per falta de soldats, i intenta compensar-lo introduint la seua visió d’un món on les guerres són inevitables des de l’educació Primària (assignatura d’Educació per a la Ciutadania) fins a la Universitat (Llei de la Carrera Militar), i també potencia les seues forces més ofensives i reclama instal•lacions de l’OTAN (escola de pilots de combat a Albacete, sistema de vigilància terrestre a Saragossa o Valladolid). En el tema de la promoció de la guerra no hi ha diferències entre el PP i el PSOE; només la retòrica. Estos mesos, el Ministeri de Defensa fa calendaris i llibres on afirma que els seus camps de bombardeig, tir i maniobres són quasi parcs naturals, Zapatero parla de “Aliança de Civilitzacions” però ven armes a l’Exèrcit israelià i participa en l’ocupació i guerra a Afganistan.

Ni un euro, ni un pam de terra per a la guerra

Oposar-se eficaçment al crim contra la Humanitat que és tota guerra significa cortocircuitar tot este entramat format per empreses, institucions, instal•lacions, polítiques, diners i sobretot silenci, que prepara i executa la guerra.

En estes setmanes milers de persones qüestionaran el finançament de l’Exèrcit en la seua declaració de la renda negant-se a pagar un percentatge de la mateixa (Objecció Fiscal al Gast Militar), i haurà marxes i inspeccions ciutadanes en algunes les principals instal•lacions militars espanyoles: la base aeronaval d’EUA en Rota (Cadis), el complex industrial Nuclear-Biológico-Químico de La Marañosa (Madrid), el camp de maniobres de Sant Gregori (Saragossa), el polígon de bombardeig de Les Bardenas (Navarra), la base de la Força de Resposta de l’OTAN a Bétera (València), o la base de radars de la Serra d’Aitana (Alacant).


Urbanitzacions i bases ofensives com a bolets

El tsunami de ciment que inunda el territori valencià ve acompanyat per un altre més silenciós, de color caqui. En Quart (València), pròximament s’obrirà un quarter per a coordinar les operacions militars dels cascos blaus, que res tenen de “pau”: ocupen el Líban en compte d’ocupar a l’agressor, Israel; estan implicats en almenys dos matances de civils a Haití reconegudes per l’ONU; i les denúncies de violacions de menors i tràfic sexual es multipliquen. Les instal•lacions militars de caràcter netament intervencionista i ofensiu copen el territori valencià: en Rabasa (Alacant) els rambos de les operacions especials, a Marines (València), la base de blindats, i a Bétera (València), la base de la Força de Resposta de l’OTAN.

La base d’Aitana, una peça més del puzle militarista

La base de radars d’esta Serra d’Aitana forma part d’este entramat militarista i bèl•lic que invadix el País Valencià. Des d’ella es controlen els vols i navegacions militars del corredor del mediterrani occidental, lloc de pas de tropes -especialment nord-americà, però també britàniques o espanyoles- en el seu camí cap a les guerres petrolíferes d’Orient Mitjà. Des d’estos radars també es vigila i espia la vora meridional del mediterrani, convertint-se esta instal•lació militar en un arma més de guerra que apunta directament cap al Sud.

Des del moviment antimilitarista hem intentat un diàleg amb les autoritats perquè almenys ens expliquen la suposada utilitat d’estes instal•lacions, els possibles riscos que suposen per al medi ambient i les previsions de futur que l’Exèrcit i el Govern puguen tindre sobre elles. El clamorós silenci amb què l’ex-Subdelegada del Govern Etelvina Andreu ha respost a la nostra petició és més que eloqüent.

Estem hui ací perquè som dones i hòmens que amem la nostra terra, amem les nostres muntanyes, amem la Pau i aspirem a un món sense exèrcits, un món sense guerres, un món en què uns grups humans no oprimisquen a altres. Estem hui ací per a unir les nostres veus en un sonor NO al militarisme.

PER UN MÓN SENSE EXÈRCITS I SENSE GUERRES
PER UNA SERRA AITANA PROTEGIDA I DESMILITARITZADA

PER LA PAU I LA NOVIOLENCIA


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